Antes de un nuevo viaje a Argentina recibió a Clarín en el Palacio del Planalto. Reafirmó su apoyo a la continuidad del actual Gobierno. Y cuestionó a Alberto Fernández: “Si gana, podemos tener roces”.
Antes de un nuevo viaje a la Argentina, donde participará de la cumbre del Mercosur que tendrá lugar esta semana en Santa Fe, el presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, recibió a Clarín en el Palacio del Planalto. Hizo un fuerte apoyo a la reelección de Macri, críticas a Alberto Fernández y a Cristina Kirchner y la promesa de que la mayor economía de América Latina retomará su crecimiento este año.
-Esta semana repitió que alienta la reelección del presidente Macri. ¿Qué pasaría en Brasil, en Argentina y en el Mercosur si no sucede?
-El candidato de Cristina Kirchner dijo que revisaría (el acuerdo) Mercosur-Unión Europea. Y eso trae problemas económicos para Brasil, para Argentina, para Uruguay y para Paraguay. Estamos enfocados en la economía. Un gobierno con la economía débil no se sustenta. Y yo no quiero que Argentina siga la línea de Venezuela. Por eso aliento la reelección de Macri, la verdad aliento apenas que Cristina Kirchner no vuelva al poder, sabiendo y teniendo conciencia que yo no voy a interferir políticamente en otro país. Supe por los medios que el candidato de Cristina Kirchner vendría a visitar a Lula aquí.
-Ya lo visitó. Y dijo que la detención de Lula muestra que en Brasil el Estado de derecho no funciona.
-Entonces demuestra un completo desconocimiento de lo que ocurre en Brasil. El PT (Partido de los Trabajadores) tenía un proyecto de poder. Y para eso asaltó las empresas estatales. Petrobras casi se fue a la destrucción, a la quiebra. Los fondos de pensiones también fueron quebrados. Postalis, que es el fondo de pensión (de la empresa estatal) de los Correos compró papeles (de deuda) de Venezuela. No tiene sentido. Nuestro Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) invirtió millones en otros países, como Venezuela, Cuba, Angola, Bolivia, y esos países están en mora. El candidato de Cristina Kirchner no conoce la realidad brasileña. Aquí confiamos en nuestras instituciones. Lula fue condenado en tres instancias. Espero que Argentina reflexione mucho sobre esa visita a Lula de su candidato, así como en especial sobre el acuerdo que él quiere revisar. Yo voy a estar en el camino inverso. Nosotros, Argentina, ya conversé con Macri sobre esto, queremos un Mercosur 2.0. Yo cuando era parlamentario era contrario al Mercosur, pero por su tendencia ideológica. Cuando asumí la presidencia, una de las personas con la que conversé fue con Macri y llegamos a la conclusión que esa tendencia ideológica tiene que dejar de existir, tenemos que ir al libre mercado y hacer acuerdos con la mayor cantidad de bloques o países del mundo. Hemos conversado la posibilidad de (acuerdos con) Japón, Corea del Sur, y ahora también de Estados Unidos. Es (la mejora) de la economía la que va a sacar al pueblo de la situación difícil que se encuentra. En Argentina, y gran parte del pueblo brasileño.
-¿Y si gana la oposición a Macri?
-La única rivalidad que Brasil tiene con Argentina es en el fútbol. Somos hermanos. Antes había un cierto antagonismo. Esto en los últimos años dejó de existir y esto está siendo potencializado con mi llegada aquí y con el propio Macri allá. Y por qué no decirlo: también con Marito (Abdo) en Paraguay, con Piñera en Chile, lo mismo en Perú. Nuestra relación, nuestro sentimiento de fraternidad que tenemos unos con otros, nos va a llevar a tener una mejor economía. Por eso es muy bienvenido un buen acuerdo con Estados Unidos y con los países que cité. Ahora, me gustaría que el futuro presidente de Argentina tuviera este mismo sentimiento. Tengo la convicción de que, por las declaraciones del candidato de Cristina Kirchner, de revisar el (acuerdo) Mercosur (Unión Europea) y visitar aquí en Brasil un presidiario condenado por la justicia en tres instancias, es una señal que podemos tener un roce con Argentina que no queremos tener. Y tengo la certeza que Piñera, Marito, tampoco quieren tener esos roces.
-El ex presidente Lula está detenido, la corrupción creó una hecatombe institucional en Perú, varios ex presidentes están bajo la lupa de la justicia en Ecuador, en Panamá, en Argentina. Cristina Kirchner está procesada. ¿Debería estar presa también?
-Si ella será presa o no quien debe decidirlo es la justicia de Argentina. Nuestra justicia aquí trabajó muy bien y el combate a la corrupción tiene que ser efectivo en cualquier país que quiere ser democrático, que cuide su libertad y que quiera tener la confianza del mundo. Aquí tenemos un ex presidente preso, juzgado a mi entender de forma independiente, y quizás sirva eso de ejemplo para otros políticos que pretendieron o pretendan tener una vida al margen de la ley, como Lula y su gabinete de ministros casi de forma general. Sufrimos mucho la corrupción. Una de las cosas que más perdimos fue la credibilidad. Tengo la seguridad de que Macri y yo en la charla que tuvimos en Osaka lo que pretendemos en gran parte es recuperar la confianza de otros países para nuestros países. Esa es la gran señal que estamos dando al mundo Brasil y Argentina.
-¿Pero fue realmente imparcial el proceso a Lula que juzgó su ahora ministro de Justicia, el ex juez Sergio Moro?
-El trabajo de él, por lo que acompañé, fue imparcial. Hizo justicia no sólo él. La segunda y la tercera instancia en los juicios siguientes fueron por la misma línea. Como dije lo que ocurrió con las empresas estatales, con los fondos de pensión, con la devolución de 3.000 millones de reales de los delatores. Nadie devuelve 3.000 millones si no asaltó los cofres públicos con la connivencia del PT. Entonces en Argentina, a mi entender, los jueces van a hacer lo mismo y espero que hagan lo mismo en relación a Cristina Kirchner, condenando o absolviendo, pero que se haga justicia.
-Para Argentina, que exporta a Brasil más que a Estados Unidos y a China juntos, es vital que la economía brasileña, que está estancada, vuelva a crecer. ¿Cuándo se inicia ese crecimiento?
-La madre de nuestras reformas es la nueva seguridad social. Y no estamos impulsando nada más grande en este momento para no perjudicar esa reforma jubilatoria. Lógicamente hemos tomado medidas para destrabar la economía. La Medida Provisoria (decreto-ley) de Libertad Económica, que en los próximos días se va a transformar en una ley efectiva, va a facilitar la vida de los emprendedores en Brasil. Son decenas y decenas de medidas de desburocratización que van a facilitar la vida de la población.
-Usted dijo que si la economía no crece un gobierno no se sustenta. Insisto, ¿cuándo empieza entonces ese crecimiento?
-La economía comienza a crecer ya este año, con la promulgación de la propuesta de enmienda constitucional del nuevo sistema de jubilaciones. Habrá un salto. En el gobierno anterior, de Michel Temer, reformamos las leyes del trabajo. Si no hubiéramos hecho eso la situación económica de Brasil sería peor. Conversé con el ministro de Economía, quiero lanzar el programa “Mi primera empresa”. Estamos facilitando la vida de quien quiere abrir su empresa, para que lo haga en pocos días. En el pasado llevaba meses.
-Su gobierno quiere implementar reformas rápido. Empezó a tratar la jubilatoria, seguirá la tributaria, toma medidas de desburocratización. El presidente Macri buscó desde el inicio de su mandato cambios más graduales. ¿Le daría algún consejo para avanzar en las reformas?
-Por lo que sé Macri es un empresario. Él entiende mucho más de economía que yo. Tal vez lo que faltó en el pasado haya sido hacer unas reformas más profundas. Ahora lo que veo que está en juego en Argentina y estaba en Brasil hasta el fin del año pasado es la libertad y la democracia. Creo que la economía irá mejorando vía Mercosur y ese profundo entendimiento (con la Unión Europea). Yo creo que Argentina tiene todo para despegar con la reelección de Macri. Sé que no debemos interferir en otros países, pero si vuelve la gente de Cristina Kirchner, muy vinculada con Lula, Dilma, etcétera, yo creo que Argentina tendrá serísimos problemas y alentamos a que eso no ocurra.
-Habló hace poco del peso de ser presidente. ¿Está sufriendo o le gusta el cargo?
-Yo sabía de los problemas, no me quejo de lo que enfrento. Encaro como una misión este mandato y busco con mucha humildad consejos en los ministros que yo nombré. Les digo que estamos en el mismo barco, ellos están aquí para auxiliarme. Soy limitado, y tengo la humildad para siempre buscar la persona adecuada para tomar una decisión. Porque mi lapicera, o mi palabra, pone a mucha gente en una situación de comodidad o de sacrificio. Entonces no puedo decir que me está gustando, es una misión. Considero que tengo amigos fuera de Brasil, como el propio Macri. Ya tuve algunos contactos con él y pido a Dios que Argentina no vuelva a con los políticos de antes, amigos de Dilma, de Lula, de Chávez, de Maduro, de Fidel Castro.
-Esta semana vuelve a Argentina, a Santa Fe, para la cumbre del Mercosur. ¿Qué viene para el bloque después del acuerdo con la Unión Europea?
-Habrá una celebración, si, por el acuerdo, pero vamos también a trazar nuevas estrategias. Estará el presidente de Uruguay también, que es un poquito más de izquierda, pero Uruguay está siendo muy beneficiado en este acuerdo, y nuestro entendimiento, independientemente de la ideología de Uruguay, es que traerá beneficios y bienestar para nuestros pueblos. Será un encuentro fantástico, con toda seguridad nuestros asesores de Itamaraty nos orientarán sobre cómo podremos hacer acuerdos semejantes al de la Unión Europea con otros países u otros bloques.
-Está recibiendo críticas por el posible nombramiento como embajador en EE.UU. de su hijo Eduardo, diputado y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores. ¿Por qué Eduardo y no un diplomático experimentado?
-Mi hijo goza de la amistad de los hijos de Trump, habla inglés, habla español, es aún joven, esa posibilidad fue levantada, y yo menciono la po-si-bi-li-dad. Imagine que Macri tuviera un hijo embajador aquí en Brasil. Con todo respeto a nuestra cancillería, a los diplomáticos del mundo entero: con toda certeza mi relación con el hijo de Macri sería diferente de la de otro embajador profesional. En Brasil se judicializaría ese tema, algunos dicen que es nepotismo, pero tengo plena convicción de que mi hijo, el 03, que es Policía Federal, podría ejercer esa función con bastante éxito por la entrada que tendría en Estados Unidos que, con toda seguridad, la mayor economía del mundo, sería muy bueno para nosotros. Por el momento está puesto como una posibilidad.
-También lo criticaron por reflotar la posibilidad de una moneda única en el Mercosur. ¿Volverá a tratar el tema en Santa Fe?
-Esa propuesta, esa posibilidad en estudio, no nació conmigo. Ya en el 1999 existía. El ministro de Economía (Paulo Guedes) irá conmigo a Santa Fe, podemos dar un paso más en este sentido. Me criticaron en Brasil diciendo que era mucho mejor para Argentina que para Brasil. Pero si estamos en un casamiento, en un casamiento todo el mundo pierde o gana. A veces a la hora del fútbol vos querés ver el partido de Independiente o de Racing (risas) y tu esposa quiere ir al shopping. Pasa eso. Todo el mundo pierde o gana, pero el producto final es ventajoso. Este casamiento, Macri y yo, un casamiento hétero (risas), es muy bienvenido para nuestros pueblos.
-El Papa Francisco manifestó a Lula su cercanía espiritual y habló también del uso de la justicia con objetivos políticos, el Lawfare, expresión usada también por la defensa del ex presidente para referirse a su caso. ¿Ve al Papa tomando partido en la política de Brasil?
-Soy católico y yo respeto al Papa. Acompaño en gran parte la cuestión espiritual de él. No tengo ningún problema con el Papa. Es argentino, me puse muy feliz cuando tuvimos a alguien de América del Sur . Pero bueno, creo que es una opinión personal del Papa en relación a Lula. Y sabemos que los religiosos, los cristianos, siempre van para el perdón. Y reconozco eso en el corazón del Papa. De mi parte, espiritualmente, admiro al Papa Francisco, y en este tema personal, como ser humano, no comulgo con las ideas de él en lo que hace al ex presidente Lula, quien causó un gran mal a Brasil.
Un creyente ferviente, de buen humor y amable
En su carrera de diputado por casi tres décadas, Jair Bolsonaro fue un defensor de la reducción de la mayoría de edad penal y la familia tradicional, y un partidario de la flexibilización de la portación de armas. También promovió medidas para garantizar mayor seguridad jurídica a los procedimientos policiales.
Hijo de inmigrantes italianos, Bolsonaro tiene cinco hijos, tres de ellos con actuación política: Flavio, el llamado 01, es senador; Carlos, 02, es concejal en Río, y Eduardo, 03, es diputado. Sus hijos menores son Renan y Laura, esta última fruto de su matrimonio con Michelle, evangélica y con despacho en el Ministerio de Ciudadanía, donde está al frente de un programa de voluntariado social. Ex paracaidista, hincha del Palmeiras y amante de la caza submarina, Bolsonaro está empeñado en mejorar su imagen fuera de Brasil, arañada por la defensa que años atrás realizó de la tortura y su férrea reivindicación del régimen militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, que considera que salvó al país del comunismo. Brasil no celebró elecciones presidenciales directas entre 1960 y 1989.
“El PT usó muy bien los medios, las noticias falsas, hasta algunos embajadores tenían una posición de decir que Lula estaba hasta por encima del Papa, entre Jesús y el Papa. Cuando comencé a crecer en la campaña esto se potenció. Noticias falsas sobre mí. Yo no tengo nada de homofóbico, de racista, fascista, nada de eso. La población lo entendió. Hubo una votación democrática que me trajo a esta silla, la silla presidencial en la que espero, pido a Dios, estar haciendo lo mejor para mi país”, dijo a Clarín.
Al presidente tampoco le preocupan las encuestas que muestran una caída de su popularidad, en un país en el que cerca de 13 millones de personas están sin trabajo, 28 millones hacen “changas” o trabajan menos de lo que quisieran, y 60 millones tienen alguna deuda en mora, herencia de la profunda recesión del bienio 2015/2016, que terminó con la destitución de Dilma Rousseff, la salida del PT del poder luego de 13 años y el resquebrajamiento de los partidos políticos tradicionales. “Si las encuestas fuesen verdaderas yo no sería presidente. Las encuestas están desacreditadas en Brasil, como en EE.UU.”, explicó.
De buen humor, amable, rodeado de asesores a los que pregunta y escucha, Bolsonaro también defendió la incorporación a la agenda de política exterior de Brasil una dimensión de valores, que incluya, por ejemplo, eliminar el concepto de género. “El Estado es laico, pero yo soy cristiano. Cada uno tiene su religión y respeto eso, y respeto a quien no tiene religión. Tengo una relación profunda con los evangélicos. Y eso viene también del medio católico. Los cristianos de Brasil tienen esa agenda pro-familia. Las leyes, aunque a algunos no les guste que diga esto, tienen que ser hechas para proteger a la mayoría, y no para proteger a una minoría. No queremos perseguir a nadie, pero creer que la minoría debe prevalecer sobre la mayoría es completamente equivocado”, indicó.
Itinerario
En los 70, cuando Jair Bolsonaro entró al Ejército, la carrera militar era una de las principales opciones de los jóvenes que terminaban el secundario: la otra era un trabajo en el estatal Banco do Brasil. “Yo elegí el Ejército. Fue un amor a primera vista”, dijo. Nació en el estado de San Pablo y comenzó su carrera política en 1988, como concejal de Río. Allí donde estudió y egresó de la Academia Militar de la Agujas Negras, que forma a los oficiales de las armas de Infantería, Caballería, Artillería e Ingeniería y Comunicaciones del Ejército. En 1990, ya conocido por su defensa de mejores salariales para militares, ganó el primero de sus siete mandatos consecutivos como diputado.
Un libro
Muchos, pero la Biblia está en mi mesa de luz.
Comida favorita
Soy militar. Sólo no como lo que no hay. Ya pasé una semana sin comer casi nada. Y a Japón recientemente llevé fideos pre-cocidos.
Bebida favorita
Me gustan las gaseosas y la guaraná, pero las bebo a escondidas. Mi esposa no quiere que tome gaseosas.
Un hobby
La caza submarina. Y el fútbol.
Una serie
Ya no tengo tiempo. Hoy estoy pendiente de la información.
Una película
Tantas, pero ahora no tengo tiempo. La última que vi y me emocionó fue “Superación – El Milagro de la Fe”
¿Le gustó el tango en Buenos Aires?
Me gustó, pero tengo la cintura dura.
¿Qué piensa de la denuncia de Messi sobre que la Copa América estuvo arreglada?
¿Qué dijo Messi? Ahhh, sí. Eso es un show de los jugadores de fútbol.
Su presencia en los estadios de fútbol
No se aplaudía así a un presidente desde Médici en 1970, en el Maracaná.
A los espías brasileños
“Ni ustedes previeron mi victoria”.