Mientras Asia y Europa atraviesan su cuarta ola de contagios y ante el avance de las nuevas cepas, científicos buscan alternativas para incrementar la eficacia de las vacunas en fase 3 que están siendo suministradas en todo el mundo.
La máxima autoridad del organismo de control de enfermedades de China anticipó que el país está estudiando opciones para mejorar la eficacia de sus vacunas contra el coronavirus, incluyendo aplicar dos vacunas con diferentes tecnologías a una misma persona.
En una conferencia, el director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de China, Gao Fu, dijo que la idea busca «resolver el problema de la baja eficacia de algunas vacunas» chinas contra el coronavirus.
Entre las opciones en estudio están la de ajustar el intervalo entre la aplicación de las dosis, aumentar el número de dosis e incluso mezclar el uso de vacunas que utilizan diferentes tecnologías, explicó en una conferencia en la ciudad de Chengdu.
«Está bajo consideración formal si deberíamos usar diferentes vacunas de diferentes tecnologías para el proceso de inmunización», dijo Gao, según el diario hongkonés South China Morning Post.
Inmunización secuencial: un mecanismo que se estudia en otros países
Expertos de varios países han dicho que aplicar dos vacunas distintas contra el coronavirus, como se hace con otros microorganismos patógenos en un proceso llamado inmunización secuencial, puede incrementar la eficacia de las vacunas.
En el Reino Unido, investigadores están estudiando una posible aplicación combinada de las vacunas contra el coronavirus de los laboratorios estadounidense y alemán Pfizer-BioNTech con la de la farmacéutica anglosueca AstraZeneca.
Sinovac y Sinopharm: las vacunas que exportó China
China exportó a 22 países, entre ellos Argentina, millones de dosis de vacunas elaboradas por dos laboratorios estatales, Sinovac y Sinopharm.
La vacuna de Sinopharm, que se aplica en Argentina, tiene una efectividad alta, de casi el 79%, y previene en un 100% los casos moderados y graves de la enfermedad.
La vacuna de Sinovac, que se aplica en Chile y Brasil -en esté último país también se produce- tiene una efectividad baja, del 50,4%, según los estudios hechos en San Pablo, aunque cumple con el mínimo requerido por la Organización Mundial de la Salud para considerarse apta para combatir la enfermedad.
Un vocero de Sinovac, Liu Peicheng, admitió que la vacuna de la firma mostró diversos niveles de efectividad, pero dijo que esto puede deberse a la edad de la persona voluntaria del ensayo, a la cepa viral o a otros factores.
Gao afirmó que, hasta el 2 de abril, unos 34 millones de personas recibieron las dos dosis requeridas de vacunas contra el coronavirus en China y unos 65 millones recibieron la primera.