En los últimos días se conoció un conflicto entre la periodista de Esquel, María Elena Paggi, y la familia Quilaqueo en la zona de Nahuel Pan. Estos últimos denunciaron que se les cortó el acceso a su campo, ubicado al lado del de Paggi.
En diálogo con Red43, la periodista hizo su descargo y relató cómo se llegó a esa situación, luego de que ayer no le permitieran acceder a su propiedad. En primer lugar, aclaró que el sector en el que le cortaron el paso «no es mi propiedad, yo a partir de esa tranquera que da a la ruta 40 e ingresa al campo de Antieco, tengo 8 kilómetros para adentro». «Lo vi a Nahuelquir, que es el yerno de Quilaqueo. Pregunté si me iban a dejar entrar y me dijeron ‘no la vamos a dejar pasar hasta que usted no nos deje pasar por su campo'», contó.
Ante esta situación hizo la denuncia en Esquel y se encuentra a la espera de lo que tengan para decir la justicia y la policía, aunque de todas formas insistió: «No éramos dueños ninguno de los dos, yo no soy dueña del campo ese, Nahuelquir tampoco tiene atribuciones para no dejarme pasar por ese campo». «Recién hablé con alguien de la familia Antieco, pregunté si me habían cortado el camino y me dijeron que no cortaron ningún camino», amplió Paggi.
«Ese camino es vecinal, porque pasa por varios campos vecinos, el último lugar que toca es el campo de Sinchoff. Pasa Antieco, Neipán, la parte de atrás de San Román, Sinchoff y después yo me aparto para la izquierda y ahí está mi campo. Soy la última arriba de todo», explicó
«Ayer me dijeron que no iba a pasar hasta que no los dejara pasar por mi campo, que es lo que el otro día cerré».
En este contexto, narró los hechos que ocurrieron para que tomara esta decisión. «Yo entre el 2019 y 2020 perdí 183 animales de esquila a esquila. Dije ‘al menos este año me tengo que poner en no perder tanta hacienda’, 83 eran corderos y siempre están ahí. Está Quilaqueo, Neipán y Sinchoff», inició. «Este año dije ‘tengo que lograr que no me falte tanta hacienda’. Entonces busqué dónde podía ser, durante el invierno arreglé todo el callejón que va desde mi tranquera a la otra dentro de mi campo. Es el callejón que divide el potrero de los carneros del potrero de la casa, el año pasado del de la casa me faltó hasta el guacho con campanita y todo», indicó Paggi. Colocó postes y varillas nuevas en todo el lugar
«Esquilo en septiembre, ahí están los 183 que faltaban. Había cambiado de cuidador y en noviembre de 2020 llego y me dice que encontró caballos de Quilaqueo adentro del campo. Le saqué fotos, porque ellos abrieron la tranquera y los dejaron en mi campo, la tranquera estaba cerrada. Nunca vi que un caballo cierre una tranquera», detalló la empresaria. «El 3 de febrero desteto, y cuando cuento me faltaban 32 corderos. Yo no puedo decir que son ellos porque no tengo pruebas. Hice la denuncia penal como corresponde de los 32 corderos», agregó.
Pero antes de lo ocurrido el 3 de febrero, a comienzos de 2021 hubo otro episodio: «El 7 de enero llego al campo y el cuidador me dice que los Quilaqueo andaban arriando una vaca por adentro del callejón. El 8 lo fui a ver a Ángel Quilaqueo, le digo ‘don Ángel, ¿Qué pasa?’. Había dos postes rotos. Me dice que compraron dos vacas, y una se enojó, se puso muy nerviosa y volvió para atrás y rompió el poste del potrero de los carneros». «Entonces rompió los dos postes y se mandó la vaca adelante y ellos atrás. Sin pedir permiso entraron a mi campo. Llegaron al otro lado, bajaron el alambrado y sacaron la vaca. Cuando el chico que estaba ve, estaban arriando la vaca. Le dijeron que se rompieron los postes, que traigamos los postes y ellos los ponían», remarcó.
«Quilaqueo no me dio ninguna explicación. Le dije que avisen si van a entrar al campo, nadie le va a negar el permiso pero avisen, pero no avisan», planteó la periodista.
Luego, el sábado 6 de febrero «voy llegando al campo y veo que venía mucha tierra del lado que usan ellos nada más. Cuando me voy acercando salía un auto y me dicen que el callejón estaba todo abierto». «Yo pedía siempre que ese callejón se mantuviera cerrado con candado, porque si faltan animales como faltan yo no puedo decir quién es, pero si el callejón está cerrado es una cosa, si está abierto puede entrar cualquiera», destacó.
Por eso decidió ir a ver a Ángel Quilaqueo una vez más: «Le pregunté qué pasó, por qué estaba todo abierto. Me dice que estaban trabajando con las vacas y los muchachos sacaron el candado, entonces le dije que me de el candado, que es mío, y lo pongamos porque no puede estar todo abierto, como quedamos que tenía que ser». «Me contestó que no, que cuando salga el último directamente decidían si ponen o no el candado. Eran 5 y media de la tarde, dijo que comían algo y veían si salían», relató.
Paggi sostuvo que ese día «me dijeron de todo»: «Me quedé en el callejón esperando que salieran, eran las 7 y media y no salía nadie. Me insultaban cada vez que pasaban, me decían de todo, que me iban a usurpar el campo, cualquier cosa. Yo estacionada al costado del camino y lo único que tomé fue el número de patente del vehículo que salía. Hice denuncia de este tema también».
«Yo estaba sola, no me gusta ir en patota. Quería dialogar con ellos y que entraran en razón, que si pasaban por adentro de mi campo avisen, no es camino vecinal, no hay servidumbre de paso, ellos tienen otra entrada por la ruta 12. Hay 2 testigos que entran por ahí, Carlos Aguado y Alejandro Sinchoff», señaló.
«Si ellos tienen otra entrada, la mía no es importante. Es porque se han encaprichado y quieren entrar por ahí. Ese día me dijeron de todo».
Tras ese episodio, el lunes siguiente a las 7 de la mañana colocó un nuevo candado. Sin embargo, «al otro día cuando llegué a las 8 de la mañana, habían cortado la cadena y habían entrado». «Eso es daño de aquí a la China. Por eso tomé la decisión de ir y cortar el camino, no me quedaba otra. Yo no quiero problemas con los vecinos ni nada, yo si puedo ayudar, ayudo», subrayó. Argumentando esto último comentó que un día «Quilaqueo estaba en el campo y necesitaban llevarle leña, porque la municipalidad le manda camionadas de leñas y víveres. Me llamó Elio Linares (quien trabajaba en desarrollo social el año pasado), y me pidió la llave. Yo le di mi llave para que les lleven comida y la leña. Me quedaron dos camionadas de leña adentro y no sé como voy a sacarlas. Es todo un problema».
«Yo no podía hacerlos entrar en razón, yo estaba cuidando mis cosas, no quería perder un animal mas. Además, no entraba una persona, salían seis autos de adentro», consideró e insistió en el dato de que «en 40 días perdí 32 corderos». «Esta el alambrado, su casa, un lugar precioso lleno de arboles y un arroyo, y ahí están mis corderos. les dije que ayuden a cuidarlos, cuando pasa que me avisen. Ejemplo si se rompe un poste, yo lo arreglo. Pero no es legal que se manden a mi campo, nadie les va a negar la entrada si pasa una vaca de ellos, pero tienen que avisar. Yo arreglé el alambrado», explicó.
En este marco, las denuncias continúan: «Ayer hice dos, una contra la doctora Ivanoff y contra los dos Quilaqueo (Hugo y Ángel), ya que vi las fotos de otro medio que estaban haciendo una nota el fin de semana dentro del callejón mío. Es violación de domicilio. A la tarde hice la denuncia y presenté las fotos en donde no me dejaban entrar».
«En el campo de los Antieco estaba Quilaqueo, es un vecinal, esa entrada es vecinal, la mía no. No es lo mismo.»
«Yo tengo titulo de propiedad. No hay servidumbre de paso, antes de tomar esta decisión hablé con mi abogado, Daniel Sandoval. Le mostré la sentencia civil donde no hay servidumbre de paso y no se acreditó la afectación a una red vial provincial o nacional. Esto es Aguado Carlos Alberto contra Paggi, un expediente de 2010», precisó. «No es vecinal, es por mi campo, yo quería que pasaran bajo mis condiciones no hacer lo que quieren. Por eso decidí poner mano firme y decir, se meten en mi campo, problema, faltan animales, problema, tranqueras abiertas sin candado, problema. Ahora la justicia va a tener que decir qué decide», enfatizó.
«Estos días la estoy pasando muy mal. No me gusta andar con líos, tengo mucho trabajo para hacer. Ayer llegué con cemento, puertas, pan rallado para mi gente para que hagan sus milanesas. No pueden entrar, no pueden hacer lo que quieren, es campo de los Antieco. ¿Para qué necesitan insultarme? Sé que soy una vieja, no necesito ir en patota, no me pueden tratar tan mal insultándome», cuestionó.
«Llega momento en el que me canso, actuemos como rige la ley. Voy a hacer las denuncias correspondientes cada vez que me van pasando estas cosas. Ahora no sé que hacer, ¿voy a ir al campo y no me dejan entrar?», continuó la periodista, que añadió que «no quiero problemas, quiero vivir tranquila pero tampoco de esta manera». «Estoy con dolor de espalda espantoso, no puedo acomodarme. Hay días que estoy de mal humor porque me duele la espalda, estoy contracturada. No se puede vivir así, voy al campo y no se que me puede esperar. Llega un momento que digo por favor, no sé que voy a hacer ahora», contó.
«Tengo tres personas trabajando en el campo. Dos albañiles y el cuidador. Ayer comentaron que la RAM iba a usurpar mi campo. Yo respeto a todos, para mi somos todos argentinos, no tengo ningún problema, pero con respeto. Cuando te tratan de cualquier cosa no esta bien, yo si puedo ayudar los ayudo , pero a ese nivel no», concluyó Paggi.