Analistas, bancos de inversión, expertos internacionales, todos están “recalculando”, no solo este 2020 sino lo que puede venir después. Por lo pronto aquellos que a fines del año pasado veían un modesto crecimiento en 2020 ya pasaron a proyectar una caída del PBI mundial en torno del 1% al 2%. Estamos hablando de algo más de u$s1,7 billones, es decir, más de cuatro veces la economía argentina. Esta sería la magnitud de la pérdida de riqueza global, en términos de empleos, producción, ventas, salarios, beneficios, etc.
Pero en realidad estos pronósticos son optimistas porque detrás de ellos se presupone, por ejemplo, que la pandemia Covid-19 no se desmadra y es controlada para mediados de año, en sintonía con la llegada del verano en el hemisferio norte. De modo que el factor miedo que frena la demanda global se desvanecería. También contempla el hecho de que la economía china comenzaría una fuerte recuperación luego del derrumbe del primer trimestre de 2020. Todo esto es lo que justificaría el optimismo sobre el segundo semestre del año.
Así y todo la tasa de crecimiento mundial sería la más baja desde 2009. Para tener una idea de lo que vislumbran los expertos internacionales vale destacar que para el conjunto de mercados desarrollados la caída del PBI superaría el 3% mientras que los emergentes, con China (+2,8%), crecerían poco más de 1%. Mientras que en la región la Argentina junto a México lideran con recesiones de más del 3% seguidos de Chile con más de 2% y Brasil cerca del 2%. O sea, todo esto si de dan los supuestos “alentadores”.