Sistema AFIS
En el caso Bregonzi los investigadores de la Procuración nunca se dieron por vencidos. Y la ciencia pudo más que la impunidad de un asesinato que en 2003 conmovió a Puerto Madryn. Diez años después el autor pudo ser detenido y las pruebas fueron contundentes.
La incorporación de tecnología en la lucha contra el delito resulta de un valor fundamental. No hay error si se menciona a la misma como una de las decisiones más importantes que se ha tomado desde la Procuración General de la provincia de Chubut: invertir en tecnología es dar un paso gigantesco a lo que reclama la sociedad en su conjunto: justicia.
Chubut ha sido pionera. La incorporación a su modelo investigativo del Sistema de Identificación Automática de Huellas Dactilares (AFIS) posibilitó la digitalización de las huellas dactilares que poseen los registros de la provincia y con ello un paso grande hacia el esclarecimiento de hechos que por el paso del tiempo parecen que quedarían impunes para siempre.
La incorporación de esta herramienta de última tecnología permite dar un salto significativo en la lucha contra el delito y coloca a la provincia a la vanguardia en la investigación criminalística a nivel nacional a partir de la puesta en marcha de este sistema que, en su momento requirió una inversión de tres millones de pesos .El sistema AFIS MetaMorpho contempla una moderna estructura informática de alta performance que mediante la carga de huellas dactilares digitalizadas permite la creación de una base de datos destinada a la utilidad de la Policía en su tarea de reconocimiento ya sea preventiva o de investigación.
Caso “cerrado”
La utilización del AFIS ha dado los mejores resultados. Entre otros casos, casi emblemático en lo que hace a la utilización de esa tecnología se puede mencionar el del asesinato de Fabián Bregonzi ocurrido en Puerto Madryn en 15 de diciembre de 2003 en el sector denominado Playa Paraná cuando estaba con su novia en su auto. Ya era “caso cerrado” porque las pruebas recolectadas no eran suficientes. Sin embargo, la utilización del sistema AFIS permitió nada menos que 10 años después dar con el asesino y condenarlo.
Una huella digital hallada en el capot del auto donde se cometió el crimen de Bregonzi fue determinante. La utilización del sistema AfIS fue clave para que el hecho no quede impune. La tecnología que usaron los investigadores de la fiscalía pudo determinar que esa huella digital, descartada poco tiempo después del asesinato, señalaba al autor del disparo que terminó con la vida del joven en la mencionada playa de Puerto Madryn.
Pero hay que decir que con el paso de los años no todo fue fácil. Después del crimen hubo un detenido. A las autoridades no le caben dudas que fue uno de los cuatro que participó del hecho esa noche trágica. Lo llevaron a juicio. Pero no hubo pruebas suficientes. Sólo indicios y algunos testimonios. Fue llevado a juicio y absuelto en 2005. Y poco después, enfermó y murió.
Inundación
Pero hubo más acontecimientos que llevaban a pensar que el caso quedaría impune. Años después, una inundación en Puerto Madryn afectó a los efectos secuestrados en el hecho que estaban en un galpón de los tribunales. El agua arrasó con todo. También con la ropa de Fabián Bregonzi. Poco quedaba para hacer respecto al crimen que había conmocionada a toda la ciudad.
Pero las autoridades de la fiscalía no bajaron los brazos. Y a partir de la incorporación de tecnología AFIS en el año 2008, fue en 2011 cuando decidieron reabrir la causa. Y a través del Sistema Computarizado de Identificación de Huellas Digitale llegaron a la verdad. La utilización del sistema llevó a volver a investigar casos que no habían tenido resolución y que a su vez no habían prescripto por el paso del tiempo. El de Bregonzi fue uno de ellos.
La huella digital encontrada en el auto había sido guardada en un soporte de vidrio. También fueron preservados los precintos con los cuales los atacantes habían atado a la víctima y a su novia. Y el proyectil encontrado en su cuerpo y que le causó la muerte.
El equipo multidisciplinario de la Procuración General comenzó a trabajar. Tenía estos elementos, no más. Pero también tecnología. Y esto último fue clave. Utilizaron lentes que mejoran la visión de las huellas. Las pruebas dieron rápidamente una correspondencia con Sandro Alvarez. Y Sandro Alvarez, el autor fue condenado a 17 años de prisión por un crimen que había cometido nada menos que 10 años antes. La utilización de la tecnología en la investigación hizo que un hecho de notable repercusión en la opinión pública no quedara impune.