Las zonas rojas son las del norte del país y la parisina “Isla de Francia”. Las autoridades confirmaron que los muertos llegaron a las 25.809.
Francia registra 25.809 fallecidos por coronavirus desde el inicio de la pandemia, tras contabilizar en las últimas veinticuatro horas 278 muertes, según informaron las autoridades sanitarias.
De ese número, 16.237 fallecimientos ocurrieron en hospitales (177 en el último día) y 9.572 (101 en estas veinticuatro horas) en residencias para adultos, geriátricos y centros de dependencia.
Las autoridades indicaron que los pacientes hospitalizados son casi 24 mil, de los cuales 3.147 están en cuidados intensivos (283 menos con respecto al día anterior), lo que confirma una tendencia a la baja tras varios días de descensos.
No obstante, las unidades de cuidados intensivos del país, que disponían de 5.000 camas antes de la crisis, se encuentran al 127 % de su capacidad con 6.444 pacientes de distintas patologías ingresados.
Desde el inicio de la epidemia en el país galo, 94.798 personas fueron hospitalizadas por Covid-19 y 53.972 recibieron el alta.
Las regiones de Gran Este, Aubernia-Ródano-Alpes y la parisina Isla de Francia, en el noroeste, son las tres zonas más afectadas y clasificadas como «rojas», por la saturación de sus sistemas hospitalarios.
El sur de Francia y la fachada atlántica se encuentran en verde, con una presión menor en los hospitales, mientras que una franja diagonal en el centro del país sigue en naranja de forma provisional, a la espera de ver cómo evolucionan los puntos de mayor tensión.
El jueves que viene, el Ministerio de Sanidad hará públicos los mapas definitivos que dividirán los territorios en verde o rojo, lo que permitirá aplicar unas medidas de desconfinamiento más o menos duras.
El primer ministro francés, Édouard Philippe, presentará las pautas de la apertura este jueves en conferencia de prensa. El lunes deberá iniciarse el desconfinamiento en el país, en medio de fuertes tensiones con el presidente Emmanuel Macron.
Dos de cada tres franceses tienen dudas del desconfinamiento. Se teme una segunda ola de infección con esta acción, que los deje confinados todo el verano europeo y sin vacaciones posibles. Los padres se resisten a enviar sus chicos al colegio porque contagian o son vectores de contagio asintomáticos.