Oscar Cárdenas tiene unos 50 años y vive en una precaria casilla que le dieron de prestado unos familiares en una alta meseta de la villa Lago Rivadavia cercana a Cholila, en plena cordillera, al costado de la ruta 71. Gran parte de estos duros días invernales estuvo -y debe seguir estando- aislado del mundo que hasta hace unos meses lo rodeaba y no cuenta con los insumos básicos para subsistir.
Al menos eso es lo que cuenta Jonathan Cárdenas, su hijo de 29 años que reside en Caleta Olivia y dice haber conversado telefónicamente con el intendente de Cholila a quien le pidió por favor que alguien le abriera el camino que quedó tapado por la intensa nieve que azota esa parte de la región por estos días.
Detrás de este aislamiento en Cholila, hay otras historias familiares. Jonathan es padre de un niño de corta edad y tiene a su hermana Mariana que reside en Paso del Sapo y es madre de otros dos niños de corta edad. “Así siempre fuimos unidos los 3, mi papá fue madre y padre a la vez, con mi hermana teníamos 3 y 4 años cuando nos abandonó nuestra madre y a mi papá le apareció un trabajo en Río Gallegos y nos fuimos los tres, pasamos muchas necesidades, tuvimos hambre y nos faltaron juguetes y ropas, pero papá nunca nos dejó solos” dice el joven agregando que junto a otros familiares se criaron en unos campos cercanos al Parque Nacional Los Alerces con paisajes maravillosos, pero un buen día los echaron y empezaron a rodar por Chubut y Santa Cruz buscando un lugar en el mundo.
“Mi papá logró conseguir un buen trabajo en una empresa en Caleta Olivia, pero una vez tuvo un accidente laboral que le dejó los brazos inmovilizados y como ya no servía, lo dejaron sin ese trabajo” comenta Jonathan con un dejo de tristeza por la situación que atraviesa su padre allá en la cordillera. “El invierno es muy bravo, con tanta nevada se le hace imposible salir a conseguir leña, está a la buena de Dios, se fue a vivir a esa especie de chacrita precaria donde tiene una letrina como baño a varios metros de la casilla, no la está pasando nada bien, menos con ese problema en los brazos”. Y es de imaginarse la situación estos días que la gran nevada superó el metro y medio y superó los dos metros en zonas altas. La historia familiar sigue, pero ya se seguirá contando en otras oportunidades.
Aquellos que quieran interiorizarse pueden comunicarse con los protagonistas: el teléfono celular de Jonathan es el siguiente; 2975160573 que posiblemente fuera del horario laboral atiende a quien lo llame.
El teléfono de Oscar Cárdenas es el 2945430722, aunque en este caso será bastante difícil, depende que lo agarre en alguna montaña con señal y también de la buena voluntad de unos vecinos con comodidades donde para llegar hay que caminar bastante y poder llegar a cargar el aparato telefónico.
Fuente: Diario Cronica