No son pocos los que anticipan que en los próximos días podría haber definiciones en la Justicia con respecto a este hombre Paulino Gómez, y las denuncias que le han hecho por procedimientos ilegales que aparentemente él y su gente llevaban a cabo –supuestamente—controlando el cumplimiento de la cuarentena, en los primeros meses de aislamiento en Chubut.
Paulino Gómez se hizo famoso en la Argentina y también en el extranjero por ese audio de Whatsapp que se filtró a la opinión pública, en el que a un comisario de Trelew dependiente suyo le pedía que saliera “a meter gente en cana” para satisfacer al ministro de Seguridad.
En ese polémico audio, Paulino Gómez llamaba a los ciudadanos de Trelew “chimangos” y a los policías “pucará” y esas órdenes que impartía coincidían con la gran cantidad de personas que a diario caían presas, porque supuestamente no cumplían la cuarentena.
Eran tiempos en que no se podía ni siquiera sacar la basura cuando pasaba un patrullero, porque el que lo hacía seguramente terminaba detenido y hasta golpeado por la policía.
Por eso fue que las organizaciones de Derechos Humanos interpusieron en la Justicia un “Habeas Corpus Colectivo” y lograron que la jueza Mirtha Moreno declarara nulas todas las resoluciones que en la provincia se habían puesto en vigencia y que, increíblemente, estaban por encima del Decreto del Presidente Alberto Fernández que administraba la cuarentena.
Se podría decir que Paulino Gómez llegó a la plana mayor gracias a alguien milagroso que a él y al hermano les dio una mano después que Miguel Gómez fueron echado de la policía de Trelew por el extinto gobernador Mario Das Neves, quien tuvo para con él lapidarias expresiones, cuando en noviembre de 2016, en declaraciones a la prensa lo acusó de tener vinculaciones con la delincuencia y de liberar zonas para que se cometieran robos; como el que le hicieron en aquel entonces a una automotriz de la zona sur de la ciudad, de donde se llevaron más de cinco millones de pesos.
De voz ronca, carácter rustico y mirada de desconfiado; Paulino Gómez, además de ser el hermano del jefe de Policía es hoy “la mano derecha” del controvertido subjefe que tiene la institución, Néstor “El Tero” Gómez Ocampo.
Está en la plana mayor y es director de Seguridad de la policía del Chubut, según dicen, no por capacidad sino, por ser hermano de Miguel Gómez.
Algunos recuerdan que la Justicia también fue muy benevolente con él o quizás alguien que lo protegió en momentos en que estuvo a punto de caer preso o terminar procesado y fuera de la institución policial.
Hay muchos en Trelew que todavía se acuerdan de aquel procedimiento en el que se le murió un hombre mayor en medio de una detención realmente muy confusa, en octubre del año 2014.
El fallecido quiso evitar que se llevaran a su hijo preso y en medio de un forcejeo con Paulino Gómez y los suyos de aquel entonces su corazón no resistió, le dio un infarto y cayó muerto en la esquina de 25 de Mayo y Edison.
Gómez, como mínimo, debería haber terminado procesado por un posible homicidio culposo en aquella ocasión, pero nada de eso sucedió parece que ni siquiera lo citaron desde la Justicia para que fuera a dar explicaciones.
Lo mismo pasó unos años más tarde –según los memoriosos que poco lo quieren— con una persona a la que supuestamente atacó a patadas en el suelo confundiéndola con un manifestante en Rawson, cerca de la terminal de Ómnibus. Pensó que era del SOMU, le pegó patadas en la cabeza presuntamente para reducirlo y en realidad era un hombre que esperaba el colectivo.
En aquella ocasión también salió en todos los medios pero en la Justicia nunca investigaron como corresponde ese hecho, pese a que el agredido lo denunció.
Hay muchísimos ejemplos similares a estos que hoy sirven para pintar el perfil de un hombre al que parece que le ha ido bien mintiendo, tergiversando la realidad; como lo aseguran quienes dicen conocerlo.
Paulino Gómez ahora no tiene como denunciantes a una pobre familia que perdió a uno de sus miembros en un procedimiento policiaco encabezado por él, del que al día de hoy aún no saben cómo fue y por qué: son los Derechos Humanos y Amnistía Internacional los que exigen que se clarifique en la Justicia cuál fue su responsabilidad en aquellas detenciones ilegales que se practicaban al comienzo de la cuarentena en Chubut. Por ahora pareciera que en la fiscalía hay alguien que está demorando o trabando la posibilidad de que esas denuncias avancen pero hasta cuándo y con qué excusas dilataran la inacción judicial, porque dentro de poco los damnificados o denunciantes empezaran a ir a preguntar o a quejarse.