Si bien la preocupación mayor de los argentinos está centrada en la propagación de la pandemia del coronavirus, los efectos económicos del aislamiento obligatorio aún son difíciles de proyectar, aunque las primeras proyecciones alertan que la economía argentina caerá entre un 3,3% y un 3,8%.
Si bien el Gobierno de Alberto Fernández ya lanzó un paquete de medidas económicas para morigerar la recesión, la consultora Analytica que conducen Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez, señaló que “hay dudas acerca de la capacidad del Tesoro para financiar una política contracíclica”, y agregó que “suponiendo que la actividad económica local prácticamente se paraliza alrededor de un trimestre, el PBI caería 1,8 puntos”.
De esta forma, según el informe de la consultora, de no mediar un aumento del gasto público, el PBI argentino caería entre 3,3% y 3,8% este año, dos puntos porcentuales más que la proyección inicial para 2020.
Con anterioridad, los economistas habían calculado una caída del PBI en 2020 entre 1 y 1,5%, asumiendo una expansión fiscal del orden de un punto del producto. Por supuesto que esta proyección fue antes del efecto coronavirus. “Considerábamos que el Gobierno gastaba todos los ingresos adicionales derivados de la Ley de Solidaridad, manteniendo el déficit primario en los niveles de 2019 (en torno al 0,4% del PBI)”, explicó el informe.
Pese a la revisión de los números finales para 2020, el documento señaló que las medidas son correctas, llegan a tiempo y atacan los frentes más acuciantes para la economía argentina. “Tratan, en suma, de absorber parte de la pérdida que de otro modo recaería sobre las empresas y familias”, indicó.
En tal sentido, desde Analytica sostuvieron que “se está actuando con velocidad y en la dirección correcta, administrando recursos muy escasos en un contexto donde no es posible emitir deuda y el fisco no cuenta con holgura suficiente. Un escenario muy diferente a 2008-09, donde en la ‘Gran Recesión’ el gobierno disponía de mayor espacio fiscal y contaba con los fondos de las AFJPs recientemente estatizados”.
Puntualmente, el paquete de medidas supone la inyección de recursos por casi $500.000 millones (1,8% del PBI) a aplicarse a distintos usos, con un impacto efectivo sobre el PBI de 0,8%. En algunos casos, el impacto es directo, porque se concentra sobre la demanda efectiva e inmediata de bienes y servicios, como el aumento de las jubilaciones mínimas, la AUH, la rebaja de aportes patronales y los fondos adicionales para obra pública. En este último sector, incluso, el efecto multiplicador sobre el PBI es superior, estimando que cada peso invertido en obras de infraestructura aporta $1,6 al PBI.
En cuanto a los créditos subsidiados, por $ 350.000 millones, el informe analizó que “no aumentan los recursos de la economía, sino que generan un efecto riqueza en las empresas que financiaban capital de trabajo a una tasa superior a la del subsidio, de 26%. Es sólo esa diferencia la que impacta sobre la actividad”.