La decisión de los países petroleros de recortar su producción pegó en la cotización de las acciones y los bonos de la deuda argentina.
El mundo sigue jugando en contra. El libro Beige de la Reserva Federal, que se publica 8 veces al año y contiene los comentarios de cada uno de los titulares de las 12 entidades del Banco Central de los Estados Unidos, no cayó bien en los inversores. El organismo advirtió, entre otros temas, que los precios mayoristas no se están trasladando a pleno a los precios minoristas. La conclusión de los inversores, tomando además en cuenta la suba del petróleo, fue que no solo se postergará el esperado recorte de las tasas de interés, sino que podría haber un nuevo aumento porque la inflación sigue amenazando a la economía norteamericana.
El Bono del Tesoro norteamericano a 10 años, en línea con el informe, aumentó su rendimiento a 4,29% ocasionado el derrumbe de bonos y acciones del mundo y en particular de los países emergentes.
Los títulos de la deuda argentina cayeron hasta 2,53%, como los bonos Globales, y se elevó el riesgo país en 42 unidades (+2%) a 2.178 puntos básicos.
El analista financiero Franco Tealdi indicó que “fue otro día complicado en el mundo con la decisión de Rusia y Arabia Saudita de recortar la producción de petróleo que hizo subir el precio del crudo y aumentó de manera notable las tasas más largas de Estados Unidos. Esto fue un golpe para la región y la Argentina que tiene sus propios problemas. El combo se llevó puesto a bonos y acciones a lo que se agregaron las cuestiones estacionales de liquidez, muchos rescates de fondos, que ayudaron a la demanda de pesos para pagar sueldos y cubrir necesidades que impidió la suba de los dólares. Veremos cómo sigue la historia”.
El yuan, a todo esto, perdió 0,18% frente al dólar a cotizar a 7,3172, el valor más bajo desde junio de 2007. Las reservas del Banco Central se vieron afectadas por la caída. La entidad había comprado en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) USD 22 millones, pero las reservas perdieron USD 50 millones y quedaron en 27.628 millones.
El dólar MEP siguió intervenido, pero subió en el contado inmediato tan solo $1,13 (+0,2%) a $633,47, mientras el contado con liquidación (CCL) aumentó $1,49 a $762,84. En el Senebi, donde la negociación es directa entre las partes, el MEP perdió $9 y quedó en $706. El CCL cedió $2 a $750. El “blue” perdió $5 y cerró a $720.
Según el trader Esteban Monte “los inversores siguen dolarizando sus carteras con cautela, con el dólar MEP subsidiado por el Banco Central, a través del bono AL30 que volvió a operar un monto elevado. El precio estabilizado del MEP se vuelve atractivo para dolarizar las carteras a un menor costo”.
El impacto sobre los dólares, también vino del lado de las tasas de interés. El mercado espera un considerable aumento de la tasa de Política Monetaria ante la mayor inflación que se espera en agosto. Si el Banco Central no la ajustara, puede ser causa de más inflación y suba del dólar. Por esta razón, muchos inversores buscaron Letras de Descuento que ajustan por la tasa para hacer un carry trade frente al dólar. Esto es invertir en pesos para luego tomar la ganancia y regresar a la divisa de Estados Unidos.
En el mercado de futuros la intervención del Central comenzó temprano, pero los privados opusieron resistencia y no lograron bajar los fines de mes de la manera que tenían pensado. El mayor impacto lo logró en diciembre donde el fin de mes bajó $13 (-1,90%) a $648 y marcó una devaluación para 2023 de 267,5%. En noviembre. Donde también concentró su artillería, el Central logró que baje apenas 50 centavos (-0.10%) a $508,50. El FMI le bajó el cupo de intervención en dólar futuro de USD 9.000 millones a 8.000 millones.
Según el informe diario de la consultora F2 de Andrés Reschini “en el MULC el tema sigue muy desafiante para el Banco Central. Se operaron USD 340 millones y el Central logró retener una suma que ronda USD 22 millones de modo que no estaría logrando fortalecer las reservas y la liquidación no mejora, por ahora, con el nuevo esquema para la industria aceitera, tal como esperaban”.
Sobre el dólar futuro, el informe indica que “volvieron a exhibir la mayoría de los ajustes en rojo con un volumen que alcanzó 1.112.899 contratos. En MAE (Mercado Abierto Electrónico) volvieron a registrarse operaciones en las tres primeras posiciones por segunda rueda consecutiva, algo muy poco habitual. El interés abierto (contratos que no fueron cerrados) subió 87,5 millones entre el Rofex (MTR) y el MAE. La calma que se está observando en los dólares alternativos combinado con un Banco Central que está interviniendo intensamente en los futuros pueden ser los responsables de las bajas que se registran desde inicios de setiembre”.
La Bolsa, con medianos negocios por $10.289 millones, tuvo otra rueda negativa donde ni siquiera las petroleras despegaron porque a pesar de la suba del crudo en el mundo, los precios de los combustibles están congelados al igual que el resto de los servicios públicos. Por eso el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, perdió 2,36% en pesos y 2,6% en dólares.
Los Cedear -certificados de tenencia de acciones que cotizan en dólares en las Bolsas de Nueva York, pero se adquieren en pesos al valor del contado con liquidación- operaron $21.367 millones. Todos los certificados cerraron en rojo. Loma Negra con una caída de 4,3% fue el papel más castigado.
Para hoy se espera otra rueda trabada y con el regreso de la incógnita de invertir en títulos a tasa de interés variable o avanzar con la dolarización de carteras. La Bolsa, a estos precios, ofrece oportunidades, pero tiene enfrente al mal humor del mundo.