El Gobierno enfrenta un mes muy difícil en términos de tarifas y combustibles. Luego del salto del dólar oficial, el Ejecutivo está haciendo todo lo posible para que el traslado a precios sea mínimo. Pero justamente en el sector energético se choca con una industria que está prácticamente dolarizada y encima se vienen los nuevos precios por la llegada del invierno.
Gas: un frente complicado
El panorama más complejo se da en el gas natural, donde se tendrían que acumular tres aumentos distintos. Primero, el tradicional ajuste mensual que va en línea con la inflación y el alza del tipo de cambio. En consecuencia, ya parte de un piso más alto que de costumbre teniendo en cuenta que el dólar está un 7% arriba que antes del acuerdo con el FMI a principios de mes, señala Más Energía.
El segundo ajuste se da por la Revisión Quinquenal Tarifaria (RQT) que surgió de las audiencias públicas, donde las empresas distribuidoras pidieron un 15% por la pérdida respecto a la inflación que hubo en 2024, pero que el Gobierno reduciría a algo menos del 10% y con una división en tres cuotas.
Por último, la llegada del frío y de una canasta de gas más cara por la importación de GNL hace que en mayo entren a regir precios más altos. Tomando la referencia del 2024, se debería saltar del actual promedio de 3,15 dólares el PIST a un rango de 4,5 dólares. Aunque, por la caída de los precios internacionales y el reemplazo de gas boliviano por producción local podrían reducir levemente este valor.
Frente a esa situación, el Ejecutivo pretende aplicar la menor cantidad de subas posibles, sin que eso altere la dinámica del sector. Está confirmado que entrará en vigencia la primera de las cuotas de la RQT y que los nuevos cuadros tarifarios se publicarán este miércoles. Lo que todavía no se sabe es qué pasará con el PIST y el salto devaluatorio que seguramente no será trasladado.
Luz y combustibles
En electricidad, el panorama es algo menos preocupante porque en invierno no suben los precios y porque es un sector menos dolarizado por tener ciertos contratos en pesos. A su vez, la RQT dio un incremento más bajo (8% es lo que pidieron las empresas). Aun así, los números no cuadran para que el aumento final esté por debajo de la inflación como quieren las autoridades nacionales.
Por el lado de los combustibles, hay algo más de alivio por la fuerte caída del Brent y el consenso es que los retoques en el surtidor serán muy suaves. Si bien el alza del dólar neutralizó y hasta superó a la caída del barril que está en torno al 4%, no habría grandes modificaciones en la actualización impositiva y hay más margen para que las petroleras asuman el perjuicio de un tipo de cambio más alto o al menos posterguen su traspaso.