Un reciente informe de Naciones Unidas encendió la polémica al responsabilizar a Estados Unidos y a la Unión Europea de ser cómplices del genocidio cometido por Israel en la Franja de Gaza.
El documento, titulado “El genocidio en Gaza: un crimen colectivo”, sostiene que las violaciones a los derechos humanos no fueron hechos aislados, sino parte de un sistema de complicidad global que permitió sostener la ocupación ilegal del territorio palestino.
La ONU denuncia una red de complicidad internacional
La relatora especial de Naciones Unidas para los Territorios Ocupados Palestinos, Francesca Albanese, elaboró el informe que será presentado oficialmente el próximo 28 de octubre. En él, acusa a las potencias occidentales de haber facilitado las “prolongadas y sistemáticas violaciones del derecho internacional” por parte de Israel.
Según la ONU, sin el apoyo directo de Estados Unidos y de los países europeos, las agresiones en Gaza no podrían haberse sostenido. Albanese enfatizó que la prolongada ocupación israelí “se mantiene gracias a la ayuda política, económica y militar de gobiernos que deciden mirar hacia otro lado ante el sufrimiento del pueblo palestino”.
El texto subraya además que las violaciones cometidas por Israel no deben entenderse como episodios aislados, sino como parte de “una estructura de complicidad global” que perpetúa la violencia y bloquea las iniciativas de paz.
Cita fuente: Según Ámbito, el informe detalla que EE.UU. utilizó su poder de veto en el Consejo de Seguridad en siete ocasiones, impidiendo resoluciones que pedían un alto el fuego y otorgando cobertura diplomática a las acciones militares israelíes.
La Corte Internacional exige cooperación humanitaria
En paralelo, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitió una opinión legal en la que exige a Israel colaborar con las agencias de Naciones Unidas para permitir el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza.
El máximo tribunal del organismo afirmó que Israel, en su calidad de potencia ocupante, tiene la obligación de facilitar las operaciones de asistencia y levantar las restricciones impuestas al enclave palestino.
Además, la CIJ desestimó las acusaciones contra la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), destacando que esta no violó normas de imparcialidad y continúa siendo clave en la asistencia a las víctimas del conflicto.
Llamado global a la acción civil
En la parte final del informe, la relatora Albanese instó a los sindicatos, juristas y organizaciones civiles del mundo a exigir a sus gobiernos acciones concretas para detener el genocidio.
Pidió aplicar mecanismos de presión como boicots, desinversiones y sanciones internacionales “hasta que finalice la ocupación ilegal y los crímenes asociados”. El documento se convierte así en una de las condenas más duras de la ONU contra la política israelí en Gaza y la pasividad de las potencias aliadas.
La acusación de Naciones Unidas marca un punto de inflexión en el debate internacional sobre la responsabilidad global frente al conflicto palestino-israelí. Mientras la comunidad internacional analiza las repercusiones diplomáticas del informe, la población de Gaza continúa sumida en una crisis humanitaria sin precedentes.




