Mientras Venezuela anunciaba la excarcelación de 71 presos políticos, el gendarme argentino Nahuel Gallo continúa detenido en condiciones críticas en el penal El Rodeo I, generando angustia en su familia y tensión diplomática.
Su esposa denuncia que sufre «tortura psicológica» y constantes «amenazas de muerte». El caso, que cumple más de un año, agrava las ya complicadas relaciones entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Javier Milei.
El contraste entre la medida de gracia anunciada por Caracas y la continuidad del cautiverio de Gallo ha profundizado la incertidumbre de sus allegados. Según publicación de la Agencia Noticias Argentinas (NA), el gendarme permanece aislado en una prisión cercana a la capital venezolana, sin contacto físico ni telefónico con su familia desde su detención, una situación que su pareja, María Alexandra Gómez, califica como una «desaparición forzada».
Denuncias de tortura psicológica y amenazas sistemáticas
Las acusaciones sobre el trato que recibe Gallo dentro del penal son graves y explícitas. En entrevistas con medios, María Alexandra Gómez ha descrito un escenario de vulneración sistemática de derechos humanos. «Los derechos humanos están vulnerados por el grado de violencia que ejercen los custodios y directores», alertó con desesperación.
Los relatos incluyen detalles escalofriantes. Gómez afirmó que el director del penal les habría advertido a los detenidos extranjeros: «Si los gringos llegan a hacer algo dentro de Venezuela, los primeros que se van a morir van a ser los extranjeros». Estas «amenazas de muerte» constantes, sumadas al aislamiento total, configuran lo que la familia define como «tortura psicológica».
Además, denuncian la total falta de garantías procesales. A pesar de que el Ministerio Público venezolano mencionó en su momento cargos por «terrorismo, espionaje e instigación al odio», Gómez asegura que no existe un expediente real ni pruebas en su contra. «Todo fue una farsa, una mentira; nunca consiguieron nada, no tiene causas penales abiertas en Venezuela», afirmó categóricamente.
La posición del Gobierno argentino y el reclamo familiar
El caso ha generado una reacción oficial en Argentina. La ministra de Seguridad, Alejandra Monteoliva, se reunió con la familia de Gallo y calificó la situación como «inadmisible», según publicó el sitio Ciudadano. Esta postura refleja la preocupación del gobierno nacional ante un caso que combina una crisis humanitaria individual con una compleja disputa diplomática.
La familia, mientras tanto, sostiene un reclamo incansable centrado en la urgencia humanitaria. Gómez recordó que nunca tuvieron la oportunidad de una llamada telefónica con Gallo, profundizando la angustia por su estado de salud física y mental. Su principal pedido es lograr un contacto inmediato y, finalmente, su liberación y retorno al país.
El caso del gendarme Nahuel Gallo se ha convertido en un símbolo de las tensiones bilaterales y de la vulneración de derechos. Mientras Venezuela exhibe gestos de apertura con excarcelaciones, la continuidad de este cautiverio bajo denuncias de tortura opaca cualquier avance y mantiene en vilo a una familia y en alerta a la diplomacia argentina. La presión por una solución humanitaria y diplomática sigue en aumento.




