El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunciará este jueves un paquete de medidas destinadas a controlar la desenfrenada violencia por armas de fuego en el país. Y la mira está puesta especialmente en las «armas fantasma».
Se trata de armas caseras que no se pueden rastrear porque se venden sin números de serie ni información que permita identificar a su dueño.
El presidente ha recibido presiones por parte de sus aliados demócratas para que actúe tras los recientes tiroteos de Colorado, Georgia y California.
La Casa Blanca detalló en un comunicado que el gobierno promulgará seis medidas iniciales para «hacer frente a la epidemia de salud pública que supone la violencia armada».
La iniciativa viene motivada por las promesas que hizo Biden en campaña y por los recientes tiroteos masivos en Boulder -donde murieron 10 personas- y en Atlanta -que dejó ocho víctimas mortales-, por lo que tratará de reducir «todas las formas de violencia con armas de fuego: la violencia comunitaria, los tiroteos masivos, la violencia doméstica y el suicidio por arma de fuego».
«La violencia con armas de fuego se cobra vidas y deja un legado duradero de traumas en las comunidades todos los días en este país, incluso cuando no aparece en las noticias nocturnas», resaltó el gobierno estadounidense. Y remarcó que muchas zonas del país están atravesando un «pico histórico de homicidios».
Aunque Biden presente estas medidas, necesitará el visto bueno del Congreso, al que ha pedido que apruebe estas leyes.
El mandatario resaltó la aprobación de dos proyectos de ley en la Cámara de Representantes el mes pasado que busca acabar con las lagunas que existen en el sistema de verificación de antecedentes, entre otros.
Armas caseras
Pero el Ejecutivo «no esperará a que el Congreso tome medidas para salvar vidas». Por eso el Departamento de Justicia, en un plazo de 30 días, emitirá una propuesta de ley para ayudar a detener la proliferación de «armas fantasma», que consisten en unos kits que los compradores pueden convertir en armas fácilmente.
Al no estar clasificados como armas de fuego, estos kits pueden ser comprados por cualquier persona, sin necesidad de presentar los antecedentes.
Cuando este tipo de armas son usadas para cometer crímenes, a menudo no pueden ser rastreadas por las fuerzas de seguridad debido a la falta de un número de serie o más detalles de identificación.
Por otro lado, el mismo departamento, en un plazo de 60 días, emitirá un proyecto legislativo para «aclarar cuándo un dispositivo comercializado como refuerzo estabilizador convierte efectivamente una pistola en un rifle de cañón corto sujeto a los requisitos de la Ley Nacional de Armas de Fuego».
Esta acción en concreto fue la que uso el presunto tirador de Boulder, ya que utilizó una pistola con un dispositivo de estabilización, que puede hacer que un arma de fuego sea más estable y precisa sin dejar de ser ocultable.
Fuente: Clarin