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Se esperaba que la revancha del superclásico en la Bombonera tuviera situaciones más allá de lo que pasara en el campo de juego entre Boca y River. Había temor. En la Seguridad, ante una posible represalia al micro visitante por lo sucedido el 24 de noviembre pasado, en el que el ómnibus xeneize fue apedreado y provocó la suspensión de una final continental que, en efecto, viajó a Madrid. También en el club: los directivos y plantel estarían en la mira de los hinchas si la épica remontada no ocurría, una frustración superclásica más del último lustro que irrita. Y varias cosas alrededor de eso ocurrieron en una noche que, también, tuvo su cuota de gran fiesta más allá de la eliminación. Sobre todo, lo vinculado a la institucional. Hubo una sentencia del hincha al final del 1-0 que no alcanzó: «Angelici, botón, sos un hijo de p…, la p… madre que te parió». El presidente fue el foco. Y en las elecciones de diciembre, el hincha puede hablar más fuerte.

Porque en cuanto al equipo, las tribunas tuvieron poco que reprochar. Se esperaba más de River y mucho menos de Boca, pero terminó siendo al revés, paradójicamente. Los fanáticos se rompieron las manos para reconocer el esfuerzo, la intensidad y la pasión con la que el conjunto xeneize intentó la remontada épica. Todo cambió con el partido. Porque, de hecho, se esperaba que desde la tribuna cayera una mayor presión sobre sus jugadores. Tal es así que antes de que comenzara el precalentamiento del Millonario, bajó un duro mensaje desde la barra brava y sus costados repleto de hinchas: «¡A ver, a ver los jugadores si pueden oír, por la camiseta de Boca matar o morir!». Sin embargo, la actitud y las ganas de buscar el resultado necesario que mostró el equipo generó entusiasmo, fuerzas y reconocimientos entre los fanáticos.
El color de siempre: noche de Copa en la Bombonera

Porque todos terminaron siendo felicitados a través de los aplausos y las canciones de apoyo, que a más de uno le generó la caída de alguna lágrima de emoción. El clima que se palpaba en los minutos previos al duelo marcaban un pulso totalmente diferente. Mientras los empleados intentaban sacar la gran cantidad de papelitos que tiró la hinchada en el recibimiento, cuestión que demoró el inicio del partido casi 15 minutos, la hinchada ovacionó al ídolo: «Que de la mano, de Carlos Tevez, todos la vuelta vamos a dar». El capitán saludó y los aplausos desde los cuatro costados no tardaron en llegar. Acaso, la mención de su apellido en la voz del estadio al presentar las formaciones, junto al de Esteban Andrada y Alexis Mac Allister, habían sido los más reconocidos. ¿Alfaro? Una de las mayores indiferencias desde que llegó en enero. No obstante, cuando se consumó la caída en la serie de semifinal, absolutamente todo el plantel se llevó las «gracias» hecha aplausos.

En cuanto a la seguridad, no era un tema menor. No por nada el operativo incluyó un mega trabajo que involucró a 1500 policías de la Ciudad y 800 hombres de seguridad privada, además del secreto bajo siete llaves acerca de qué recorrido haría el Millonario para arribar a La Boca. Algún conflicto esperaban. Y así fue: a falta de más de una hora para el encuentro, se registraron represalias de la policía en los accesos a las tribunas Norte que dan al Riachuelo. La seguridad se habría visto desbordada en un momento de la noche y comenzó a alejar a la gente con golpes.

El final: el festejo de River, otra frustración para Boca

La gente fue con esperanzas, pero no esperaba ver que sus futbolistas fueran tan al frente como lo hicieron. Ese combo que formaron entre la necesidad de reconocer al plantel por la muestra de carácter y la imposibilidad de disputar una nueva final de Libertadores, hizo que la gente marcara una tendencia clara de cara al 8 de diciembre: Angelici y el oficialismo corren un alto riesgo.

Apenas finalizó el partido, los hinchas de River estallaron en la confitería del club como en cada rincón del país como lo hicieron los jugadores en plena Bombonera. Y como lo hizo Marcelo Gallardo, el hombre que va camino a ser estatua.

Esos mismos fanáticos, y muchos más que se fueron sumando, le dieron una impresionante bienvenida al plantel en el Monumental, cuando el micro llegó a la 1.40 de este miércoles de gloria para los millonarios. Un micro que explotó en el camino desde la Bombonera hasta Núñez, con jugadores entonando canciones de la gente.

«Si querés dar la vuelta no te quedes con ganas, hay una calesita en el Parque Lezama», se escuchó a los fanáticos. Una canción añeja contra el archirrival pero que siempre cobra vigencia, entre tantas canciones a la espera de los héroes, con quienes tienen un ida y vuelta que Gallardo siempre valora y destaca.

El micro, con los jugadores saltando y gritando como hinchas, todos abrazados, pasó lentamente para recibir el cariño de sus fieles. Y así, cerraron otra noche inolvidable, a pocos minutos de las dos de la mañana, también con nuevos gritos en el playón interno del estadio.

El entrenador de River Plate, Marcelo Gallardo, aseguró que el «partido de mi vida ya lo jugué en Madrid» en relación a la revancha de este martes ante Boca Juniors en La Bombonera, pero admitió «que es muy importante».

«El partido de mi vida ya lo jugué en Madrid, de mi vida deportiva», aclaró al tiempo que agregó: «Este es un partido muy importante, un nuevo desafío. Nada más que eso».

Además, el DT del Millo, se refirió al carácter del equipo: «Ya hemos vivido situaciones como estas. Podemos ganar o podemos perder, pero no nos va a traicionar la templanza para jugarlos. Ese es un punto fuerte que tenemos».

Pasaron los compromisos de la 10ª fecha de la Superliga para Boca y River, y ahora sí de aquí en más la expectativa sobre la semifinal de la Libertadores a jugarse el martes por la noche crecerá hora a hora.

Claro que no terminaron de la misma manera sus compromisos por el torneo doméstico. River dio una nueva muestra de carácter ante Arsenal (remontó una diferencia de dos goles) a pesar de jugar con un equipo alternativo, mientras que el Xeneize, que cayó 1-0 ante Racing, dejó el campo de La Bombonera lleno de interrogantes que deberá despejar en 48 horas si es que quiere llegar a la final de Santiago de Chile.

Aun cuando en un agónico arrebato de inspiración, de coraje o de azar venturoso, Boca hubiera alcanzado el empate con la Academia, la conclusión habría sido la misma: de cara al mano a mano con River el equipo no dio ninguna señal positiva.

Superado el lapso de una primavera de buenos resultados y de crecimiento en un par de fases de la Copa Libertadores y algunos tramos de la Superliga, Boca ha visto desvanecerse sus mejores atributos: orden, seguridad defensiva y aptitud para trabajar los partidos.

Ahora carece de todo aquello y tampoco tiene fluidez, capacidad de asociación, secuencia de pases y profundidad. En definitiva, no tiene volumen de juego.

Para el martes Alfaro duda entre Carlos Tevez y Mauro Zárate, quien ante Racing ingresó en el ST. Su actuación fue tan pobre que prácticamente se sacó del superclásico.

En River, que tiene una ventaja de dos goles las cosas están más claras. Marcelo Gallardo por estas horas sólo duda entre devolverle la titularidad a Nacho Scocco, autor de dos tantos contra Arsenal, o mantener a Matías Suárez.

La mayoría de los titulares llegarán en perfectas condiciones al desquite y sólo Martínez Quarta es el que ha acumulado más minutos ya que jugó todo el partido en Sarandí. River formaría con Armani; Montiel, Martínez Quarta, Pinola y Casco; Enzo Pérez, Nacho Fernández, Palacios y De la Cruz; Santos Borré, Suárez o Scocco.

Vuelve el superclásico a la Copa Libertadores después de las vergonzosas imágenes de aquel fatídico 24 de noviembre de 2018. Esta vez no estará el título en juego, pero la semifinal que protagonizarán River y Bocaentre mañana y el 22 de octubre tendrá todas las miradas encima. Y el Gobierno de la Ciudad, luego de la exitosa tarea hace un mes en el encuentro que sostuvieron por la Superliga, vuelve a considerar que está totalmente preparado para garantizar una seguridad absoluta.

A diferencia del operativo que se realizó en noviembre pasado en el que también participaron Policía Federal, Prefectura y Gendarmería, esta vez todo estará a cargo de la Policía de la Ciudad, tal como sucedió el 1° de septiembre en el 0-0 del torneo local. Así, se buscará generar una mejor coordinación y comunicación con una sola cadena de mando para actuar, algo que falló en la final que se mudó a Madrid. Las cabezas centrales serán el jefe de la Policía porteña Gabriel Oscar Berard y el subjefe Oscar Enrique Cejas y toda la organización estará bajo la órbita del Comité de Seguridad en el Fútbol que lidera Valeria Sirkoski.

Así fue el operativo de seguridad en el último clásico por la Superliga

El despliegue de agentes afectados a los controles contempla más de 1500 efectivos entre la Policía de la Ciudad, cadetes del Instituto Superior de Seguridad Pública para operar el filtro de Tribuna Segura (se exige el DNI para ingresar) y Agentes de Prevención, además de la seguridad privada de la empresa «Tech» que dispone el club. Desde el mediodía, personal de la Agencia Gubernamental de Control inspeccionará el estadio para autorizar la apertura de puertas, pautada para las 18.30, tres horas antes del comienzo del juego.

Además de la División de Explosivos que revisará todo el Monumental, habrá presencia del cuerpo de Bomberos, representantes de Espacio Público, de Logística, de la Dirección de Tránsito y Transporte, de Limpieza y de la Dirección de Prevención del Delito. Con el sistema de reconocimiento facial, drones, helicópteros, 123 cámaras fijas en el barrio River y alrededor de 50 cámaras extras (entre motorizadas, Gopro, de despliegue rápido y mochilas 4G), la fuerte presencia policial se verá desde las 15.

Luego, a las 17 se realizarán cortes totales de tránsito en el siguiente perímetro: Avenida del Libertador entre Monroe y Avenida Udaondo; Udaondo entre Libertador y Avenida Lugones; Avenida Figueroa Alcorta entre Udaondo y Monroe; Monroe entre Libertador y Alcorta. A su vez, también habrá un corte total en Puente Labruna y la Colectora de Avenida Cantilo.

El despliegue de agentes afectados a los controles contempla más de 1500 efectivos entre la Policía de la Ciudad, cadetes del Instituto Superior de Seguridad Pública para operar el filtro de Tribuna Segura (se exige el DNI para ingresar) y Agentes de Prevención, además de la seguridad privada de la empresa «Tech» que dispone el club. Desde el mediodía, personal de la Agencia Gubernamental de Control inspeccionará el estadio para autorizar la apertura de puertas, pautada para las 18.30, tres horas antes del comienzo del juego.

Además de la División de Explosivos que revisará todo el Monumental, habrá presencia del cuerpo de Bomberos, representantes de Espacio Público, de Logística, de la Dirección de Tránsito y Transporte, de Limpieza y de la Dirección de Prevención del Delito. Con el sistema de reconocimiento facial, drones, helicópteros, 123 cámaras fijas en el barrio River y alrededor de 50 cámaras extras (entre motorizadas, Gopro, de despliegue rápido y mochilas 4G), la fuerte presencia policial se verá desde las 15.

Luego, a las 17 se realizarán cortes totales de tránsito en el siguiente perímetro: Avenida del Libertador entre Monroe y Avenida Udaondo; Udaondo entre Libertador y Avenida Lugones; Avenida Figueroa Alcorta entre Udaondo y Monroe; Monroe entre Libertador y Alcorta. A su vez, también habrá un corte total en Puente Labruna y la Colectora de Avenida Cantilo.

«Se realizará otro operativo especial, con alrededor de 500 efectivos más que en Superliga. La última vez funcionaron las medidas preventivas: no hubo incidentes, se detuvieron a dos personas con pedido de captura y se les negó el ingreso a 11 con derecho de admisión. Ahora el partido será de otro nivel, pero está todo preparado para garantizar la seguridad total», le aseguraron a LA NACIONfuentes del ministerio de Seguridad porteño.

El traslado del micro de Boca, que contará con el sistema antivandálico obligatorio, será el mismo de hace un mes: saldrá del Hotel Holiday Inn de Ezeiza por autopista Ricchieri acompañado por efectivos de la Policía bonaerense hasta General Paz. Allí se hará el cambio por policías de la Ciudad, irá por la Autopista 25 de Mayo hasta el Paseo del Bajo, doblará en Avenida Sarmiento y desde allí tomará Libertador para ingresar por Quinteros al Monumental. Por pedido especial de la Policía, ambos planteles estarán a las 19 en el estadio.

Tanto el ómnibus de los jugadores y cuerpo técnico como el microbus de los dirigentes será escoltado por el Grupo de Acción Motorizada (GAM): habrá una «cápsula de despliegue y traslado» (custodia policial que antecede y escolta) en un corredor dinámico con cortes programados para un fácil acceso.

En caso de cualquier tipo de emergencia, la Policía tiene preparadas dos «áreas seguras» para detener el micro y otros dos planes diseñados para llegar al estadio. Además, habrá recaudos especiales en la esquina de Libertador y Quinteros: varios minutos antes de la llegada del micro, se desalojará la zona en un rango de 200 metros y se cortará el ingreso a la tribuna Centenario. Así, el micro xeneize llegará hasta el Monumental sin público alrededor.

Además, se cubrirán los puentes del trayecto y se duplicarán monitoreos y filmaciones para tener todos los movimientos registrados: habrá monitoreo en tiempo real desde la Sala de Situación de la Policía de la Ciudad, con la acción de las brigadas de Exteriores de Video, controlada desde el aire por los helicópteros del Escuadrón Aéreo. Y también se sumará la central de operaciones de River en el Monumental, que será manejada por la Policía.

El superclásico se vuelve a jugar por la Copa Libertadores. Atrás quedó la mudanza a Madrid y la «falta de condiciones» para jugar en el país. Hoy, todo está preparado para un partido en paz. Se sabe: nada puede fallar, informó La Nación.

El entrenador decidió que se concentren 25 jugadores con vistas al partido en el cual el equipo de La Ribera visitará a River en la ida de la semifinal de la Copa Libertadores el próximo martes 1º de octubre.

El DT de Boca, Gustavo Alfaro, decidió que los 25 jugadores que habitualmente integran el plantel profesional, entre ellos Paolo Goltz y Daniele De Rossi, se concentren en el Hotel Holiday Inn de Ezeiza, a la espera del encuentro ante River por las semifinales de la Copa Libertadores.

La lista esta integrada por Esteban Andrada, Marcos Díaz, Marcelo Weigandt, Julio Buffarini, Lisandro López, Goltz, Carlos Izquierdoz, Junior Alonso, Emmanuel Mas, Frank Fabra, Nicolás Capaldo, Jorman Campuzzano, Agustín Almendra, De Rossi, Iván Marcone, Agustín Obando, Alexis Mac Allister, Emanuel Reynoso, Sebastián Villa, Eduardo Salvio, Carlos Tevez, Mauro Zárate, Ramón Ábila, Jan Hurtado y Franco Soldano.

En la lista figura Salvio, quien en la práctica que esta mañana realizó el plantel «Xeneize» en el predio de Casa Amarilla se movió aparte para luego pasar por kinesiología. Esta tarde, el ex Lanús volverá a trabajar solo en en el mismo lugar.

«Salvio no está lesionado. Solo tiene un dolor en la parte donde tiene la cicatriz del desgarro. Si está para jugar lo hará, y si no, estará en el banco o descansará. Por ahora no lo puedo determinar», dijo anoche al respecto Alfaro en la rueda de prensa tras el partido que Boca igualó 1 a 1 ante Newell’s en la Bombonera.

Se presume que al delantero, que fue incorporado en este semestre procedente de Benfica de Portugal, buscarán recuperarlo con kinesiología y ejercicios en el campo de juego de su agravamiento del desgarro en el isquiotibial izquierdo.

En caso de no poder jugar en el Monumental, a Salvio lo cuidarán para que llegue a la revancha del 22 de octubre en La Boca.

En tanto, Carlos Izquierdoz, quien anoche se retiró con una bolsa de hielo que cubria el recto anterior derecho, hoy estuvo mejor y podrá jugar sin problemas en el superclásico copero del próximo martes, a las 21.30 en el Monumental.

El once para visitar a los dirigidos por Marcelo Gallardo es un secreto bien guardado por el cuerpo técnico boquense, aunque se estima que seguramente estarán Esteban Andrada; Marcelo Weigandt, Lisandro López, Carlos Izquierdoz, Emmanuel Mas; Nicolás Capaldo, Iván Marcone, Emmanuel Reynoso, Alexis Mac Allister y Franco Soldano.

La duda de Alfaro pasa por agregar un defensor más, con el ingreso del zaguero paraguayo Junior Alonso, para armar una línea de tres con López e Izquierdoz, y por los costados jugar con Weigandt y Mas, así lo informó Diario Jornada.

Si esa idea no prospera, el DT pondría un delantero más, que puede ser Ramón «Wanchope» Ábila. En ese caso, Soldano iría por derecha o si juega -parece muy difícil a esta altura- Salvio por ese sector.

El plantel trabajará mañana en el Centro de Entrenamientos que el club tiene en Ezeiza, para luego seguir concentrados en el hotel Holiday Inn, que se encuentra en esa localidad bonaerense.

Boca jugará ante River de visitante el martes desde las 21.30, por el primer partido de las semifinales de la Copa Libertadores 2019, con el arbitraje del brasileño Raphael Claus.

Compañeros en la Selección, se volvieron piezas clave en sus equipos. El de River tiene el récord histórico de valla invicta en su club. Y el de Boca lo puedo lograr en el Monumental.

Esteban Andrada, como casi nunca durante un partido, queda a metros de distancia de Franco Armani, el otro arquero. Cuando el Pity Martínez toca la pelota en la corrida del 3-1 en Madrid, Andrada mira el área propia desde la otra orilla. Es una de las fotos instantáneas del último River-Boca, la final de la Copa Libertadores 2018. Armani y Andrada, arqueros de la Selección que dirige Lionel Scaloni, son al mismo tiempo las figuras de River y Boca, los que, en reiteradas ocasiones, salvan las papas. En Superliga, Armani atajó 38 partidos: 19 veces mantuvo la valla invicta. Andrada jugó 22 partidos: en 15 conservó el cero. Y un plus que tendrá el Superclásico en el Monumental: si no recibe un gol hasta los 4 minutos y 34 segundos de partido, Andrada superará el récord de imbatibilidad como arquero de Boca de Antonio Roma. Armani y Andrada, que agarraron bien fuerte los buzos de arqueros de los equipos más grandes del fútbol argentino, son jugadores que ganan partidos. Arcos del triunfo.

Armani fue el arquero titular de la Selección en la Copa América de Brasil. Andrada fue citado y, antes de que se abriera el debate de la titularidad, fue desafectado por una lesión. En aquellos días de Copa América compartieron habitación. Pero Armani, sobre todo, fue clave en los mano a mano de River en la Copa Libertadores: en los octavos de final ante Cruzeiro, atajó dos penales en la serie y se erigió como figura. Armani, además, tiene el récord de imbatibilidad en la historia de River: el año pasado sumó 965 minutos sin recibir goles. “Ojalá pueda alcanzarme -dijo sobre Andrada-. Esto es fútbol. Está pasando por un gran momento, es un gran arquero. Si lo consigue, lo tiene bien merecido, porque cada uno lucha por eso.” El récord de minutos sin recibir goles en partidos de Primera desde el inicio del profesionalismo le pertenece a Carlos Barisio, de Ferro, en 1981: 1076 minutos.

Para dimensionar a Armani-Andrada: desde la época previa al Mundial de Argentina 78, con Hugo Gatti y Ubaldo Fillol, que Boca y River no peleaban por el arco en la Selección. Lungos, sobrios, de atajadones y reflejos en los disparos a quemarropa. A Andrada, 28 años, le cuesta menos el juego con los pies. A Armani, 32 años, le cuesta menos despejar los centros. “Scaloni convocó a ocho, nueve arqueros -dijo el Pato Fillol, el elegido por César Menotti, campeón del mundo en aquel Mundial-, pero no potenció al ‘1’, y hoy tiene que potenciar tanto a Armani como a Andrada”. ¿Ganará un arquero alguno de los tres Superclásicos? ¿O, por el contrario, le caerá alguna maldición? “Con una sola pifia -inmortalizó Eduardo Galeano en El fútbol a sol y sombra-, el guardameta arruina un partido o pierde un campeonato, y entonces el público olvida súbitamente todas sus hazañas y lo condena a la desgracia eterna”. Armani y Andrada sobrevivieron a la final de Madrid. Lo que los distancia en la cancha los acerca afuera, aunque a veces ni siquiera el juego los puede separar. Armani-Andrada, otra mirilla por la que apreciar y, claro, disfrutar del Superclásico.

Se viene un nuevo Superclásico en el fútbol argentino. River recibirá a Boca el domingo por la quinta fecha de la Superliga, en un partido que trae todo tipo de recuerdos para los hinchas.

Será el primer enfrentamiento entre los clásicos rivales luego de la final de la Copa Libertadores 2018 que terminó coronando a River en el estadio del Real Madrid en la capital española.

Pero, además, será la primera visita de Boca al Monumental tras la suspensión del partido de vuelta de esa final, en la que hinchas de River apedrearon el micro que transportaba a los futbolistas visitantes.

Con eso en la cabeza, desde el club «xeneize» tomaron nuevos recaudos para la llegada a Núñez.

«Llevaron un auto al predio de Boca en Ezeiza con los mismos vidrios blindados que se le pusieron al micro y hasta los mismos jugadores le pegaron con una maza y no se rompen», contó Darío Rubén Ebertz, chofer del conjunto boquense desde hace más de una década.

En declaraciones a Olé, el conductor detalló: «Se rompe el vidrio de la parte de afuera, se astilla, pero para adentro no pasa nada. Tiene doble vidrio con una lámina de espesor muy gruesa en el medio. Y eso no deja que la piedra que impacta pase para el otro lado».

Tras reiterar que «le pegaron fuerte» y no ocurre «nada» peligroso para los pasajeros, Ebertz sostuvo: «Va a ser la primera vez que vuelva, pero sin dudas que me genera una sensación muy rara, extraña».

«Aunque creo que esta vez no pasará nada. Porque si ocurre algo es para que se desmadre todo de nuevo, si volvemos a lo mismo es como que no aprendimos nada», consideró el chofer de Boca, así lo reseña Telefe Noticias.

El presidente Mauricio Macri condenó hoy los hechos de violencia registrados el sábado en las inmediaciones del estadio de River Plate, cuestionó con dureza el accionar del Poder Judicial porque liberó a los detenidos por los desmanes “a las pocas horas” y anunció que impulsará una ley para ayudar a combatir a las barras bravas.

«Realmente no lo entiendo», sentenció Macri.

Tras liderar una reunión de gabinete en la Casa Rosada, el mandatario se mostró muy ofuscado por lo ocurrido el fin de semana en torno al trunco partido de River y Boca por la final de la Copa Libertadores de América en el Monumental de Núñez.

Macri siguió los incidentes desde la quinta oficial de la localidad bonaerense de Chapadmalal, donde estaba descansando. “Lo que pasó nos abochorna a todos los argentinos”, sentenció.

“Cómo puede ser que tras las críticas a la Policía porque detuvo sólo a 23 personas por los desmanes del sábado, en horas, de vuelta esas personas estén libres. No entiendo. No entiendo en nombre de todos los argentinos. No entiendo”, enfatizó el Presidente.

Macri también criticó que la jueza Patricia Larocca porque “soltó” el viernes al líder de la barra brava de River, Héctor “Caverna” Godoy, por considerar que fue sólo una contravención tener en su casa 300 entradas y más de siete millones de pesos.

“Se comprobó a todas luces que las entradas eran reales y no falsas. Cómo el juez va a tipificar el tema como contravención y soltar a este señor (Godoy), que ahora es uno de los principales apuntados junto a esos 300 barras como los organizadores de la agresión”, se quejó Macri.

Por ello, sostuvo que la Argentina necesita que los jueces, los fiscales, las fuerzas de seguridad y cada ciudadano trabajen en conjunto para terminar con la violencia. “Yo estoy acá y no me voy a resignar: esto va a cambiar y está cambiando”, dijo el jefe del Estado.

Proyecto de ley

Macri indicó que el Gobierno está ahora abocado a que la cumbre de líderes del G-20 “salga bien”, pero aclaró que lo sucedido el sábado tiene que llevar a los argentinos “a la reflexión”, por lo que hay que ir “al fondo de la cuestión”.

En ese contexto, anunció que incluirá en el temario para sesiones extraordinarias del Congreso que convocará próximamente un proyecto de ley del Poder Ejecutivo para combatir la violencia en el fútbol.

“Hace dos años y medio que los ministros presentaron una ley contra los barrabravas. Esto va a ayudar a que ningún fiscal ni juez se equivoquen en cómo tipificar este tipo de delitos. Y esto para que podamos apoyar a nuestras fuerzas de seguridad cuando actúen. Porque si no las apoyamos, después no nos quejemos cuando actúen. Espero que lo podamos aprobar”, afirmó.

El operativo policial

“Y más allá de los operativos policiales yo no me puedo resignar como Presidente, representando a la inmensa mayoría de los argentinos que somos pacíficos, que para organizar un espectáculo deportivo hay que militarizar toda la zona, prácticamente toda la ciudad. Es una locura, no es lo razonable”, dijo Macri.

El jefe del Estado sostuvo que el partido entre River y Boca no tendría que haber sido distinto a la “maravillosa experiencia” que tuvo la Capital Federal con los Juegos Olímpicos de la Juventud, unos 45 días atrás con la presencia de un millón de argentinos como público.

Macri consideró que los espectáculos deportivos deberían darse de manera “pacífica y ordenada” porque además de un operativo policial “hay un sistema judicial que garantiza que aquel que no cumple es el que realmente la va a pasar mal”.

Agregó que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, “ya está estudiando y viendo cómo se va a perfeccionar” el operativo para cuando se organice el partido.

El mandatario afirmó que pasó un fin de semana con “días lindos” en Chapadmalal. «Pero que igual lo calificaría como triste, frustrante, porque trabajo hace muchos años ya, desde cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad, para ayudar a poner a la Argentina y a los argentinos en otro lugar”, manifestó.

Habló de “otro lugar” que abra oportunidades de crecimiento y desarrollo para el país, que permita a la Argentina asociarse con el resto del mundo porque de esa manera va a crecer. “Y lo que pasó este fin de semana, claramente, no contribuyó en nada en todo lo que estamos haciendo”, sostuvo.

“Una vez más la violencia ha ganado un espacio, pero frente a esto no nos queda otra cosa que persistir. Rechazar a los violentos y a las mafias que muchas veces están detrás de este tipo de violencias”, añadió el mandatario.

Y en ese sentido, aseguró: “La única sociedad posible es aquella en la que rige la ley y todos somos iguales frente a ella. Por eso, tenemos que seguir trabajando y mucho, dado que tenemos fallas en ese sistema”.

“Tenemos todavía una parte de la dirigencia que apaña este tipo de cosas, como una conducta razonable tirar piedras, agredir, violentar. Y claramente esto no es aceptable, bajo ningún concepto”, concluyó.

Fuente: La voz

Se enfrentan en el Monumental desde las 17 con arbitraje de Andrés Cunha. El Millonario va por su cuarta estrella; el Xeneize busca la séptima. El operativo de seguridad contará con 2200 efectivos y habrá un control antireventa. Los datos.

a espera terminó y se viene una definición a todo o nada. A dos semanas del partido de ida que terminó igualado 2 a 2 en la Bombonera, River y Boca disputarán este sábado en el Monumental la revancha de la superfinal de la Copa Libertadores que consagrará al campeón de la histórica definición.

El encuentro se disputará desde las 17:00 en el estadio “Antonio Vespucio Liberti”, con el arbitraje del uruguayo Andrés Cunha, asistido por su compatriota Leodán González a cargo del VAR, y la televisación de Fox Sports. La Seguridad de la Capital Federal diseñó un operativo especial para este evento que tendrá encima los ojos del mundo.

En caso de persistir el empate –esta vez no hay gol de visitante-, el partido irá a alargue, donde los técnicos podrán hacer un cuarto cambio, y eventualmente a definición por penales, en la que también se aplicará el VAR.

Tal como ocurrió en la ida, el juego de este sábado contará solo con la parcialidad local, por cuestiones vinculadas a la seguridad, lo que provocará un “banderazo” de los hinchas de Boca en la concentración “xeneize”, tal como ocurrió con River en la previa del primer juego.

El cruce protagonizado por los dos equipos argentinos más importantes será el último de la vieja modalidad, ya que a partir de la próxima edición de la Copa habrá una sola final, al estilo europeo, que se jugará en Santiago de Chile.

Tres nombres para un lugar en Boca. Barros Schelotto perdió a Cristian Pavón, quien sufrió en el primer tiempo una lesión muscular en el isquiotibial izquierdo -después se confirmaría que era un desgarro- y fue reemplazado ese día por Darío Benedetto.

Esta vez el técnico Guillermo Barros Schelotto no apostaría por el doble 9, con Benedetto y Ramón Ábila, sino que analiza tres esquemas distintos, donde aparecen los nombres del juvenil Agustín Almendra, el experimentado Carlos Tevez y el atacante Mauro Zárate como posibles reemplazos de Pavón.

Almendra podría estar para reforzar la mitad de la cancha, un sector en el que River podría disponer cinco hombres, mientras que lo de Tevez y Zárate tiene que ver con un punto más táctico y por la experiencia de ambos, sobre todo del “Apache”.

En tanto, parece un hecho que el arco será para Esteban Andrada, quien volvió en buen nivel ante Patronato por la Superliga, tras un parate de más casi dos meses por una fractura en el maxilar, mientras que el resto del equipo no tendrá variantes respecto al 2 a 2 jugado en la Bombonera.

Quintero o Mora, la duda de Gallardo. Por el lado “millonario” tampoco hay equipo confirmado. La “batalla” de la Bombonera dejó en el camino al delantero colombiano Rafael Santos Borré, por acumulación de amarillas, mientras que Ignacio Scocco, su posible reemplazante, no pudo recuperarse de una lesión en el gemelo derecho y fue descartado entre semana.

De esta manera, Rodrigo Mora aparece como primera opción en la delantera para acompañar a Lucas Pratto, aunque Marcelo Gallardo -que sigue suspendido y no estará en el banco- duda entre darle pista al delantero uruguayo o sumar un volante, que podría ser el colombiano Juan Fernando Quintero.

De hecho, el “Muñeco” ensayó las dos variantes durante los últimos movimientos realizados por el plantel riverplatense en Cardales.

El caso de Mora es especial, ya que el atacante oriental se perdió la final de la Libertadores 2015 por una lesión, dejando su lugar a Fernando Cavenaghi, que terminó siendo figura y campeón, por lo que esta podría ser su revancha.

Otra variante que realizará Gallardo con respecto a la ida es disponer el regreso del capitán Leonardo Ponzio, recuperado de una lesión muscular, quien ingresará por Lucas Martínez Quarta.

 

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