Argentina acaba de dar un paso significativo en el mercado energético global con el descubrimiento de nuevas reservas de uranio en la Patagonia. Este recurso, esencial para la producción de energía nuclear, se está posicionando como clave en la transición energética mundial.
La noticia ha captado la atención internacional, justo en el momento en que el país experimenta una creciente inversión en minería, particularmente en el sector del uranio.
Nuevos yacimientos de uranio en la Patagonia
De acuerdo con LU17. Recientemente, la empresa canadiense Blue Sky Uranium Corp. anunció un hallazgo en su proyecto Corcovo, ubicado en Malargüe, Mendoza. La zona ya había sido identificada por la Comisión Nacional de Energía Atómica como un área con alto potencial uranífero.
Este descubrimiento se suma al proyecto Chihuidos en Neuquén, que abarca más de 80.000 hectáreas en exploración activa. «Estos hallazgos fortalecen la proyección de Argentina como un jugador estratégico en el mercado global de uranio», explicaron desde la compañía.
Además de Blue Sky, la minera Apeleg S.A. ha confirmado la presencia de uranio y cobre en la región de Malargüe, lo que podría transformar al oeste de Mendoza en un nuevo polo energético de escala mundial. Los hallazgos abren la puerta a un potencial de explotación significativo, respaldado por información sísmica y perforaciones históricas.
La importancia del descubrimiento de uranio
«El uranio es clave para diversificar nuestra matriz energética y reducir la dependencia de insumos externos», afirmó el ministro de Energía. La estrategia de reactivación minera responde a la necesidad de fortalecer la autonomía energética del país. En ese sentido, el uranio aparece como un recurso estratégico en la transición hacia fuentes más limpias de energía.
En paralelo, las grandes inversiones en proyectos mineros como los de Glencore y Vicuña, quienes desarrollan yacimientos de cobre y metales preciosos, también refuerzan la posición de Argentina como destino estratégico para inversiones extranjeras. Con más de US$ 15.000 millones comprometidos en proyectos en San Juan, el país se asegura un flujo constante de capitales que transformarán su perfil exportador y su industria minera.
Los descubrimientos en Mendoza y Neuquén marcan el comienzo de una nueva etapa para el uranio argentino, un recurso cada vez más demandado en el mundo y que posiciona al país en el centro de la transición energética global. Con un mercado que avanza hacia alternativas al gas y al petróleo, Argentina se perfila como un proveedor clave de uranio, con un marco regulatorio moderno que busca asegurar un aprovechamiento sustentable de las reservas.