Estados Unidos ha desplegado la mayor fuerza militar en el Caribe desde la primera Guerra del Golfo Pérsico, según expertos del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales.
El exembajador James Story advierte que este poderío supera con creces las necesidades de la lucha antinarcóticos, en declaraciones exclusivas a BBC Mundo.
Un Despliegue Militar Sin Precedentes
La acumulación de buques de guerra, aviones de combate, bombarderos, marines, drones y aviones espía cerca de la costa venezolana representa el despliegue naval más grande de la historia estadounidense en la región desde 1990-1991. Según James Story, quien se desempeñó como encargado de negocios en la Embajada de EE.UU. en Caracas, «la fuerza en el Caribe es demasiado grande y potente para ser sólo contra narcóticos». El portaaviones nuclear USS Gerald R. Ford, el más grande del mundo, se acerca a la zona.
Las Opciones que Maneja Washington
Story sugiere que el presidente Donald Trump podría ordenar próximamente ataques contra instalaciones de narcotraficantes dentro de Venezuela o incluso autorizar un ataque directo contra la cúpula del gobierno, a la que acusa de liderar el «Cartel de los Soles». «El presidente tiene la capacidad con las herramientas que están en la zona de hacer muchas cosas», afirmó el exdiplomático, señalando que los blancos podrían incluir pistas clandestinas al sur del Lago de Maracaibo, origen del 25% de los vuelos de droga.
La Respuesta Venezolana y el Escenario Futuro
El gobierno de Nicolás Maduro ha acusado a Washington de «fabricar una nueva guerra» y asegura que prepara brigadas para responder a cualquier amenaza. Mientras tanto, Story descarta que Venezuela pueda convertirse en un nuevo Irak tras un eventual cambio de gobierno, argumentando que «los venezolanos comparten valores y tienen grandes recursos naturales para reconstruir su país». Sin embargo, admite que será necesario «reinstitucionalizar todo el país, desde la presidencia hasta el policía de la esquina».
La tensión bilateral marca uno de los momentos más críticos en la relación entre ambos países, con un despliegue militar que envía un mensaje contundente a Caracas mientras Washington evalúa sus próximos movimientos en la región.




