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En tan solo un par de días el presidente de Argentina, Alberto Fernández dio la semana pasada dos golpes importantes en lo que se refiere a la política de comercio exterior de la Argentina, dentro de la región.

El miércoles pasado se anunció que el país abandonaba el Grupo de Lima -que también conforman Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú Guyana, Haití, Santa Lucía y Bolivia- y el viernes pasado cruzó al presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, durante el encuentro que se realizó en conmemoración por los 30 años del nacimiento del Mercosur.

«Si nos hemos convertido en una carga, lo lamento. La verdad es que no queremos ser una carga para nadie», sostuvo Fernández, en respuesta a las declaraciones del mandatario uruguayo, y generó un nuevo cimbronazo.

Para Argentina, el peso que tiene el comercio puertas adentro del Mercosur hoy es relativo.

De acuerdo con los últimos datos difundidos por el Indec, en febrero pasado el intercambio comercial con los miembros del bloque fue negativo en u$s 10 millones, producto de los u$s 938 millones exportados (sobre un total de u$s 4775 millones) y los u$s 947 millones importados (sobre un total de u$s 7556 millones).

Del análisis de las ventas al exterior surge que cayeron 4,3% respecto de las registradas un año atrás, con lo que se dio una baja en los ingresos de u$s 43 millones, con fuerte incidencia de las manufacturas de origen industrial.

El histórico principal socio comercial de la Argentina, Brasil, en febrero último se quedó con el 82,2% de las exportaciones totales al bloque, en tanto que Paraguay se llevó un 8,6%, Uruguay con un 8,4%, y Venezuela un 0,8%.

La mayor parte del volumen exportado corrió por cuenta de los vehículos para el transporte (u$s 188 millones) y las de trigo (u$s 146 millones), que en conjunto representaron 35,6% de las exportaciones totales al bloque.

Las compras de la Argentina a los miembros del bloque superaron a las exportaciones, pero de todos modos mostraron un retroceso de 2,6% respecto de febrero del año pasado, lo que implicó una baja de u$s 24 millones interanual en cuanto a la salida de divisas, en buena parte debido a la baja en la importación de Bienes Intermedios.

El 90% de estas compras provinieron de Brasil, en tanto que el 6,4% llegó de Paraguay, el 3,5%, de Uruguay, y el 0,2% de Venezuela.

Mientras tanto, durante los primeros dos meses de este año la Argentina registró un superávit de u$s 88 millones.

Esto surge de que las exportaciones sumaron u$s 1.897 millones, u$s 60 millones por encima del primer bimestre de 2020.

Las importaciones, por su parte, se incrementaron u$s 117 millones. En este período el comercio con el Mercosur concentró 19,6% de las exportaciones argentinas totales y 23,9% de las importaciones.

En 2020, la Argentina mostró un mayor debilitamiento en cuanto a su relación con el bloque. Las exportaciones al resto del bloque totalizaron el año pasado solo u$s 10.010 millones, mientras que las importaciones sumaron u$s 11.284 millones.

Las exportaciones argentinas al Mercosur sufrieron un golpe tan fuerte en 2020, que retrocedieron hasta alcanzar una cifra que es menor a la mitad de las exportadas en los récords de 2011 y 2013, cuando se habían superado los u$s 21.000 millones.

Incluso, de todos los conglomerados de países que existen en el mundo, el Mercosur fue el que menos ratio entre exportaciones y PBI registra, y es menor a 15%, contra más de 30% del promedio mundial.

Fuente: La República

El Mercado Común del Sur (Mercosur) celebra 30 años de existencia con una cumbre presidencial que se realizará en medio de la renovada preocupación por la pandemia de coronavirus, que tiene en Brasil uno de los peores resultados, a lo que se suma el repentino abandono de Argentina del Grupo de Lima, que evidencia las divisiones que el bloque mantiene en torno a Venezuela, y en plena reconfiguración de alianzas ideológicas en la región.

La reunión se llevará a cabo este viernes, de manera virtual, luego de que la cita presencial que se había organizado en Buenos Aires se suspendiera por el rebrote de contagios que padecen los países miembros.

El mandatario Alberto Fernández, quien preside el bloque durante este semestre, encabezará una ceremonia que iniciará con un video conmemorativo por las tres décadas del Mercosur y que continuará con los discursos de los mandatarios de Brasil, Jair Bolsonaro; Paraguay, Miguel Abdo Benítez; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Bolivia, Luis Arce; y Chile, Sebastián Piñera.

En lo formal, el resultado concreto del evento será la presentación del Estatuto de Ciudadanía del Mercosur, que, tal y como ocurre en la Unión Europea, facilitará la circulación de personas, el otorgamiento de residencias, permisos de trabajo, validación de títulos, acceso a la seguridad social y a la educación entre las y los ciudadanos de los países miembros.

Pero las reuniones del bloque, que se fundó el 26 de marzo de 1991, siempre están marcadas por el tono que le imprimen los jefes de Estado y por la coyuntura geopolítica.

En julio del año pasado, por ejemplo, en la primera cumbre que participó, fue evidente la soledad de Fernández, el único Jefe de Estado progresista del Mercosur en ese momento, ya que a Bolsonaro, Piñera, Abdo Benítez y Lacalle, en esa ocasión se sumaron el presidente de Colombia, Iván Duque, y su homóloga de facto de Bolivia, Jeanine Áñez. Hacía pocos meses, Argentina estaba gobernada por Mauricio Macri. La derecha controlaba por completo al Mercosur.

Este viernes, en cambio, en la conmemoración del los 30 años del grupo participará el presidente Luis Arce, cuyo triunfo representó el regreso de la democracia a Bolivia, y quien junto con el mexicano Andrés Manuel López Obrador forma la dupla de aliados progresistas más firmes de Fernández en América Latina. El argentino ya no está tan solo.

En el reacomodo político sudamericano también pesarán los resultados de las elecciones presidenciales de Ecuador y Perú, del próximo 11 de abril; de Chile, el 21 de noviembre; y de Colombia y Brasil, en 2022.

Mientras eso ocurre, Argentina sorprendió al anunciar, justo en vísperas de la conmemoración del Mercosur, su retiro del Grupo de Lima que crearon en agosto de 2017 una docena de países americanos, supuestamente para buscar una salida pacífica a la crisis venezolana, pero que en los hechos siempre se centró únicamente en condenar a Nicolás Maduro e incluso a respaldar estrategias intervencionistas y sanciones económicas extranjeras, que han afectado los derechos humanos de las y los ciudadanos del país caribeño.

A través de su Cancillería, el Gobierno argentino explicó que el Grupo de Lima solo busco aislar a Venezuela y no condujo a ningún resultado positivo. «Por otro lado, la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar», advirtió.

Al igual que lo ha dicho el presidente Fernández en reiteradas ocasiones, el comunicado insistió en que la mejor manera de ayudar a los venezolanos es facilitar un diálogo inclusivo, que no favorezca a ningún sector en particular, y que logre que se lleven a cabo elecciones aceptadas por la mayoría de los venezolanos y con control internacional.

«En un contexto en el que la pandemia ha hecho estragos en la región, las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020, no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables», denunció.

Hasta ahora, de los cuatro países miembros del Mercosur, solo Uruguay no formaba parte del Grupo de Lima, aunque desde la llegada de Lacalle Pou al poder, Montevideo sí avalaba los pronunciamientos contra Maduro.

Venezuela ha sido un tema de controversia permanente en el bloque sudamericano, ya que en 2017 la alianza de Macri y del expresidente interino de Brasil, Michel Temer, logró que el país fuera «suspendido» del Mercosur, con el pretexto de que violaba la cláusula democrática.

Además, sigue postergada la adhesión plena de de Bolivia, que por ahora sigue siendo «país asociado», al igual que Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam, lo que representa un estatus menor dentro del Mercosur.

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Pandemia
Pero más allá de las divergencias políticas, el Mercosur celebra sus 30 años envuelto en el recrudecimiento de la crisis sanitaria provocada por una pandemia que, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), aumentará drásticamente la pobreza en la región. Será una década pérdida en lo económico y social.

Esta semana, mientras todos los países están a la espera de nuevos cargamentos de vacunas, Uruguay y Chile reforzaron cuarentenas, ya que enfrentan el peor momento de contagios y temen el colapso de los centros de salud que ya padece Paraguay, en donde siguen las protestas contra el Gobierno de Abdo Benítez, quien ya logró salvarse de un pedido de juicio político. En Argentina, se desalentaron los viajes al exterior y quienes vuelvan al país tendrán que pagar las pruebas de detección de coronavirus. En toda la región hay cierre o limitaciones de tránsito en las fronteras.

La mayor catástrofe, sin embargo, la padece Brasil. Después de un año de haber minimizado la pandemia, de despreciar la ciencia y de burlarse de las víctimas, el resultado del Gobierno de Bolsonaro es un país con más de 300.000 muertos y con hospitales desbordados. Por eso continúan las denuncias por genocidio en contra de un presidente que recién ahora comienza a valorar las vacunas.

Pequeño entre dos gigantes dentro del Mercado Común del Sur (Mercosur), Uruguay se destaca como un exportador de diversos productos agrícolas que hoy encuentran en China su principal destino y que, históricamente, han tenido una importante entrada en Brasil, uno de los socios del bloque.

La carne bovina, la celulosa, la soja, los productos lácteos y el arroz son algunos de los bienes que salen del pequeño país sudamericano y que llegan a distintos lugares del mundo como la Unión Europea (UE), Estados Unidos, México y Argentina.

Fuente: EFE

Treinta años después de la firma del Tratado de Asunción, que dio origen al Mercosur, algunas áreas de la economía argentina dependen plenamente del bloque para sobrevivir, dijo a Sputnik el académico Juan Negri.

«En Argentina hay áreas de la economía, por ejemplo, la autopartista, que reciben cierto dinamismo producto de la existencia del Mercosur y que sin el Mercosur no podrían sobrevivir», afirmó el especialista argentino, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Pittsburgh, en EEUU.

Sin embargo, aclaró que también hay áreas que estarían mejor comerciando libremente con el resto del mundo y no atadas al Mercosur.

Negri entiende que en estas tres décadas los logros alcanzados fueron menos que los esperados y advierte que el bloque necesita cambios, que van desde la revisión del arancel externo común hasta la flexibilización para que los países puedan negociar acuerdos por fuera del grupo.

«Definitivamente el Mercosur necesita modificaciones si quiere renacer», advirtió el académico, docente del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), ambas de Argentina.

Fuente: Sputnik Mundo

El presidente Alberto Fernández, en representación de la Argentina -anfitrión del encuentro previsto para el 26 de marzo-, busca preservar a los representantes del bloque apelando a la modalidad no presencial.

El decreto publicado en el Boletín Oficial que prorroga el Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (Dispo) hasta el 9 de abril señala que «muchos países de la región (Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay) presentan un aumento de casos en las últimas semanas».

En función de lo anterior, el Presidente instruyó al canciller Felipe Solá para que comunique a sus pares del Mercosur la decisión de que la reunión conmemorativa de los 30 años de la creación del bloque, se realice de manera remota y no físicamente en la Ciudad de Buenos Aires, tal como estaba planeada.

Con relación a la modalidad elegida, un comunicado reciente del Palacio San Martín indicó: «Argentina, que se encuentra ejerciendo la Presidencia pro tempore del Mercosur, adopta esta decisión en pos de proteger la salud de los participantes».

La Cancillería recalcó que no obstante lo anterior, está trabajando para que el encuentro de Presidentes y cancilleres «se pueda concretar en correctas condiciones, propiciando el diálogo y el intercambio de ideas entre las naciones».

Encuentro ampliado, avances en la integración de Bolivia al bloque y una bilateral con Brasil

Previo a los últimos datos acerca de la pandemia, la cita contemplaba la presencia en Buenos Aires de los presidentes de aquellos países que integran el bloque regional como miembros plenos: el anfitrión Alberto Fernández (Argentina), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Jair Bolsonaro (Brasil) y Mario Abdo Benítez (Paraguay). Se habían cursado también invitaciones a Sebastián Piñera, de Chile, como país asociado; y al mandatario boliviano Luis Arce, cuya nación está en proceso de adhesión como miembro pleno.

Por su parte, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, había adelantado que paralelamente con el pleno del encuentro, Fernández y Bolsonaro mantendrían una reunión bilateral, en el marco de una estrategia de acercamiento iniciada en Brasilia por el propio Scioli. Ambos mandatarios dialogaron por videoconferencia el 30 de noviembre pasado, al cumplirse 35 años de la Declaración de Foz de Iguazú entre los entonces Presidentes Raúl Alfonsín, y José Sarney, en lo que fue el primer paso para la creación del Mercosur; y se instituyera además el Día de la Amistad Argentino-Brasileña.

La celebración del 30º aniversario del Mercosur tendrá «un claro valor simbólico y político al mostrar una vocación de integración regional, y convertir al bloque en una plataforma común para la proyección internacional competitiva de nuestros países», completa el reciente comunicado de Cancillería.

Fuente: Telam

El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, aseguró que la industria automotriz argentina se está conformando en «una plataforma para abastecer al Mercosur y otros países» de la región, con una política de mayor participación de componentes nacionales en la fabricación de vehículos 0 kilómetro.

Kulfas, en declaraciones a la radio AM990, dijo que en el sector automotor «hay una reactivación que se reflejó en enero con un crecimiento del 17% en comparación con el período prepandemia, es decir produciendo y ocupando gente por encima de lo que dejó el Gobierno de (Mauricio) Macri».

El ministro también destacó que respecto a la gestión anterior hay un cambio sustancial con la implementación de «una nueva política industrial que esta haciendo que haya mas componentes nacionales en cada auto».

«Si uno ensambla un auto en el país pero con todas piezas importadas, como venía ocurriendo con mayor fuerza en el gobierno anterior es un auto que tiene cada vez menos de nacional», afirmó el ministro al resaltar que de los proyectos automotrices en desarrollo «en los nuevos modelos 45% es contenido nacional», precisó.

Así, en este contexto de promoción del sector, con medidas que permiten para este año una reducción a cero de los aranceles de exportación para las exportaciones incrementales, Kulfas aseguró que «la industria se está conformando como plataforma para abastecer al Mercosur, América del Sur y otros países del mundo».

Además, hacia el mercado interno, se destaca que «en los últimos meses los cinco principales modelos patentados son de industria nacional y la otra mitad importados».

En otro tramo de la entrevista, el titular de la cartera productiva se refirió al proceso de industrialización de los productos primarios que busca promover el Gobierno nacional, al señalar que «en la mayoría de los países nadie quiere importar alimentos terminados, todos quieren la materia prima y hacer su propio supermercado».

«Argentina es un gran exportador de maíz y resulta que hay montón de países que lo transforman en diferentes carnes y terminamos fomentando la industrialización de otros mercados», reseñó Kulfas al agregar que el Gobierno está convencido que «hay que agregar valor a la producción agroindustrial, exportar menos maíz y exportar mas carne de cerdo, de pollo y vacuna».

La ciudad de Buenos Aires será sede, el 26 de este mes, del acto por los 30 años de la creación del Mercado Común del Sur (Mercosur) tras la firma en 1991 del denominado Tratado de Asunción en la capital de Paraguay.

Estarán presentes los presidentes de los países que integran el bloque regional como miembros plenos: el anfitrión Alberto Fernández (Argentina), Luis Lacalle Pou (Uruguay), Jair Bolsonaro (Brasil) y Mario Abdo Benítez (Paraguay).

También se cursaron invitaciones a Sebastián Piñera, presidente de Chile, país asociado; y al mandatario boliviano Luis Arce, cuya nación está en proceso de adhesión como miembro pleno, informaron voceros de Presidencia.

No está definido aún el lugar del encuentro y hay dos sitios propuestos: el Palacio San Martín de la Cancillería, Arenales al 700, o el Centro Cultural Kirchner, en Sarmiento al 100.

La actividad se iniciará a la mañana con mesas de trabajo y, tras el almuerzo, los mandatarios emitirán un comunicado conjunto por los 30 años de la creación del Mercosur.

Las distintas reuniones se llevarán a cabo con una presencialidad acotada por parte de las delegaciones participantes con motivo de la pandemia, indicaron a Télam fuentes de Cancillería.

Aparte de la reunión de los mandatarios se hará un encuentro de los cancilleres de los países participantes.

Y también se prevé la realización de actividades complementarias de diferentes foros técnicos de la estructura institucional del Mercosur, como empresariales, de desarrollo social, ciudadanos y académicos; y las que se prevén realizar en el Exterior en coordinación con la representaciones diplomáticas de los cuatro estados partes.

Asimismo, se presentará el estatuto de ciudadanía del Mercosur, que incluye todas las normas y derechos de los habitantes del bloque en términos de educación, salud, derechos adquiridos, homologación y validación de títulos, licencia de conducir, pasaporte y libre circulación de las personas.

Se trata de un instrumento distintivo de los cuatro países, a partir del cual los ciudadanos tienen beneficios y privilegios por su pertenencia a la identidad integradora de ese bloque, añadieron las fuentes.

También se diseñó un nuevo logo del Mercosur por su 30º aniversario, que tendrá validez temporal.

El Mercosur tiene también como países asociados a Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam, mientras que Venezuela está suspendido como miembro pleno.

En forma paralela a este encuentro, Fernández y Bolsonaro mantendrán una reunión bilateral, también en lugar a definir, adelantó el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli.

En el marco de una estrategia de acercamiento iniciada en Brasilia por el propio Scioli, ambos mandatarios dialogaron por videoconferencia el 30 de noviembre pasado, al cumplirse 35 años de la Declaración de Foz de Iguazú entre los exmandatarios Raúl Alfonsín, de Argentina, y José Sarney, de Brasil, en lo que fue el primer paso para la creación del Mercosur; y se instituyera además el Día de la Amistad Argentino-Brasileña.

La conmemoración del 30º aniversario del Mercosur tendrá «un claro valor simbólico y político al mostrar una vocación de integración regional, y convertir al bloque en una plataforma común para la proyección internacional competitiva de nuestros países», indicaron desde la Cancillería argentina.

El Mercosur se creó formalmente el 26 de marzo de 1991, con la firma del Tratado de Asunción por parte de los presidentes de sus cuatro países fundadores: Carlos Saúl Menem por Argentina, Fernando Collor de Melo por Brasil, Andrés Rodríguez por Paraguay y Luis Alberto Lacalle Herrera por Uruguay.

Allí establecieron un área de libre comercio y la adopción de normas comunes, y desde la firma de Tratado de Asunción la consolidación del Mercosur favoreció la cooperación y complementación entre gobiernos y actores económicos y sociales de sus países miembros.

Argentina tiene desde el 16 de diciembre pasado la Presidencia Pro Témpore del Mercosur, que se extenderá durante el primer semestre de este año.

En ese período la Argentina coordinará las diferentes reuniones de los órganos decisorios del Mercosur, como la Comisión de Comercio (CCM), el Grupo Mercado Común (GMC) y el Consejo del Mercado Común, y sus foros técnicos dependientes.

Este período semestral finalizará con la realización de la Cumbre de Presidentes de los Estados Partes del Mercosur.

El Gobierno de Jair Bolsonaro -que vendrá el 26 de marzo al país para celebrar los 30 años del Mercosur- presiona para rebajar el arancel común y para ampliar el comercio fuera del bloque. Para no quebrar la relación, la Argentina aceptó negociar los aranceles para productos que no se hacen en el país.

Aunque aseguraron que no creen que una flexibilización sea la “modernización del bloque”, fuentes oficiales confirmaron a LA NACION que aceptarán el reclamo brasileño de una baja del arancel externo común (AEC), pero sólo para los productos no elaborados nacionalmente. “Eso podría incluso beneficiar a las pymes locales para acceder a productos a mejores precios”, contaron.

En el oficialismo dijeron que la lista de productos no elaborados presentada por el Gobierno -de la que no hubo precisiones sobre la cantidad- es de máxima y que demuestra la voluntad de fortalecer la unión regional. En Brasil dicen que ese esbozo de propuesta ya fue circulado entre los países miembros. Prevé una reducción del arancel de un 22% a 23% (del 13% promedio actual a 9,2%). Más allá de eso, el foco de la negociación en Buenos Aires será la flexibilización de la imposibilidad actual de negociar acuerdos comerciales por fuera del Mercosur, cuestión en la que también habría avances.

Tanto en Brasil como en Uruguay ven pragmatismo, pero sienten que volverán las dos velocidades al Mercosur. Tanto que las tratativas del bloque por acuerdos comerciales con Canadá, Corea del Sur, Indonesia, Vietnam y Gran Bretaña (post Brexit) son empujadas solo por Brasil y de Uruguay.

Sin embargo, la ideologización inicial de la relación con Brasil dio paso en las últimas semanas a un trabajo más pragmático. En ese camino, la Argentina, que tiene por el semestre la presidencia pro témpore del bloque, habilitó cuatro reuniones técnicas para trabajar con sus pares sobre el arancel común.

Nuevo pragmatismo

Del otro lado de la frontera, también se siente el aire de cambio. Daniel Scioli, por caso, fue uno de los que festejó como un triunfo propio las declaraciones de Bolsonaro en las que apoyó la negociación argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que llegaron tras una reunión del embajador con el mandatario. Bolsonaro dijo que está “haciendo fuerza” para que sean exitosas. “Todos sabemos que el Covid-19 causó dificultades económicas en todo el mundo. Hacemos fuerza para que la Argentina tenga éxito en las negociaciones con el FMI, porque la situación financiera de la Argentina es bastante complicada”, dijo.

La posición argentina se funda además en un problema a futuro con miras al Viejo Continente. En el oficialismo creen si se tensionan más las relaciones con Brasil, Bolsonaro avanzaría individualmente -el acuerdo lo permite- en la apertura de su mercado con la Unión Europea. Francia, por ahora, frena el acuerdo usando la falta de protección del Amazonas como justificación. En el Gobierno creen que los europeos ganan tiempo para aprobar un paquete de “normar verdes” que dificultarán el acceso de los productos locales a esas regiones. “Hoy no se ve un limón Argentino en Europa”, se quejaron. Sin embargo, los técnicos que responden a Alberto Fernández aseguraron que impulsarán “la agenda de reformas estructurales” y que ingresarán al acuerdo UE-Mercosur firmado por Mauricio Macri, pese a que no les gusta perder la exclusividad del mercado brasileño, el más importante para las exportaciones locales.

Como con el FMI, en el Gobierno no se guardan las críticas a Macri sobre el acuerdo comercial con Europa. Para eso citaron al canciller uruguayo Francisco Bustillo que manifestó en una comisión con legisladores de su país que el acuerdo con la Unión Europea no está cerrado al 100% y señaló que el anuncio del cierre se hizo debido a la urgencia que tenía el gobierno argentino de Macri para mostrar este logro antes de las elecciones presidenciales 2019, que finalmente terminó perdiendo.

Bolsonaro buscará apurar la agenda de apertura comercial. Es uno de los principios de Paulo Guedes, el ministro de Economía (últimamente dejado de lado), pero también una necesidad oficialista de diferenciación con los gobiernos proteccionistas de la región camino a las elecciones brasileñas en 2022.

La mirada brasileña

En una entrevista que hizo O’Globo a Ferraz por su nuevo libro, el funcionario advirtió que apuntan a cambios en el Mercosur -caracterizado como “una camisa de fuerza”- para romper el aislamiento. “La unión aduanera imperfecta en que se convirtió el Mercosur es el mayor obstáculo para romper el aislamiento brasileño”, afirmó el secretario de Comercio. Además del arancel común, que Brasil busca llevar a la mitad (hoy es, en promedio, del 13% para la mayoría de los productos), Ferraz dijo que quiere flexibilizar la normativa que impide negociaciones particulares con otros países fuera del bloque (el año pasado se cerró con EE.UU. un acuerdo de facilidades que fue interpretado como la previa a un tratado de libre comercio) al igual que las obligaciones de integración regional para los productos comercializados. El porcentaje de países del mundo con el que comercio Brasil llega al 12%. La idea del gobierno de Bolsonaro es que al terminar su mandato esa tasa termine duplicándose.

El mes pasado, en su primera salida oficial a otro país, el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, visitó a Bolsonaro. “Pertenecemos al Mercosur, vamos a cumplir 30 años de esta asociación y como toda asociación hay que reverla y mirarla, y el próximo paso en este mundo moderno es el de la flexibilización, para que cada país, aún perteneciendo, pueda avanzar”, dijo, luego de un almuerzo con su par brasileño en el Palacio de la Alvorada, en Brasilia, del que participaron Bustillo, y el canciller brasileño, Ernesto Araújo.

La buena sintonía es hija de los intereses comerciales de economías en problemas. Días antes de que Bolsonaro anunciara su visita al país, Araújo dijo que había conversaciones avanzadas con todos los países para flexibilizar la decisión 32/2000, la posibilidad de negociar acuerdos comerciales por fuera del Mercosur, algo que abriría el mercado brasileño a otros productos industriales -chinos- más allá de los argentinos. Este es el objetivo que buscará negociar Bolsonaro con Alberto Fernández a fines de mes.

 

Con la Argentina en la Presidencia del Mercosur el Gobierno busca acercar posiciones a la Unión Europea. Los bloques buscan destrabar las negociaciones para que de una vez por todas se pueda avanzar hacia el tramo final del acuerdo de libre comercio que se firmó en junio de 2019, y al que ahora pusieron reparos varios parlamentos europeos.

Este lunes el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme, y la secretaria de Asuntos Europeos de Portugal, Ana Paula Zacarías, analizaron el estado de las negociaciones.

El ambiente es fluido con Portugal, país a cargo de la presidencia del consejo europeo, porque es de los más proclives a acelerar la puesta en vigencia del tratado de libre comercio (TLC), a diferencia por ejemplo, de Francia, que en su afán de proteger sectores que se sienten amenazados -como el agrícola- es de los que más reparos pone a la hora de cerrar documentos y ponerlo en marcha.

Neme, también coordinador nacional de la Argentina en las negociaciones internacionales, le planteó tres cuestiones en esta reunión por videoconferencia a Zacarías:

En primer lugar, le habló de encarar la cuestión ambiental como un “compromiso vinculado a un proceso vinculado a un proceso de desarrollo sustentable de las economías”, por lo cual el Gobierno hizo frente común con Brasil, en este punto crítico que ha sido una de las piedras más incómodas del último tiempo para avanzar en las negociaciones entre los dos bloques.

Ocurre que los europeos tomaron nota de los incendios en la Amazonia y están exigiéndole a la región estándares medioambientales para avanzar en el TLC.

Por otro lado, Neme le planteó a Zacarias la necesidad de concluir la cuestión de las listas de usuarios previos de indicaciones geográficas. En especial lo que se conoce como denominación de origen.

Se presentaron los casos de unas 300 empresas brasileñas, unas 170 argentinas, 50 uruguayas y 3 paraguayas. Los europeos son sumamente celosos a que se respeten las denominaciones de sus productos por origen, como por ejemplo el queso parmesano, o la champaña, etc.

Pero lo que están planteando ahora desde la región a Bruselas –y Neme se lo transmitió a la funcionaria portuguesa- es que se pueda tener en cuenta en la definición a productos de usuarios que ya estaban previamente en el territorio de cada uno de los países, antes de que hayan comercializados los productos protegidos con indicaciones geográficas previo a 2017. En esta cláusula en Argentina están por ejemplo, los quesos reggianito, parmesano, fontina, gruyer, y la ginebra.

Por otro lado, Neme le planteó a la representante europea otra cuestión que es parte hoy de la agenda argentina: que se apruebe una declaración relativa a la cuestión Malvinas como tema central para poder ir cerrando cuestiones pendientes. Los argentinos quieren que ahora que el Reino Unido se separó por completo de la Unión Europea (el Brexit), esta última tome la decisión como socia del Mercosur en un acuerdo de libre comercio de promover de manera conjunta un pedido a los británicos para que se sienten a negociar el conflicto de soberanía sobre las Malvinas.

Neme y Zacarías también repasaron las distintas situaciones que tienen las dos regiones en torno a la pandemia. Pero más allá de los deseos de cooperar, el panorama es más que sombrío.

Ahora son los europeos los que están mostrando reparos. Pero la Cancillería se propuso revertir al menos los aspectos planteados este año para seguir avanzando en la negociación.

De la videoconferencia con Neme participaron la subsecretaria del Mercosur y Negociaciones Económicas Internacionales, Rossana Surballe; el embajador de Portugal en la Argentina, José Frederico Viola de Drummond Ludovice y el embajador argentino en Portugal, Rodolfo Gil.

La acción del Gobierno argentino en la Presidencia Pro Témpore del Mercosur en 2021 buscará la incorporación de Bolivia al bloque, la reivindicación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, y la profundización de las negociaciones y acuerdos comerciales.

Así lo destacaron a Télam fuentes de la Cancillería, quienes indicaron que, además, la Argentina tendrá a su cargo, en ese rol, la organización de las actividades por los 30 años de la firma del tratado que dio origen a esa coalición regional.
El 16 de diciembre la Argentina recibió la Presidencia Pro Témpore (PPT) del Mercosur, al finalizar el período correspondiente a Uruguay, y la ejercerá durante el primer semestre de 2021.

De acuerdo con el criterio fijado por el presidente Alberto Fernández, el Mercosur «es una política de Estado para la Argentina» y por ello «la Cancillería argentina trabajará sobre varios ejes durante la PPT», indicaron.

En ese marco, se relanzará el «Foro Empresarial», creado por decisión del Consejo del Mercado Común en 2012, el cual «debe asegurar una amplia participación de entidades y asociaciones empresariales públicas y privadas interesadas en hacer un balance y evaluación del Mercosur hoy y sus futuras líneas de profundización». El Foro estará enfocado en dos temas centrales: Agroindustria y Servicios Digitales.

Ambos sectores «presentan grandes posibilidades para continuar profundizando la integración productiva». Se destaca, además, según los voceros, «una atención especial al papel de las mujeres en emprendimientos y gestión empresarial» en esos ámbitos.

El Foro aportará a las cuestiones técnicas pendientes con la Unión Europea (UE) y la EFTA (Asociación Europea de Libre Comercio) «en los sendos acuerdos sujetos a revisión legal», dijeron.

Acuerdos

Asimismo, el Gobierno buscará la conclusión de las negociaciones para un acuerdo Mercosur-Líbano y la profundización del acuerdo con Israel, así como el lanzamiento de conversaciones con países de Centroamérica y la República Dominicana y seguir las negociaciones con Canadá, Corea y Singapur, que son coordinadas por Brasil, Uruguay y Paraguay, respectivamente.
En ese marco, Argentina buscará «proponer a los socios iniciar una discusión intra-Mercosur para una estrategia para África», indicaron.

En su discurso en la Reunión del Consejo del Mercado Común (CMC), Solá dijo que «el Mercosur es el instrumento más importante de acuerdo con el mundo, pero también el instrumento político de los últimos 30 años más relevante que ha tenido la Argentina hacia afuera de sus fronteras».

Por eso, uno de los puntos salientes de las acciones impulsadas por Argentina será «la Incorporación de Bolivia como miembro pleno del Mercosur y su participación activa en los órganos decisorios y foros técnicos que contribuyan a su proceso de adhesión».

También tendrá prioridad en la agenda el tema de las Islas Malvinas, y allí el gobierno «aspira a que una vez más se ratifique el apoyo al reclamo de soberanía de Argentina» sobre el archipiélago, dijeron los voceros.

Fuente: Télam