La seguridad aeroportuaria de Europa se vio comprometida el pasado fin de semana tras un ciberataque que provocó cancelaciones y retrasos en varios vuelos.
La policía británica detuvo en West Sussex a un hombre de unos 40 años, sospechoso de estar vinculado con el ataque informático.
El ataque afectó a aeropuertos de Bruselas, Berlín, Londres y Dublín, donde los problemas se originaron en Collins Aerospace, proveedor de servicios de procesamiento de datos y filial del grupo estadounidense RTX (antes Raytheon). La compañía sufrió un ataque de tipo ransomware que alteró la operativa desde el sábado por la mañana.
Paul Foster, jefe de la unidad nacional de lucha contra el ciberdelito de la Agencia Nacional del Crimen (NCA), confirmó que el arresto representa un avance, pero subrayó que la investigación “apenas comienza” y que se extenderá durante las próximas semanas para identificar el alcance del ataque y a posibles responsables adicionales.
Persisten los efectos del ataque en Europa
Si bien la situación general comenzó a mejorar, aeropuertos como el de Bruselas informaron que todavía persisten algunas perturbaciones menores. Las autoridades europeas de ciberseguridad trabajan para impedir que el software malicioso cause nuevos inconvenientes y refuerzan la protección de los sistemas críticos del transporte aéreo.
El incidente volvió a poner en agenda la vulnerabilidad de la infraestructura aeroportuaria frente a amenazas digitales, así como la necesidad de que proveedores externos apliquen protocolos más sólidos de defensa cibernética.
Según Radio3, tanto Europa como el Reino Unido mantienen una vigilancia activa para prevenir futuros ataques y garantizar la seguridad de pasajeros y operaciones aéreas.
La detención en Reino Unido representa un paso clave, pero el ciberataque dejó en claro la urgencia de reforzar la seguridad digital en la aviación europea.




