Dio a conocer su informe Perspectivas Económicas Mundiales (WEO) en el que proyecta una recuperación de 5,8% para la economía argentina en 2021, casi un punto por encima de la previsión de octubre pasado.
Argentina crecerá 5,8% según estima el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe Perspectivas Económicas Mundiales (WEO) mejorando su anterior pronóstico en casi un punto.
En la conferencia de prensa brindada en Washington a la cual participó Ámbito, Gita Gopinath, directora de Investigaciones del FMI, explicó que los precios de los commodities alimenticios “que constituyen las principales exportaciones de Argentina” explican en parte la mejora en el crecimiento.
Aunque, no dejó de señalar que los desafíos continúan, “La inflación sigue siendo alta y las expectativas inflacionarias no están bien ancladas. Claramente hay mucho más por hacer en términos de estabilización macroeconómica”, indicó la economista. Cabe señalar que en el WEO el Fondo no consigna para Argentina su estimación de inflación para este año, solo pública el 42% correspondiente al año 2020. «Para Argentina, las variables fiscales y de inflación son excluidos de la publicación para 2021-26, ya que en gran medida están vinculadas a las negociaciones del programa aún pendientes», afirmó.
Gita destacó que las autoridades argentinas “están trabajando duro en ello” (estabilizar la economía) y recordó que el FMI “esta colaborando con Argentina para construir un marco social y económico sólido”.
El FMI mejoró sus previsiones de crecimiento tanto para el mundo como para la Argentina. En su informe Perspectivas Económicas Mundiales se proyecta una recuperación de 5,8% para la economía argentina en 2021 (casi un punto por encima de la previsión de octubre pasado), en tanto que espera que la economía mundial avance 6% en el año en curso (una corrección al alza de 0,8 puntos respecto de la anterior estimación).
En su anterior estimación sobre el comportamiento de la economía del país, conocida en enero, el Fondo calculaba un crecimiento de 4,5%. Esta cifra es inferior a la estimación del Gobierno contenida en el presupuesto nacional que augura un avance de 5,5% para 2021.
Pese a la mejora en la previsión del organismo internacional, la proyección sigue estando por debajo de las expectativas de las autoridades argentinas. Recientemente, el ministro de Economía, Martín Guzmán, manifestó que el Gobierno nacional espera un crecimiento del Producto Bruto Interno del 7% como base para 2021, a partir de los indicadores que ratifican una consolidación de la recuperación de la actividad, el empleo, y el fortalecimiento de las cuentas públicas.
Para el año 2022, el Fondo espera una moderación en el crecimiento: prevé un avance de 2,5%. Dado que la economía argentina tuvo un fuerte retroceso de 9,9% en 2020, de cumplirse las previsiones del organismo multilateral de todas formas el año próximo el PIB sería 1,4% inferior al nivel alcanzado en 2019.
Las cifras contenidas en el informe también muestran una favorable evolución de las cuentas externas del país. La cuenta corriente del balance de pagos arrojaría un superávit equivalente a 2,3% del PIB en 2021, por encima del excedente de 1% registrado el año pasado.
Juegan en este sentido tanto la recuperación económica mundial como la suba en los precios de las materias primas. Con relación a los principales socios comerciales de la Argentina, el fondo espera que China (el único país importante que creció en 2020) tenga una expansión de 8,4% en 2021. Brasil, por su parte – principal destino de las exportaciones de manufacturas argentinas – crecería este año 3,7%. El FMI prevé que los precios de las materias primas (excluidos combustibles) suban 3,3% en el año en curso.
También, y de la mano de la recuperación, se espera una caída en el desempleo. La tasa de desocupación pasaría de 11,4% de la población económicamente activa registrada el año pasado a 10,6% en el presente y a un dígito (9,3%) el próximo.
Salida
Aunque con una “alta incertidumbre sobre el curso de la pandemia”, “una salida a esta crisis sanitaria y económica es cada vez más visible” sostiene Gita Gopinath, directora de Investigaciones del FMI.
El organismo considera que, gracias al ingenio de la comunidad científica, tenemos múltiples vacunas que pueden reducir la gravedad y frecuencia de infecciones. Paralelamente, la adaptación a la vida pandémica ha permitido “un rebote más fuerte de lo previsto, en promedio, en las distintas regiones”. Más aún, “el apoyo fiscal adicional en algunas economías, (especialmente los Estados Unidos) además de una respuesta fiscal sin precedentes el año pasado y la continuación de la política monetaria acomodaticia, elevan aún más las perspectivas económicas”.
Ahora el Fondo proyecta una recuperación más fuerte en 2021 y 2022 para la economía mundial, en comparación con la previsión anterior, con un crecimiento proyectado de 6% en 2021 y 4,4 por ciento en 2022.
Las proyecciones para 2021 y 2022 son 0,8 puntos y 0,2 puntos porcentuales superiores a las estimaciones de octubre de 2020. La mejora responde al apoyo fiscal adicional aplicada en algunas economías grandes y la esperada recuperación, vacunación mediante, en la segunda la mitad del año. Para el año pasado se calcula una contracción de 3,3%.
Esta contracción es 1,1 puntos porcentuales menores a lo previsto en el Perspectivas Económicas Mundiales de octubre de 2020 y refleja los repuntes en el crecimiento verificado en el segundo semestre del año para la mayoría de las regiones después de que se suavizaron los bloqueos y a medida que las economías se adaptaron a nuevas formas de trabajo.
No obstante, las perspectivas presentan “desafíos” relacionados con las divergencias en la velocidad de recuperación tanto entre los países como dentro de ellos, y por los daños económicos potenciales derivados de la crisis.
La recuperación muestra “diferencias marcadas que se vinculan con el ritmo de la vacunación, el alcance del apoyo de la política económica, y factores estructurales como la dependencia del turismo” afirma Gopinath.
Entre economías avanzadas, se espera que los Estados Unidos logren superar su nivel de PIB anterior al COVID este año, mientras que muchos otros países desarrollados volverán a sus niveles previos a la pandemia recién en 2022. Entre los mercados emergentes y economías en desarrollo, China ya había vuelto al PIB anterior al COVID en 2020, pero para muchos otros no se espera que lo hagan hasta 2023.
El FMI calcula que las pérdidas acumuladas en el ingreso per cápita durante el período 2020-22, en comparación con las proyecciones pre pandémicas, es equivalentes al 20% del PIB por habitante de 2019 en mercados emergentes y economías en desarrollo (excluyendo China), mientras que en las economías avanzadas las pérdidas suman 11%.
Esto ha revertido los avances en la reducción de la pobreza: se estima que 95 millones de personas adicionales cayeron en esta condición en 2020.
Como consecuencia de la crisis, el Fondo considera probable que aumenten no sólo las diferencias entre los países avanzados y en desarrollo, sino también que se acentúen las desigualdades dentro de las naciones. Al respecto advierte que los trabajadores jóvenes y aquellos con relativamente habilidades más bajas siguen siendo más afectados. En los países emergentes, las tasas de empleo femenino siguen estando por debajo de las de los hombres, exacerbando estas disparidades.
Gopinath considera que existe “un alto grado de incertidumbre” en torno de las proyecciones que mucho dependerán de la carrera entre los virus y vacunas. También advierte que si los aumentos en las tasas de interés en los Estados Unidos reflejan una sensación de abrupto endurecimiento en la política monetaria “podría haber contagios adversos a los mercados emergentes y las economías en desarrollo, en particular entre las con elevada deuda y grandes necesidades de financiación”.
La principal economista Fondo entiende que “ante todo, países deben trabajar juntos para garantizar vacunas en todo el mundo”. Al respecto, los laboratorios están tratando de producir tres veces el nivel de vacunas que se elaboran en un año normal, tarea que supone grandes desafíos. Advierte sobre la “inequidad” en la distribución de las vacunas ya que los países de altos ingresos, con el 16% de la población mundial, han comprado el 50% de las dosis.
Respecto de los bancos centrales advierte que deben “seguir garantizando un acceso adecuado a la liquidez internacional” y recordó que los mercados emergentes y países de bajos ingresos se beneficiará de una nueva asignación de los Derechos Especiales de Giro (el capital del FMI, a la Argentina le corresponden unos 4.400 millones de dólares).
La economista destaca que “La rápida acción política en todo el mundo, incluidos $ 16 billones en apoyo fiscal, evitó cosas mucho peores resultados”. Es más precisa que, de acuerdo a las estimaciones del FMI, “el severo colapso del año pasado podría haber sido tres veces peor si no hubiera sido por tal apoyo”. Debido a que se evitó una crisis financiera, se espera que las pérdidas a mediano plazo sean menores que después la crisis financiera mundial de 2008, alrededor del 3%.
Recomendaciones
El WEO también analiza los pasos que deben encarar los países en función de la situación de la pandemia. En aquellos donde la vacunación ya es generalizada y los sistemas de atención de la salud se ubican a niveles previos al Covid, afirma que “las restricciones pueden comenzar a levantarse”.
En tanto, mientras la pandemia continúe, las medidas deben centrarse en:
Salir (utiliza el término “escapar”) de la crisis priorizando el gasto sanitario.
Proporcionar el apoyo fiscal bien focalizado y,
Mantener una política monetaria acomodaticia mientras se monitorean los riesgos de estabilidad.
Para el organismo, recién a medida que avanza la recuperación, los responsables políticos deberán atacar los problemas económicos que dejó la pandemia con “miras a impulsar la capacidad productiva (por ejemplo, la inversión pública) y el aumento de incentivos para una asignación eficiente de los recursos productivos. El Fondo reconoce que esto demanda “un delicado equilibrio, especialmente teniendo en cuenta la incertidumbre imperante».