El desarrollo energético de Vaca Muerta se consolida como una de las principales esperanzas para el ingreso de divisas en los próximos años.
Según un reciente informe presentado en la Argentina Oil & Gas 2025, la cuenca neuquina podría convertirse en el “segundo campo” de la Argentina, generando miles de millones de dólares en exportaciones de petróleo y gas.
Tres escenarios posibles para el futuro energético
El estudio, elaborado por la consultora Aleph Energy, dirigida por Daniel Dreizzen junto a Milagros Piaggio, proyecta tres escenarios —crisis, desarrollo medio y desarrollo alto— que determinarán el impacto de la industria hidrocarburífera sobre las reservas del Banco Central (BCRA).
El informe fue presentado durante la Argentina Oil & Gas 2025 (AOG), desarrollada entre el 8 y el 11 de septiembre en La Rural, Buenos Aires.
A pesar del freno en la actividad de servicios observado entre julio y agosto, las obras clave como el oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS) y los proyectos de gas natural licuado (GNL) siguen en marcha. La diferencia entre los escenarios radica en la inversión y la infraestructura disponible para transportar la producción.
Un potencial energético que puede equilibrar la balanza
En el escenario medio, la Cuenca Neuquina podría alcanzar cerca de un millón de barriles diarios hacia 2027, impulsada por la ampliación del sistema Oldelval y la puesta en marcha del VMOS. En materia de gas, la expansión del Gasoducto Perito Moreno (ex Néstor Kirchner) y las plantas de licuefacción permitirían exportar GNL a gran escala, abriendo nuevos mercados.
Según datos de Aleph Energy, citados por el medio Río Negro, la energía se convirtió en un generador neto de dólares: en 2025 el saldo comercial acumulado hasta julio fue de casi US$ 4.000 millones.
Cifras que pueden cambiar la economía argentina
El informe estima que, entre 2026 y 2040, el país podría acumular ingresos de:
- US$ 165.000 millones en un escenario de crisis,
- US$ 283.000 millones en un desarrollo medio,
- y hasta US$ 337.000 millones si se concretan varios proyectos de GNL.
El pico de generación de divisas se daría entre 2028 y 2030, con una balanza energética positiva de hasta US$ 42.000 millones en el escenario más favorable.
No obstante, el documento advierte que el éxito de estas proyecciones no dependerá solo de los precios internacionales, sino también de la estabilidad macroeconómica y la capacidad del país para sostener reglas claras que atraigan inversiones extranjeras.
Un “segundo campo” sin riesgo climático
Cada vez más analistas comparan el desarrollo de Vaca Muerta con el rol histórico del campo en la economía argentina. Sin embargo, a diferencia del agro, la producción energética no está sujeta a los factores climáticos y puede aportar divisas de manera constante.
Este “segundo campo” podría ser la llave para fortalecer las reservas internacionales y reducir la dependencia del financiamiento externo.
El futuro económico de Argentina podría estar enterrado bajo el suelo neuquino. Si el país logra combinar inversión, estabilidad y desarrollo tecnológico, Vaca Muerta se consolidará como el gran generador de dólares de las próximas décadas.