La mujer, de 88 años, creyó toda su vida que su beba había nacido muerta, pero los médicos se la habían apropiado.
Genevieve Purinton tenía tan solo 19 años y no estaba casada cuando dio a la luz a una beba en Indiana, Estados Unidos, en 1949. Cuando le pidió a los médicos que trabajaban allí poder verla, estos les contestaron que la pequeña había muerto durante el parto y no le dejaron ver ni siquiera el supuesto cuerpo sin vida. Sin embargo, décadas más tarde iba a conocer la verdad: le habían metido y se habían apropiado de su hija.
La nena fue llevada a un orfanato y adoptada por una familia de Carolina del Sur, quienes la bautizaron como Connie Moultroup. En cuanto a Genevieve, poco tiempo después tuvo que someterse a una histerectomía, que consiste en la extirpación del útero, por lo que nunca más pudo volver a tener hijos.
Durante 69 años, ninguna supo de la existencia de la otra. Connie fue criada en California, pero luego se mudó a Richmond, Vermont, mientras que su madre biológica vivió toda su vida sin formar una familia.
Hace pocos años, Genevieve decidió internarse en un hogar de asistencia en Tampa, Florida, porque sus ocho hermanos ya fallecieron y se encontraba sola, al menos allí tendría la compañía de otros residentes. Lo que menos esperaba es que a los 88 años, su vida iba a dar un giro inesperado.
En la Navidad del 2017, Connie se hizo una prueba de ADN en Ancestry. El test consiste en hacerse un hisopado en la boca, para juntar una muestra de saliva y luego enviarlo al laboratorio. En menos de un mes tuvo el resultado.
«El ADN revela la herencia única, los grupos étnicos y regiones geográficas de las cuales las personas provienen. Buscamos personas cuyo ADN coincide con el suyo: sus parientes. Nuestra tecnología de Coincidencias de ADN revela el porcentaje de ADN que comparte con sus coincidencias, mostrándole qué tan estrechamente están relacionados con él», explica Ancestry en su página oficial.
Con ayuda de su hija Bonnie, Connie logró ubicar a algunos parientes lejanos, como a los sobrinos de Genevieve. «Uno de esos parientes es primo hermano y fue quien me dijo que el nombre de mi madre era Genevieve. Me caí al suelo», contó Connie.
Y siguió: «Estuve toda mi vida tratando de encontrar a mi madre, siempre fue un sueño que tuve. Que algún día me encontraría con ella y nunca en un millón de años pensé que sucedería».
Cuando se contactó por primera vez con su madre, hablaron durante 30 minutos y coordinaron un encuentro. Connie fue al lugar de residencia donde vive la mujer de 88 años y cuando se vieron, no lo pudieron evitar: ambas lloraron y se fundieron en un abrazo.
«Ella no podía negarme si quisiera, nos vemos exactamente iguales. Tenemos los mismos rasgos faciales, malas rodillas, y ambas hemos tenido ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares», sostuvo Connie a FOX 13, quien afirmó que desde los cinco años quería encontrar a su madre.