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La visita, que se produjo anoche, es el segundo desplazamiento del jefe de Estado a Rostov del Don en menos de un mes.

Putin «visitó el cuartel general de las fuerzas armadas rusas en Rostov del Don tras haber culminado su visita oficial en Kazajistán», donde estuvo ayer, señaló el Kremlin en un comunicado.

El presidente estuvo acompañado por el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor y comandante de las operaciones militares en Ucrania, Valeri Guerasimov, según la misma fuente.

Putin observó nuevos equipos militares y recibió informes sobre el desarrollo de la operación militar en Ucrania, según el comunicado recogido por la agencia de noticias AFP.

Los medios oficiales rusos difundieron imágenes de vehículos Desertcross de fabricación china.

Según Moscú, las Fuerzas Armadas disponen ya de más de 500 de estos vehículos y tiene previsto adquirir unos 1.500 más, de los cuales alrededor de medio millar se comprarán en diciembre, según recogió la agencia de noticias Europa Press.

A fines de octubre, el mandatario visitó Rostov del Don para hablar con responsables militares sobre la situación de la ofensiva rusa.

Cercana a Ucrania, la ciudad se ha convertido en centro operativo de las fuerzas rusas para la ofensiva en la antigua república soviética.

Putin ya visitó estos cuarteles generales en agosto y marzo pasado.

La ciudad fue también escenario en junio del motín de los mercenarios de Wagner, que se hicieron brevemente con este cuartel general antes de abortar la rebelión.

 

Rusia empezó a transferir armas nucleares a Bielorrusia, anunció hoy el presidente de esta exrepública soviética, Alexander Lukashenko.

Dos meses después de que el mandatario ruso, Vladimir Putin, anunciara su intención de proceder a ese despliegue en el marco de la guerra en Ucrania.

Reino Unido informó que entregara a Ucrania munición fabricada con uranio empobrecido y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, amenazó con «responder» a ese nuevo suministro de armamento a Kiev.

«Hemos sabido que Reino Unido (…) anunció no solo la entrega de tanques a Ucrania, sino también de obuses con uranio empobrecido (…). Si esto ocurre, Rusia se verá obligada a responder», declaró el mandatario ruso, Vladimir Putin.

Más temprano, la viceministra de Defensa británica, Annabel Goldi, dijo el lunes por la noche, en respuesta a la pregunta de una parlamentaria británica, que Reino Unido planea suministrar a Ucrania obuses «con uranio empobrecido», informó el diario local The Guardian.

«Estas municiones son muy eficaces para destruir tanques y vehículos blindados modernos», subrayó en su respuesta por escrito, explicando que los obuses están destinados a ser usados con los tanques Challenger que Londres entregará a Kiev.

El ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, aseguró por su parte que «Rusia sabe cómo responder». «Veremos qué planean usar», advirtió, considerando que se había dado «un paso más» en la escalada.

La organización nuclear británica Campaign for Nuclear Disarmament condenó la entrega de municiones con uranio empobrecido y alertó en un comunicado el martes que se trataría de un «desastre medioambiental y sanitario adicional para quienes viven en el corazón del conflicto».

El uso de proyectiles de uranio empobrecido es criticado por los riesgos que implicaría para la salud de los soldados que los usan y de las poblaciones donde impacten.

La portavoz de la Cancillería de Rusia, Maria Zajarova, también condenó el plan del Gobierno británico, al que acusó de crear un «escenario yugoslavo».

«Esos materiales no solo matan, sino que infectan el medio ambiente y provocan cáncer en la gente que habita estas tierras», aseveró en un mensaje en su cuenta de Telegram.

Fuente: Télam.

El ex primer ministro británico Boris Johnson aseguró que el presidente ruso, Vladimir Putin, lo amenazó con lanzar un misil al Reino Unido, durante una conversación telefónica previa a la invasión rusa a Ucrania, pero el Kremlin lo niega.

Esto fue mencionado por Johnson en un documental de tres capítulos emitido anoche por la emisora británica BBC Two que analizó el conflicto en Ucrania.

Según el ex primer ministro británico, Putin estaba respondiendo a sus advertencias sobre las sanciones occidentales si decidía invadir.

Johnson había advertido que habría sanciones occidentales más duras si Rusia invadía, y que aumentaría el apoyo a la OTAN, aunque Ucrania no estuviera cerca de convertirse en miembro.

Explicó a Vladimir Putin que Ucrania no se uniría a la OTAN en un futuro cercano, cuando el presidente ruso le preguntó qué significaba “futuro próximo”.

El primer ministro británico señaló que Putin entendía completamente la respuesta.

“En un momento dado me amenazó y me dijo: ‘Boris, no quiero hacerte daño, pero con un misil sólo tardaría un minuto’, o algo así”, explicó el ex primer ministro.

Pero el portavoz de Putin, Dmitry Peskov, negó las afirmaciones de Johnson, diciendo: “No hubo amenazas de misiles. O bien se trata de una mentira deliberada -por lo que hay que preguntar a Johnson por qué decidió decirlo así- o bien fue una mentira inconsciente y, de hecho, no entendió de qué le estaba hablando Putin”.

En respuesta a esto, Peskov sugirió que Putin probablemente le explicó a Johnson cómo los misiles estadounidenses o de la OTAN colocados cerca de las fronteras rusas significarían que cualquier misil podría alcanzar Moscú en cuestión de minutos, y sugirió que podría haber habido un malentendido.

El presidente Putin había advertido previamente que la respuesta de Rusia sería inmediata si se intenta interferir en su territorio.

En su momento, el ministro de Defensa, Ben Wallace, se reunió con su homólogo ruso, Sergei Shoigu, para asegurarse de que el país no invadiera Ucrania.

Esta reunión resultó en una “demostración de intimidación” según Wallace, que explicó que era una forma de transmitir el mensaje de que Rusia era “poderosa”.

Los países miembros de la OTAN entregarán a Ucrania armas «más pesadas y más modernas» para que pueda hacer frente más eficazmente a las fuerzas rusas, anunció hoy el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.

«Nos reuniremos (el viernes) en Ramstein (Alemania) en el grupo de contacto para Ucrania, dirigido por Estados Unidos, y el mensaje principal será un mayor apoyo con armas más pesadas y más modernas», declaró Stoltenberg durante el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, informó la agencia de noticias AFP.

Las conversaciones se centrarán en la entrega de tanques pesados y de sistemas modernos de defensa antiaérea.

Reino Unido ya prometió 14 tanques pesados Challenger 2, lo que lo convierte en el primer país en enviar este tipo de material pesado a Ucrania, y Polonia dijo estar dispuesta a mandar 14 tanques Leopard 2 de fabricación alemana, si Berlín autoriza su reexportación hacia Ucrania.

Además, la Unión Europea (UE) firmó el lunes un acuerdo de ayuda macrofinanciera de 18.000 millones de euros para 2023, de los cuales Kiev recibió ayer el primer tramo de 3.000 millones de euros.

A dos días de la reunión en la base militar norteamericana de Ramstein, la presión no deja de crecer sobre el canciller alemán, Olaf Scholz, para que autorice el envío a Ucrania de tanques Leopard.

«Sería muy peligroso subestimar a Rusia. Vladimir Putin prevé nuevas ofensivas y está dispuesto a sacrificar a su juventud. Ha movilizado a más de 200.000 combatientes y está comprando armas a regímenes autoritarios como Irán», advirtió Stoltenberg.

«Tenemos el tiempo contado. La situación es urgente. Ucrania necesita más apoyo. Es un combate por nuestros valores. La democracia debe imponerse a la tiranía», insistió el secretario general de la OTAN.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, volvió a exigir hoy «celeridad en la toma de decisiones» relativas a la ayuda a Ucrania, en una intervención en video ante el Foro de Davos.

El lunes, Rusia se hizo el lunes con el control total de la ciudad de Soledar, en el este de Ucrania, una conquista que estuvo precedida por varios días de combates, admitió el ejército ucraniano.

En septiembre de 2022, las regiones de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia, que juntos ocupan una extensión de más de 100.000 kilómetros cuadrados, se adhirieron a Rusia tras celebrar referendos en los que la mayoría de sus habitantes avalaron esa opción, pero las consultas populares fueron rechazadas por la comunidad internacional.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, alertó que si no se frena a su par ruso, Vladimir Putin, «habrá una tercera guerra mundial», y sostuvo que «cuando invada Polonia y los Estados bálticos, nadie podrá hacer nada» para evitarla.

«Todos irán a la guerra, incluso Italia, Francia, Estados Unidos, Inglaterra, y todos los estados miembros de la OTAN se verán obligados a ir a la guerra para demostrar que la OTAN realmente existe», sentenció en una entrevista ofrecida al programa italiano Porta a Porta de la RAI.

Sin embargo, el martes pasado, durante la entrega de los Globos de Oro en Estados Unidos, Zelenski dijo que eso no sucedería «porque esto no es una trilogía»

Pese a todo, Zelenski considera improbable que Putin recurra a las armas atómicas, recogió la agencia de noticias ANSA.

«Creo que no es beneficioso para ellos; está buscando una salida a esta guerra, que fue un error, y las armas nucleares no son una salida», argumentó.

Agregó que en el caso de que el mandatario ruso pudiera abandonar la escena política, «sería difícil imaginar un personaje aún más duro» en el Kremlin.

«Me parece que ya ha usado todo lo que ha podido, incluso en lo que respecta a las armas, y si en el lugar de Putin vendrán personas que no solo quieran robar y deseen vivir de alguna manera y desarrollarse, tendrán que encontrar un acuerdo no solo con Ucrania, sino con el mundo entero», amplió.

En cuanto a las perspectivas de Ucrania de formar parte de la Unión Europea (UE), se declaró convencido de que la membresía para ingresar al grupo podría llegar en los próximos dos años.

«Tenemos la oportunidad, al menos estamos haciendo todo lo posible para acelerar la entrada; compartimos valores comunes, pero pagamos el precio más alto y todos lo ven», refirió.

Zelenski se jactó de que su país sigue desarrollándose y afirmo que «demostró» tener un «ejército fuerte, que también es muy importante para la solidez de la Unión Europea».

«Además, a pesar de la guerra con Rusia, en la medida de nuestras posibilidades, llevamos adelante las reformas en nuestro Estado», concluyó el gobernante de 44 años.

El presidente ruso, Vladimir Putin, le aseguró a su par turco, Recep Tayyip Erdogan, que su Gobierno está dispuesto a encarar un diálogo de paz con Ucrania, siempre y cuando Kiev reconozca «las nuevas realidades territoriales» que, afirma, arrojó hasta ahora la guerra entre ambas naciones.

«Como Recep Tayyip Erdogan propuso la mediación turca para hallar una solución política al conflicto, Vladimir Putin reafirmó la apertura de Rusia a un diálogo serio, siempre que las autoridades de Kiev cumplan con las demandas conocidas y expresadas repetidamente, y tomen en cuenta las nuevas realidades territoriales», anunció un comunicado del Kremlin difundido hoy y recogido por las agencias de noticias Sputnik y AFP.

El texto oficial se conoció luego de que Putin conversara telefónicamente con Erdogan, quien lo instó a aplicar un «cese el fuego unilateral» en Ucrania, informó la Presidencia turca.
Al mencionar las «nuevas realidades territoriales», el mandatario ruso se refiere a las provincias de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jerson, donde sus tropas realizaron ocupaciones parciales que les permitieron establecer gobiernos, si bien en las cuatro hay zonas donde permanece el dominio de las autoridades ucranianas.

Moscú reivindicó en septiembre pasado la anexión de estos territorios, una política que ya llevó a cabo con la península ucraniana de Crimea en marzo de 2014.

Las cuatro provincias se declararon pertenecientes a Rusia luego de convocar a plebiscitos en los que esta opción obtuvo mayorías absolutas, pero esa definición no es reconocida por Kiev ni por la comunidad internacional, que rechazan la elaboración de esas consultas y, sobre todo, las condiciones en las que se realizaron los escrutinios.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se niega a negociar con Moscú mientras Putin esté en el poder e insiste en que el objetivo es recuperar todos los territorios ocupados.

En su llamado con Erdogan, el jefe del Kremlin denunció «el papel destructivo de los Estados occidentales, que saturan a Kiev de armas y equipamientos militares» y le brindan «la información operativa y le precisa los blancos» de los ataques.

En Rusia fue el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa Kirill, cercano a Putin, quien hizo un llamado a un alto el fuego en vísperas de la Navidad ortodoxa, que se celebra el sábado próximo.

El líder ortodoxo, de 76 años, instó a deponer las armas de las 12 hora local (7 en la Argentina) del 6 de enero a la medianoche del 7 de enero (19 horas del 6 de enero en la Argentina).

Sin embargo, este mensaje podría tener poco eco en Ucrania, donde la influencia del patriarcado de Moscú ha ido en declive en estos últimos años, hasta la creación en 2018-2019 de una Iglesia independiente de la tutela religiosa rusa.

De hecho, en mayo pasado, tres meses después del inicio de la invasión rusa del país, la Iglesia ortodoxa ucraniana rompió sus lazos con Moscú.

Estos llamados al cese el fuego tienen lugar días después de que un ataque ucraniano en la noche de Año Nuevo causara al menos 89 muertos en la localidad de Makiivka, en la región anexada de Donetsk.

El presidente ruso, Vladimir Putin, y su Gobierno anunciaron hoy una movilización parcial de reservistas para proteger territorios ocupados por el Ejército ruso en Ucrania que se preparan a celebrar referendos para ser incorporados a Rusia.

En un breve discurso, Putin, además, advirtió a Occidente que no fingía sobre su determinación a usar todos los medios a su alcance para proteger el territorio de Rusia, en lo que pareció una velada amenaza de usar el arsenal nuclear ruso.

Ucrania y los países que más armas le suministran, Estados Unidos y el Reino Unido, dijeron que el anuncio de Putin reflejaba que Rusia está perdiendo la guerra luego de siete de meses de combates desde el inicio de su invasión del territorio ucraniano.

La afirmación parece difícil de sostener incluso luego de recientes repliegues rusos en Ucrania que permitieron a Kiev recuperar porciones de territorio, puesto que el Ejército ruso ha capturado total o parcialmente cuatro provincias clave del este y sur de Ucrania.

Autoridades instaladas por Moscú en esas provincias anunciaron ayer la celebración de referendos de incorporación a Rusia que prefiguran una reconfiguración de facto de las fronteras y una fuerte militarización de la línea de contacto dentro de Ucrania.

El ministro de Defensa de Rusia, Serguei Shoigu, dijo que la orden atañía a unos 300.000 reservistas con experiencia en combates, es decir, apenas el 1% de las 25 millones de personas que, según él, entran en esa categoría.

Shoigu dijo que la línea de contacto entre las fuerzas rusas y ucranianas dentro de Ucrania tiene más de 1.000 kilómetros de longitud y que la movilización servirá para «reforzar» la presencia militar y proteger los territorios ocupados por el Ejército ruso.

«Es natural que esta línea sea reforzada y que los territorios (en poder de Rusia) sean controlados. Por supuesto, este es el propósito de este trabajo», dijo Shoigu, informó la cadena de noticias rusa RT.

La orden es efectiva desde este miércoles, dijo el presidente ruso.

El decreto correspondiente, publicado por el Kremlin, incluye una cláusula que impide a la mayoría de los soldados profesionales poner fin a sus contratos y dejar el Ejército hasta que ya no rija la orden de movilización.

El anuncio de Putin llegó en medio de la reunión anual de líderes mundiales en la Asamblea General de la ONU, donde la ofensiva rusa en Ucrania ha sido el centro de fuertes críticas internacionales.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, tiene previsto dar hoy su discurso ante la Asamblea General de la ONU, un mensaje ya grabado que será transmitido mientras él permanece en Ucrania.

Putin no viajó a Nueva York, donde la ONU tiene su sede, para el evento, algo que no hace desde 2015.

Un asesor de Zelenski se burló de la afirmación de Shoigu de que el anuncio de Putin era parte de un plan, insinuando que era una medida tomada ante lo que Ucrania, Estados Unidos y el Reino Unido han presentado como reveses militares rusos.

«Todo esto se sigue ajustando al plan, ¿cierto? La vida tiene un gran sentido del humor», tuiteó Mijailo Podoliak.

La embajadora de Estados Unidos en Ucrania, Bridget Brink, escribió en Twitter que la movilización era una señal «de debilidad, de fracaso ruso».

El ministro de Defensa británico, Ben Wallace, describió el anuncio de Putin como «una admisión de que su invasión está fracasando».

El vocero del jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, dijo que la decisión rusa mostraba la «desesperación» de Putin.

Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero pasado. Desde entonces, ha logrado capturar de manera parcial o total las orientales provincias ucranianas de Donetsk y Lugansk y las sureñas Jerson y Zaporiyia.

Las provincias son contiguas y crean un corredor ininterrumpido desde Rusia hasta Crimea, lo que permite a Moscú reforzar la posesión y defensa de esa península ucraniana que se anexionó en 2014.

Crimea es vital para la seguridad rusa porque allí está anclada la flota rusa del mar Negro y da a Rusia una vía de acceso al mar Mediterráneo.

Los referendos en las cuatro provincias ucranianas se celebrarán desde el viernes, y se da por descontado que su resultado será a favor de la incorporación a Rusia, que ya ha creado allí administraciones civiles y militares e introducido su moneda, el rublo.

Los aliados de Ucrania ya han dicho que no reconocerán el resultado de las consultas, que Zelenski describió como una «farsa» y un «ruido» para distraer la atención del público ruso.

La guerra ha matado a miles de personas, hecho subir los precios de los alimentos en todo el mundo y provocado que los costos de la energía se disparen. También ha generado temores de una posible catástrofe nuclear en la planta nuclear más grande de Europa en el sureste de Ucrania, ahora ocupado por Rusia.

Asimismo, se están realizando investigaciones sobre posibles atrocidades cometidas por las fuerzas rusas en Ucrania.

En su discurso, Putin acusó a Occidente de participar en un «chantaje nuclear» y señaló «declaraciones de algunos representantes de alto rango de los principales estados de la OTAN sobre la posibilidad de utilizar armas nucleares de destrucción masiva contra Rusia».

No identificó quién había hecho tales comentarios.

«A quienes se permiten tales declaraciones respecto a Rusia, quiero recordarles que nuestro país también cuenta con diversos medios de destrucción, y por componentes separados y más modernos que los de los países de la OTAN y cuando la integridad territorial de nuestro país está amenazada, para proteger a Rusia y a nuestro pueblo, sin duda utilizaremos todos los medios a nuestra disposición», dijo.

Y agregó: «Esto no es fingimiento».

«Estamos hablando de una movilización parcial, es decir, solo los ciudadanos que se encuentran actualmente en la reserva serán sujetos de reclutamiento y, sobre todo, aquellos que sirvieron en las fuerzas armadas tienen cierta especialidad militar y experiencia relevante», agregó.

El papa Francisco dijo que busca «ir a Moscú a encontrar a (Vladimir) Putin» para pedirle al presidente ruso que frene la guerra iniciada a fines de febrero con la invasión a Ucrania, al tiempo que reiteró que por el momento no visitará Kiev y advirtió que «los ladridos de la OTAN» cerca de las fronteras rusas pudieron haber «facilitado» el origen del conflicto.

«A Kiev por ahora no voy. Antes debo ir a Moscú, encontrar a Putin», dijo el pontífice en una entrevista publicada este martes por el Corriere della Sera al ser consultado sobre un posible viaje suyo a la capital ucraniana.

En la entrevista, el Papa reveló que le pidió al cardenal secretario de Estado Pietro Parolin «después de veinte días de iniciada la guerra, que haga llegar el mensaje a Putin de que estoy dispuesto a ir a Moscú. Era necesario que el líder ruso concediera alguna ventana».

«No hemos tenido hasta ahora respuestas y estamos insistiendo», remarcó y consideró que «Putin no puede y no quiere hacer este encuentro en este momento».

«Incluso yo soy solo un sacerdote. ¿Qué puedo hacer? Hago lo que puedo. Si Putin abriera la puerta…», se esperanzó.

Al hacer un recorrido por las acciones emprendidas por la Santa Sede desde el 24 de febrero, Francisco afirmó que llamó al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, «el primer día de la guerra» y que luego quiso «hacer un gesto claro que viera todo el mundo» con su visita de ese día a la embajada rusa ante el Vaticano.

Bergoglio planteó que «los ladridos de la OTAN en las puertas de Rusia» indujeron a Putin al conflicto

Al analizar las posibles causas del conflicto, Jorge Bergoglio planteó que «los ladridos de la OTAN en las puertas de Rusia» indujeron a Putin al conflicto, en referencia a la supuesta expansión de la Organización del Atlántico Norte, de perfil pro-estadounidense, hacia los países fronterizos con Rusia.

El de Putin, para el Papa, «es un enojo que no sé decir si fue provocado, pero quizás sí facilitado».

Al mismo tiempo, Francisco no mostró un respaldo pleno a la entrega de armas a Ucrania ya que consideró que «lo que está claro es que en esta guerra se están probando armas».

«Los rusos ahora saben que los tanques sirven de poco y están pensando en otras cosas. Las guerras se hacen para esto: para probar las armas que hemos producido», denunció.

En un marco de crítica al belicismo, el Papa cerró además la puerta a cualquier encuentro por el momento con el patriarca ortodoxo ruso CIrilo, aliado de Putin, con quien tenía «un encuentro ya en agenda el 14 de junio en Jerusalén».

«Los rusos ahora saben que los tanques sirven de poco y están pensando en otras cosas. Las guerras se hacen para esto: para probar las armas que hemos producido»

«Hablé con él 40 minutos por Zoom. Los primeros veinte con un papel en la mano me leyó todas las justificaciones de la guerra. Lo escuché y le dije que de eso no entiendo nada. El Patriarca no puede transformarse en el monaguillo de Putin», advirtió Francisco.

De cara al futuro, Francisco contó en la entrevista que el primer ministro húngaro, Viktor Orban, le planteó hace dos semanas, durante una visita privada, que «los rusos tienen un plan y que el 9 de mayo terminará todo».

«Espero que sea así, así se entendería la escalada de estos días. Porque ahora ya no es solo el Donbass, es Crimea, es Odesa, es sacarle a Ucrania el puerto del mar Negro. Es todo», criticó el Papa sobre los últimos objetivos militares de la invasión.

«Yo soy pesimista pero debemos hacer lo posible para que la guerra se termine», sostuvo.