El Bolsón finalizó el año con 159 casos activos de Covid-19. Dos semanas atrás, el intendente Bruno Pogliano se había mostrado alarmado porque se había sobrepasado, una vez más, los 50 contagios. En los últimos días, la cifra en esa localidad de 40.000 habitantes siguió escalando.
Unas 16 personas permanecen internadas en el hospital de El Bolsón con síntomas leves o porque requieren oxígeno. El resto cumple internación domiciliaria. Por el momento, no hay pacientes en la unidad de terapia intensiva. En este caso, debería recurrirse a la terapia de Bariloche.
Claudia Duelle, jefa del Departamento de Atención Programada para el Área del hospital de El Bolsón, reconoció: “Hay que poner un corte. Teníamos un tope de 50 casos como máximo pero desde hace dos semanas no paran de subir. Es una fecha crucial por las fiestas, el verano y porque estamos todos agotados”.
Con la suba de los casos se generó una alarma, y más aún con el miedo del disparo de casos por las fiestas de fin de año. “Sabemos que la gente se reúne. No es solo una responsabilidad de salud. Hemos hecho todo lo que debíamos hacer. Hay responsabilidad individual de cuidarse para controlar la pandemia”, indicó la médica generalista.
El equipo de salud local se encuentra en el trabajo puntal de establecer los nexos epidemiológicos con el fin de determinar de donde provienen los casos. Por el momento, la mayoría de los contagios se producen por “fiestas y reuniones familiares y de amigos. Cae uno contagiado y, automáticamente, cae todo el grupo familiar. Lo bueno es que esa gente ya estaba aislada. Pero ahora, empiezan a surgir otros casos porque hubo encuentros con otras personas”, según indicó Duelle.
La médica explicó que se han abierto actividades, como el fútbol, que generan encuentros entre la gente. “Así se empieza a dispersar el número de casos”, dijo y advirtió que es distinta la situación en los comercios ya que “como hay protocolos para atender al público, el impacto ha sido mucho menor”.
El inicio de la pandemia demoró en llegar a El Bolsón y el hecho de registrar pocos casos en muchos meses permitió observar en detalle el trabajo de otras localidades vecinas en relación a los nexos epidemiológicos.
Con la suba de contagios, hay 900 contactos estrechos en El Bolsón, pero los trabajadores de la salud ya no los están llamando.
“Empezamos con un trabajo muy minucioso, llamando todos los días para ver cómo estaban. Pero lo cierto es que ya no podemos llamar ni a los positivos. Tenemos gente con muchos síntomas que requieren mucha atención pese a estar en domicilio”, consideró Duelle y advirtió que llaman a las personas de mayor edad y con mayor riesgo. Muchos jóvenes no tienen síntomas.
De igual manera, los pacientes tienen los números telefónicos de contacto y muchos llaman permanentemente cuando levantan fiebre o sienten dolores musculares.
“El día que te hisopas ya tenés una evaluación médica y te dicen qué hacer. Les damos nuestros datos y pedimos que no se acerquen al hospital porque se satura la guardia. Y no son consultas para guardia sino que requieren asesoramiento mínimo”, especificó la médica.
Al momento de consultarle por la cantidad de personal que se encuentra abocado a la pandemia, Duelle afirmó: “Todos estamos abocados a esto, tanto médicos generalistas, pediatras, fonoaudiólogos, kinesiólogos, enfermeros, personal administrativo. Hay todo un plan para poder manejar esta situación”.
Además, destacó que todos cumplen alguna función lo que permite “hacer un engranaje que sirva de contención. Hoy hay una agenda covid que poco tiene que ver con lo que no es urgente. Si bien se desarmó la estructura del hospital, lo cierto es que un infartado, un traumatizado van a llegar”.
Con respecto al sector de pediatría, se dispuso un anexo del hospital en una escuela para atender consultas de embarazadas y controles de niños.
Fuente: Río Negro