La siembra de trigo se encuentra a solo algunas semanas de comenzar a nivel nacional y las expectativas se encuentran altas por parte de los productores y el mercado, tanto en la parte productiva como en la económica. En la actualidad, a diferencia de la campaña pasada, el cultivo cuenta con un panorama climático neutro por delante, correcta humedad en suelo y atractivos precios internacionales que dan lugar a proyecciones que indican una producción y exportaciones récord.
Así lo indican diferentes informes de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en los cuales se prevé una expansión del área sembrada a nivel nacional del 3% hasta las 6,7 millones de hectáreas, lo que supone un incremento de 200.000 hectáreas respecto a lo implantado el año pasado para alcanzar su segunda mejor marca en la historia. Teniendo en cuenta esto, sumado al nivel de tecnología previsto para la campaña y descartando severos problemas climáticos, la producción podría alcanzar el récord de 20 millones de toneladas.
Si bien las condiciones climáticas se proyectan como favorables para el normal desarrollo del cultivo y los precios internacional se convierten en un buen negocio, hay ciertos limitantes que impedirían que la siembra de trigo se expanda más allá del 3% estipulado y eso se debe al avance de la cebada en la provincia de Buenos Aires, con una amplio crecimiento en el área y el maíz en Córdoba, que le ganó espacio al cereal por sembrarse.
Sin embargo, con el nivel de tecnología que se implementará en los cultivos similares a los de la campaña pasada que pueden llevar a un promedio nacional de 31 quintales por hectárea (qq/ha) y con una correcta fertilización que lleve dicha productividad a picos de 40 a 55 qq/ha en la región central, clima mediante, la cosecha podría saltar 3 millones de toneladas respecto a lo producido el año pasado y alcanzar el récord de 20 millones de toneladas.
Respecto a las condiciones hídricas, las abundantes lluvias que se registraron durante abril dejaron un nivel de humedad en suelo óptimo para el comienzo de la siembra. “Lo primero que juega a favor es la gran oferta de agua que recibió el sur y el centro de la región pampeana el mes pasado. La Pampa y buena parte de Buenos Aires, este de Córdoba y el norte de Santa Fe, junto a Chaco y Santiago del Estero arrancan con condiciones que sobresalen al compararlas con la media histórica de los últimos 30 años”, explicó la entidad.
No obstante este buen panorama, los técnicos de la BCR coinciden en que también hay “amenazas en el escenario actual”. En este sentido, explicaron que “con el cambio de circulación de aire más frío y seco, las precipitaciones pronosticadas para esta segunda semana de mayo no se han concretado. Hay muchas zonas que necesitan entre 50 y 80 milímetros. En la primera quincena no habría nuevos aportes y las probabilidades juegan en contra para que lo que queda de mayo”.
“Las condiciones del Pacifico Ecuatorial central no están afectando negativamente el régimen pluvial. La tendencia que muestra para lo que queda de mayo y el resto del trimestre frío es la de mantener el estado de neutralidad. Pero tampoco existen forzantes que aporten humedad adicional. Por lo tanto, al depender solo de los desarrollos regionales, la probabilidad estadística de que los sectores más afectados alcancen en lo que resta de mayo lo requerido es aproximadamente de un 15% a un 20%. Y los modelos de pronósticos no indican probabilidad de lluvias para la próxima semana”, concluyeron.
Exportaciones récord
Las buenas perspectivas productivas, que marcan un aumento en la producción y en el área a sembrar, trae aparejado un aumento en las exportaciones, sobre todo en el monto de dólares que ingresarán por los despachos argentinos del cereal, que gracias a los altos precios internacionales, se estiman en récord.
De esta manera, la BCR estimó que el ingreso de divisas para la campaña 2021/22 de trigo se ubicará en el récord histórico de USD 3.180 millones, lo que al mismo tiempo supone un salto respecto al ciclo 2020/21 del 30%. Este cálculo fue supuesto con un saldo exportador de base de 12 millones de toneladas y un precio FOB a diciembre de USD 260 la tonelada.
Respecto a la utilización o destino del remanente de trigo, la Bolsa rosarina previó que el grano para la fabricación de harina se ubicará en un rango que va desde los 5,7 a 6,2 millones de toneladas, como viene sucediendo a lo largo de los últimos años. De ese volumen, un millón de toneladas se exportará, mientras que el producto restante será comercializado en el mercado interno.
Así, un 60% será destinado a panaderías; un 20% lo absorberá la industria panificadora para la producción de fideos secos, galletitas, etc.; un 10% se destinará a la panificación para consumo masivo; y el 10% restante se reserva para el sector mayorista revendedor, puntualizó la entidad bursátil en un informe elaborado por Tomás Rodríguez Zurro, Guido D’Angelo y Emilce Terré.
A estas entre 5,7 y 6,2 millones de toneladas que se destinan a molienda se le suman unas 50.000 a 100.000 toneladas que se utilizan para la producción de balanceados, en tanto que el trigo utilizado para semilla y otros consumos se mantiene entre 800.000 y 900.000 toneladas. De mantenerse esta tendencia, se podría suponer un consumo interno del cereal de invierno de unas 7,2 millones, lo que posibilita que el saldo exportable se ubique entre los 12 y 13 millones de toneladas.
Fuente: Infobae