Tras el discurso militante de Rosario Lufrano, flamante titular de Radio y Televisión Argentina (RTA), quien anunció que su misión sería «mostrar el daño que ha hecho» el macrismo, el secretario de Medios y Comunicación de la Nación, Francisco Meritello, prometió «pluralidad absoluta en los medios públicos».
En declaraciones aLa Nación, el funcionario descartó el uso de los medios públicos en beneficio del gobierno de Alberto Fernández: «Cualquier persona que me conoce sabe que eso no va a pasar. Antes de decirlo (de todos modos), prefiero que se vea en los hechos: ese es el norte hacia donde vamos».
Pese a estos dichos, Meritello evitó confrontar con Lufrano y aseguró que «no ha sido una periodista militante». E incluso justificó el tono de su discurso, que la oposición calificó como «revanchista». Lufrano habló del presunto «destrato» sufrido por los trabajadores de los medios públicos durante la gestión de Cambiemos y de un «vaciamiento de contenidos». También, claro, cuestionó a «los grandes medios».
Según el secretario, Lufrano venía de escuchar «la cantidad de barbaridades» que supuestamente vivieron empleados de Télam, Radio Nacional y la TV Pública entre 2015 y 2019. «Había laburantes quebrados. En Télam estaban yendo a trabajar sin función», dijo Meritello a La Nación, aunque señaló que no tiene «vocación de mirar hacia atrás».
Como contó Clarín, la llegada de Lufrano al cargo viene con polémica. Había trabajado en Canal 7 hasta que a comienzos del macrismo se fue indemnizada. Su abogado de entonces manejó la negociación. Era Alberto Fernández, el mismo que hoy la puso donde está.
El debate sobre el periodismo militante tuvo uno de sus puntos más sensibles por la cobertura oficial de la marcha por el quinto aniversario de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Pese a la multitud que se veía en las imágenes, con miles de personas en la plaza pegada al Teatro Colón, la agencia de noticias Télam tituló en un cable de las 18.32 del último sábado: «Un grupo de personas realiza un acto en la ciudad de Buenos Aires en homenaje a Nisman».
El caso Télam
La sesgada cobertura sobre la marcha para recordar a Nisman, contrarias a la promesa de pluralidad, se dan en un contexto de tensión en Télam tras el cambio de Gobierno. Fuentes al tanto de la situación en la agencia de noticias aseguran que desde su desembarco el 6 de enero, las nuevas autoridades -encabezadas por Bernarda Llorente- intimaron a un sector del personal periodístico a tomarse «las vacaciones pendientes»; luego les comunicarían «el rol a cumplir y el lugar físico de desempeño de sus labores».
Los licenciados serían unos 30 periodistas que llegaron con la anterior gestión y trabajaban en oficinas en la sede de Tecnópolis. En paralelo, se conformó una nueva mesa de edición, para decidir qué es lo que publica la agencia. Esto habría incidido no sólo para minimizar la cobertura de la marcha de Nisman, sino para que desde mediados de diciembre, en la sección de videos de Télam ya no se hagan notas a dirigentes de la oposición, señaló Clarín.