China contra Taiwán. Para quienes temen una agresión china contra la isla autogobernada de Taiwán, hubo una señal bienvenida al final de la tercera semana de Donald Trump en la Casa Blanca. Tras las conversaciones mantenidas el 7 de febrero con el primer ministro japonés, Ishiba Shigeru, ambos líderes afirmaron que Estados Unidos y Japón “se oponen a cualquier intento de cambiar unilateralmente el statu quo por la fuerza o la coerción” en relación con Taiwán, que China reclama como propia.
Este nuevo y firme lenguaje supuso una victoria en la larga búsqueda de Estados Unidos para conseguir que sus aliados se mostraran más solidarios con Taiwán. Sin embargo, en la batalla por el apoyo mundial al destino de la isla, China está ganando terreno rápidamente. Según el recuento de The Economist, 70 países han respaldado oficialmente la soberanía de China sobre Taiwán y, lo que es igualmente crucial, que China tiene derecho a realizar “todos” los esfuerzos necesarios para lograr la unificación, sin especificar que esos esfuerzos deban ser pacíficos. Además, la gran mayoría de esos países han adoptado esa nueva formulación en los últimos 18 meses, tras una ofensiva diplomática china en todo el sur global.
Nuestras conclusiones coinciden con las de un estudio publicado el 15 de enero por el Lowy Institute, un centro de estudios australiano. Según este estudio, a finales del año pasado 119 países -el 62% de los Estados miembros de la ONU- habían respaldado la reivindicación china de soberanía sobre Taiwán. De ellos, 89 respaldaban también los esfuerzos de unificación de China, y muchos apoyaban “todas” esas medidas. (El estudio de Lowy no cuantificó este último grupo ni especificó cuándo adoptaron este lenguaje expansivo).
El último impulso diplomático de China parece estar diseñado para garantizar el apoyo mundial a su creciente campaña de coerción contra Taiwán. Esa campaña incluye la amenaza de imponer a Taiwán un régimen de cuarentena o de inspección (enormes ejercicios militares chinos practicaron en octubre un bloqueo). Una invasión a gran escala no parece inminente, pero funcionarios estadounidenses afirman que el líder chino, Xi Jinping, ha ordenado a sus generales que tengan capacidad para invadir Taiwán en 2027
China también puede temer que su reivindicación de soberanía sea cada vez más cuestionada por Occidente. Japón es uno de los varios aliados de Estados Unidos que recientemente han hecho declaraciones más firmes y frecuentes criticando la presión militar china sobre Taiwán y apoyando una participación “significativa” de la isla, que no es miembro, en la ONU. Bonnie Glaser, del German Marshall Fund, un think-tank con sede en Washington, señala que gran parte de Europa se ha dado cuenta recientemente del posible costo económico de un conflicto en Taiwán. “Ha habido conversaciones en muchas capitales sobre cómo los países pueden contribuir a reforzar la disuasión” e imponer costos a China en caso de guerra, afirma.
Una preocupación más reciente para China es que Trump pueda obligar a algunos países a cambiar su postura sobre Taiwán. Panamá, por ejemplo, cambió su reconocimiento diplomático de Taiwán a China en 2017 y se adhirió al plan de infraestructuras La Franja y la Ruta de Xi ese mismo año. Pero el 6 de febrero, bajo la presión de Trump, Panamá se retiró de la Franja y la Ruta. También está llevando a cabo una auditoría de una empresa vinculada a China que controla puertos adyacentes al Canal de Panamá.
Por supuesto, Estados Unidos podría simplemente pasar por alto a la ONU si China atacara o bloqueara Taiwán. Las fuerzas estadounidenses podrían bloquear unilateralmente el transporte marítimo hacia y desde China. Pero Estados Unidos también necesitará acceso a bases, puertos y otras instalaciones en el sur global, especialmente en el Indo-Pacífico. Y si una gran mayoría de países considera ilegítima su respuesta, incluso algunos de sus aliados podrían vacilar. Ya ha sido bastante difícil para Occidente mantener la solidaridad internacional con Ucrania, cuya soberanía no se discutía antes de la invasión rusa. La batalla por el apoyo mundial a Taiwán será aún más dura. Y China ya está avanzando.
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