La Organización de Naciones Unidas (ONU) señaló que «el objetivo del pleno empleo y de una economía sostenible está en peligro, afectado por una serie de tendencias que tendrán un impacto profundo en los mercados laborales».
Lo peor no pasó, tal como aseguró el Fondo Monetario Internacional (FMI) y lo hace constantemente la Casa Rosada. La caída de la actividad económica del 6,8% en marzo va en línea con la advertencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU). El pasado 15 de mayo advirtió: «El objetivo del pleno empleo y de una economía sostenible está en peligro, afectado por una serie de tendencias que tendrán un impacto profundo en los mercados laborales, entre ellas el acelerado envejecimiento, los grandes movimientos migratorios y la transformación de la estructura productiva para alcanzar un crecimiento ambientalmente sostenible. La situación laboral se deteriorará en Argentina, Nicaragua y Venezuela».
En este sentido, desarrolló: «La expansión del trabajo por cuenta propia, el surgimiento de nuevas formas de trabajo y una mayor informalidad del empleo asalariado amenazan el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 8 de la Agenda 2030, que busca promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
Esta es la principal conclusión que han alcanzado los expertos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En el informe conjunto Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, se señala que debido a la baja tasa de crecimiento económico proyectada para 2019, en torno al 1,3% promedio para la región, las tasas de ocupación y desocupación no registrarán grandes cambios durante 2019.
Específicamente, las tasas de desocupación urbana y nacional se ubicarían de nuevo alrededor de un 9,3% y un 8,0%, respectivamente, las mismas cifras registradas en 2018. Asimismo, con la excepción de los países con fuerte presión inflacionaria, los salarios reales seguirán relativamente estables, predominando situaciones con aumentos modestos».
A su vez, en otro informe hace referencia específicamente sobre la situación en Argentina, tildando de «altamente incierto» su horizonte y destaca “la falta de capacidad del Gobierno para domesticar a la inflación”, con una tasa «record» del Banco Central.
Según pudo el documento al que pudo acceder Página|12, Naciones Unidas señala que el grado de deterioro cambiario de Argentina y de Turquía “se debe a factores domésticos” y advierte sobre el efecto contagio del caso turco, por la exposición de bancos europeos y principalmente españoles a deudores de ese país. También hay una mención a las turbulencias financieras en Brasil, Indonesia y Sudáfrica.
“El déficit fiscal y de cuenta corriente, combinados con la falta de capacidad del Gobierno para domesticar a la inflación, motivó un aumento del pesimismo acerca del futuro de la economía. Con la economía en recesión junto a severas medidas de austeridad fiscal, el horizonte es altamente incierto”, dice textual el documento. Resalta que en la región “el consumo de los hogares se desaceleró en 2018, en parte como reflejo del mercado laboral más débil y de un fuerte deterioro de la situación en Argentina”, disparó la ONU.
Sobre el final, le pone un número a la inflación estimada 2019: 32%. Parece un tanto optimista.
El Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), en tanto, tomó datos oficiales de la Secretaria de Gobierno de Trabajo y Empleo e indicadores privados y graficó que se destruyeron 3.500 empleos industriales por mes desde diciembre desde 2015, lo que representa una pérdida de 137 mil puestos hasta la fecha.
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