El estudio fue realizado por científicos de deCODE genetics en Islandia, una filial de Amgen Inc, la compañía biofarmacéutica con sede en California, y se publicó en The New England Journal of Medicine. El objetivo de la investigación era medir la durabilidad de la respuesta inmune humoral -un mecanismo de defensa del cuerpo humano- a la infección por SARS-CoV-2.
Para eso, los científicos usaron seis ensayos distintos para medir los anticuerpos en el suero de 30.576 personas en Islandia. Esto representa el 8,4 por ciento de la población del país. Después de los ensayos, establecieron que la mejor medida de seropositividad era un resultado positivo con ensayos pan-Ig.
Los investigadores probaron 2.102 muestras recolectadas de 1.237 personas hasta cuatro meses después del diagnóstico mediante un ensayo cuantitativo de reacción en cadena de la polimerasa (qPCR). Además, midieron los anticuerpos de 4.222 personas en cuarentena que habían estado expuestas al SARS-CoV-2 y en 23.452 personas que no se sabía si habían estado expuestas al virus o no.
El estudio demostró que de un total de 1797 personas que se habían recuperado del coronavirus, 1107 de las 1215 examinadas (91,1 por ciento) eran seropositivas, es decir, que presentaron anticuerpos en la sangre. Además, el paper señala que “los títulos de anticuerpos antivirales analizados mediante dos ensayos de pan-Ig aumentaron durante 2 meses después del diagnóstico por qPCR y permanecieron en una meseta durante el resto del estudio”.
En el caso de las personas en cuarentena, el 2,3 por ciento fueron seropositivas y de aquellos con exposición desconocida sólo el 0,3 por ciento fueron positivos.
Los investigadores estimaron que el 0,9 por ciento de los islandeses tuvieron coronavirus, mientras que el 44 por ciento del total de los infectados en el país no fueron diagnosticadas con qPCR. Además, precisaron que la tasa de letalidad del coronavirus es del 0,3 por ciento.
El estudio señala también que entre las personas recuperadas “los niveles de anticuerpos son más altos en las personas mayores y en las más gravemente afectadas por la infección por el SARS-CoV-2”. “Las mujeres, que tienden a enfermarse menos que los hombres, tenían niveles más bajos de anticuerpos en dos ensayos de anticuerpos de proteína de pico”, continúa el paper.
Los científicos precisaron que los niveles de anticuerpos fueron más bajos en las personas fumadoras. “Fumar aumenta la probabilidad de enfermedad grave por covid-19 entre los adultos jóvenes”, señalaron.
Kari Stefansson, consejero delegado de deCODE genetics y autor sénior del estudio, subrayó que «está claro que el 99,1 por ciento de los islandeses aún son vulnerables al SARS-CoV2». «Ahora estamos centrados en estudiar la inmunidad celular en los que no aumentan los anticuerpos», agregó.