El presidente de la Federación de Sociedades Rurales del Chubut, Osvaldo Luján, sostuvo que la expansión de fundaciones que compran campos en la Patagonia “ya no puede seguir sin regulación”.
En diálogo con El Quinto Poder por #LA17, el dirigente reclamó que la Legislatura provincial “abra el debate sobre el uso productivo y ambiental del territorio” y defina un equilibrio entre conservación y trabajo.
“Hace muchos años que distintas fundaciones compran hectáreas en toda la Patagonia, incluso en zonas netamente productivas”, explicó Luján. Según describió, “su objetivo declarado es recuperar los ambientes naturales, pero en muchos casos terminan expulsando toda forma de producción rural y alterando el equilibrio ambiental que dicen proteger”.
El dirigente ejemplificó con lo ocurrido en áreas como Bahía Bustamante o el valle del río Pinturas, donde —según relató— “se aplicaron herbicidas y venenos para eliminar especies vegetales y animales introducidas hace siglos”. Para Luján, ese tipo de acciones “muestran que el fanatismo ambiental también puede generar contaminación y daño ecológico”.
“Cada año hay menos campos con producción y más propiedades privadas que se transforman en reservas cerradas”, señaló. Luján insistió en que el debate debe darse en la Legislatura: “Hay que decidir cuántas zonas queremos sin producción y cuántas con producción. No se puede dejar al azar el futuro del campo chubutense”.
En su análisis, el titular de la Federación remarcó que las consecuencias ya se sienten en las áreas rurales. “Cuando esas tierras dejan de tener bebederos y molinos, los guanacos van a buscar agua a los campos vecinos, donde todavía hay actividad ganadera. Esa presión se traslada al productor, que termina sosteniendo incluso la fauna de los lugares improductivos”, explicó.
Luján propuso avanzar hacia una zonificación que distinga áreas de reserva de zonas productivas, “como ocurre en África o Australia, donde los alambrados separan las zonas de conservación de las que producen alimentos”. Además, denunció que muchas de las fundaciones que operan en el país “funcionan como lavaderos de dinero, amparadas en el estatuto legal que las exime de pagar impuestos directos”.
“El problema no es que alguien compre un campo, sino lo que hace después con ese campo. Si lo desarma, saca los animales y no genera trabajo, la provincia pierde riqueza y oportunidades”, dijo Luján. También criticó la situación de Península Valdés, donde las limitaciones impuestas por normativas internacionales conviven con la contaminación urbana. “En Pirámides hay basura, árboles exóticos y obras sin control, pero al productor que quiere plantar olivos o viñedos lo frenan por ley”, sostuvo.
Durante la entrevista, recordó experiencias positivas de convivencia entre producción y naturaleza. “Cuando se permite intervenir con criterio, el campo mejora. Lo vimos en El Hoyo, cuando un bodeguero mendocino logró combinar bosque nativo y viñedos, generando trabajo y turismo”, señaló. En su opinión, el rechazo sistemático a cualquier actividad humana “desalienta la inversión y ahoga las economías regionales”.
“La provincia necesita definir si quiere ser un territorio productivo o un museo natural financiado por millonarios extranjeros”, expresó Luján. Finalmente, convocó a los medios y a la ciudadanía a exigir definiciones a los candidatos provinciales. “Cada dirigente debería responder si está dispuesto a permitir que el 30% del Chubut quede en manos de fundaciones sin producción. Es un tema que debe estar en la agenda pública”, concluyó.