La denominada “Operación Contención” realizada en favelas del norte de Río de Janeiro se convirtió en el operativo policial más mortífero en la historia reciente de Brasil
La intervención dejó 121 personas muertas, incluidos cuatro policías y dos adolescentes, y derivó en una fuerte disputa política y social sobre el modelo de seguridad aplicado en las zonas más vulnerables. La información fue extraída según Radio3.
Un operativo de alto impacto y resultados cuestionados
La acción fue llevada adelante por 2.500 agentes, con el objetivo declarado de desarticular células del Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más influyentes del país. Sin embargo, de acuerdo con un reporte presentado ante la Corte Suprema, ninguno de los 117 civiles fallecidos figuraba inicialmente entre los 69 sospechosos identificados por la Fiscalía.
Solo cinco personas buscadas fueron detenidas y ninguna ocupaba roles de liderazgo dentro de la estructura criminal. Además, el informe detalla inconsistencias en los procedimientos, lo que alimentó denuncias de ejecuciones extrajudiciales en el territorio.
Reacciones políticas y sociales enfrentadas
El gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, calificó el operativo como un “éxito” en términos de control territorial y avance contra el narcotráfico. En contraste, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva lo definió como un “desastre humano”, subrayando la necesidad de priorizar investigaciones financieras y desarticulación de redes por encima de incursiones violentas.
Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos señalaron que en las favelas prevalece una cultura de castigo sin debido proceso. Testimonios de familiares de las víctimas remarcaron una sensación persistente de desamparo. “La policía los detiene y los ejecuta. Aquí no hay ley”, expresó Samuel Peçanha, padre de un adolescente asesinado.
Apoyo social pese a la controversia
A pesar de la magnitud de la tragedia y de las críticas por el uso de la fuerza, una encuesta de AtlasIntel indicó que el 55% de los brasileños respalda la operación. Este respaldo evidencia una sociedad atraviesa por el temor a la violencia cotidiana, donde parte de la población considera las redadas masivas como una respuesta inmediata, aunque cuestionada, frente al crimen organizado.
Sin embargo, especialistas advierten que estas acciones no resuelven el problema de fondo. “Se desarticula un grupo, pero el conflicto permanece. Lo que queda son las pérdidas humanas”, señaló el defensor público Pedro Carriello.
La “Operación Contención” dejó una profunda marca en la realidad brasileña. Más allá de las cifras, reavivó un debate esencial sobre los límites del Estado, la eficacia de la represión y el derecho a la vida en comunidades históricamente atravesadas por la desigualdad y la violencia institucional.
Después de 40 días de paralización, Estados Unidos logró un avance clave para poner fin al cierre parcial del Gobierno federal
El Senado aprobó una medida que permitirá financiar temporalmente la administración hasta fines de enero. La información fue difundida según Radio3.
La votación preliminar en el Senado obtuvo 60 votos a favor y 40 en contra, alcanzando el mínimo necesario para avanzar hacia la reapertura. El respaldo provino de un grupo de senadores demócratas moderados que acompañó el proyecto para garantizar el funcionamiento del Estado hasta el 30 de enero.
El compromiso incluye un punto central: el oficialismo se comprometió a tratar en diciembre la extensión de los créditos fiscales en salud que vencen el 1° de enero. También prevé revertir los despidos masivos ordenados previamente por el gobierno de Donald Trump y pagar los salarios adeudados a los trabajadores afectados.
Impacto del cierre en la vida cotidiana
El shutdown había comenzado el 1° de octubre y generó consecuencias profundas.
Agencias federales interrumpieron trámites, vuelos se vieron afectados por falta de personal, programas alimentarios redujeron atención y cientos de miles de empleados públicos atravesaron semanas sin cobrar.
La falta de certezas económicas elevó el nivel de tensión política, tanto dentro del Congreso como en los estados.
Reacciones desde la Casa Blanca y el Senado
“El momento de actuar es ahora”, expresó el líder republicano del Senado, John Thune, al celebrar el avance legislativo.
Por su parte, el presidente Donald Trump afirmó que el país está “cerca de poner fin al cierre” y sostuvo que espera una pronta normalización de los servicios.
Entre los demócratas que respaldaron la medida también figuraron Tim Kaine, Dick Durbin y Catherine Cortez Masto, quienes destacaron la necesidad de “priorizar a los trabajadores”.
Lo que viene
Si bien el acuerdo abre la puerta a la reapertura progresiva del Gobierno, aún resta atravesar los últimos pasos legislativos y definir el debate que se dará en diciembre sobre fondos vinculados al sistema de salud.
La situación marca una tregua momentánea en un escenario político que sigue tensionado y con negociaciones abiertas.
Con la medida aprobada, Estados Unidos se prepara para reactivar sus servicios federales, aunque las negociaciones que continúan en el Congreso anticipan nuevos capítulos del conflicto presupuestario.




