El cannabis se ha cultivado durante milenios, pero ha habido poca evidencia histórica o arqueológica que muestre cuándo los humanos comenzaron a usar la planta para lo que mejor se conoce hoy en día: drogarse.
Sin embargo, una excavación de una tumba de 2.500 años en el oeste de China reveló la evidencia más antigua y clara de que los humanos usaban cannabis por sus propiedades psicoactivas.
Científicos de China y Alemania analizaron fragmentos de madera y piedras quemadas de las macetas en las tumbas, y los resultados mostraron una coincidencia exacta con la firma química del cannabis, especialmente con una alta cantidad de tetrahidrocannabinol (THC), el agente psicoactivo más potente en la planta.
Los autores del estudio, que se publicó el miércoles en la revista Science Advances, sugirieron que el cannabis probablemente se usó durante las ceremonias de entierro, tal vez como una forma de comunicarse con lo divino o los muertos.
Brasero con piedras quemadas.
Sin embargo, era improbable que el cannabis se fumara de la misma manera que se hace hoy. Es más probable que hubiera sido quemado como incienso en un espacio cerrado para liberar vapores.
Nicole Boivin, directora del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y autora del informe, dijo que el cannabis se quemó en piedras calientes dentro de braseros de madera, recipientes para carbones calientes.
“Parece que esta es la única forma en que se pudo haber fumado cannabis antes de la llegada de la tecnología de pipa, que no es hasta mucho más tarde”, dijo.
Los 10 braseros fueron encontrados en el cementerio de Jirzankal, en las montañas de Pamir, cerca de la frontera china con Pakistán.
¿Misterio resuelto?
De acuerdo con el estudio, ha sido un largo misterio cuándo y dónde las variedades de plantas de cannabis con mayores niveles de componentes psicoactivos fueron reconocidas y usadas por los humanos.
Las plantas de cannabis se cultivaron en el este de Asia por sus semillas aceitosas y fibra desde al menos 4.000 a.C. Sin embargo, las primeras variedades de cannabis, así como la mayoría de las poblaciones silvestres, tenían niveles bajos de THC y otros compuestos con propiedades psicoactivas, dijeron los autores.
La tumba en el occidente de China.
Muchos historiadores habían ubicado los orígenes del consumo de cannabis en las antiguas estepas de Asia central, pero estos argumentos se basaban únicamente en un pasaje de un texto de finales del primer milenio a. C., escrito por el historiador griego Heródoto.
Los autores dijeron que este estudio ofrece la primera evidencia concreta del consumo de cannabis en esta área, aunque aún no está claro si las personas enterradas en el cementerio de Jirzankal cultivaron cannabis en forma activa o simplemente buscaron plantas productoras de THC.
“Encontrar evidencia del uso de drogas antiguas es un poco como encontrar una aguja en un pajar, porque este tipo de evidencia es rara debido a que existen pocas oportunidades para la conservación a largo plazo de los restos de actividades relacionadas con el uso de drogas, que es muy efímero, y no necesariamente deja mucho en el camino de la evidencia física”, dijo Boivun.
Los autores dijeron que las plantas de cannabis producen mayores cantidades de compuestos activos cuando crecen en elevaciones más altas, y esta puede ser la razón por la que las plantas más potentes fueron descubiertas y explotadas con un nuevo uso por personas que vivían en regiones de alta montaña como los Pamirs.
Aunque la región es remota hoy, puede que alguna vez haya estado en la Ruta de la Seda, una ruta comercial clave.
“Nuestro estudio implica que el conocimiento del consumo de cannabis y las variedades específicas de alta producción química de la planta de cannabis se encontraban entre las tradiciones culturales que se extendieron a lo largo de estas rutas de intercambio”, dijo en un comunicado Robert Spengler, principal arqueobotanista del estudio que también se encuentra en el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia de la Humanidad.
“Las perspectivas modernas sobre el cannabis varían enormemente entre culturas, pero está claro que la planta ha tenido una larga historia de uso humano, medicinal, ritual y recreativo, a lo largo de incontables milenios”, agregó Spengler.