Cuidados paliativos en riesgo. El Programa Nacional de Cuidados Paliativos del Instituto Nacional del Cáncer (INC), hoy en peligro, tenía a su cargo la formación y capacitación de profesionales, la investigación y la creación de una red federal de esta especialidad, y un programa nacional de provisión de opioides. “Si [como denuncian ahora sus integrantes] no está garantizada su continuidad, tampoco se puede asegurar la disponibilidad de estos medicamentos”, afirma la doctora Silvina Dulitzky, presidenta de la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos, creada en 1994.
Los cuidados paliativos consisten en la asistencia integral de personas de cualquier edad que padezcan sufrimiento extremo debido a una enfermedad grave. En muchos casos (pero no exclusivamente) se aplican a los enfermos terminales cuando ya no responden a los tratamientos curativos, y no se proponen acelerar ni retrasar el final de la vida, sino mejorar su calidad; en especial, aliviando el dolor. Precisamente, entre los objetivos del Programa Nacional de Cuidados Paliativos del INC (https://www.argentina.gob.ar/salud/instituto-nacional-del-cancer/institucional/programa-paliativos), figura “Lograr que el alivio del dolor y el acceso a la medicación opioide sea una realidad efectiva para todos los pacientes del país, eliminando las barreras de accesibilidad para estos medicamentos”.
Sin embargo, tanto Dulitzky como Gustavo De Simone, presidente del Instituto Pallium Latinoamérica y un nombre de referencia en cuidados paliativos, entre otros, coinciden en que ya hay hospitales donde estos fármacos faltan, publicó El Destape.
“El vademécum de los cuidados paliativos está muy sostenido por el tratamiento analgésico –comenta Dulitzky–, aunque el alivio del sufrimiento es interdisciplinario. Ese es otro aspecto que promovía el Programa Nacional: la formación de profesionales. De modo que no tenemos seguridad de que esté garantizado ese alivio si no tenemos ni opioides ni profesionales formados”.
La OMS incorporó oficialmente el concepto de cuidados paliativos como parte del programa de control del cáncer en 1980, y una década y media después lo adoptó en sus programas asistenciales la OPS. Estos incluyen no solo los tratamientos médicos y farmacológicos que se administran a los pacientes, sino también atención psicológica, de enfermería y hasta espiritual para ellos y sus familias.
La Argentina tiene desde 2022 una Ley Nacional de Cuidados Paliativos (27.678) que “tiene por objeto asegurar el acceso de los pacientes a las prestaciones integrales (…) en sus distintas modalidades”, tanto en el ámbito público como el privado y de la seguridad social.
En su artículo séptimo, esta norma dispone que “todos aquellos agentes que brinden servicios médicos asistenciales a sus afiliados, independientemente de la figura jurídica que posean, deben brindar cobertura en cuidados paliativos a las personas que lo necesiten”.
También la Ley 26.529 contempla entre los derechos del paciente “saber sobre su estado de salud y los posibles tratamientos, decidir si quiere recibir o no tratamientos que prolonguen su vida artificialmente y recibir cuidados paliativos”.
“Si esto no se cumple, vamos a estar inclusive por fuera del marco de la ley –advierte Dulitzky–. El INC cubría una población de pacientes que son los oncológicos. Pero los cuidados paliativos se aplican también a otros cuadros. Como ciertas patologías renales, cardiológicas y neurológicas”.
De Simone subraya que, si bien el INC está enfocado en las enfermedades oncologicas, el programa de cuidados paliativos es más amplio e incluye directivas para otras condiciones crónicas (enfermedades neurodegenerativas, cardiopatías crónicas avanzadas, insuficiencias orgánicas -renal/respiratoria, entre otras). «La prescripción de opioides se focaliza en pacientes con dolor crónico intenso (de causa oncológica o de otras causas: artrosis y artritis, enfermedades neuromusculares… –explica–. Estos también se usan para tratar la dificultad respiratoria en etapa avanzada de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Pero aún cuando consideremos sólo el tema de las enfermedades neoplásicas, en nuestro país mueren por año 60.000 personas por causa del cánce. Cerca del 90% de ellas morirán con dolor si no acceden a recibir opioides, y muchas otras que no morirán pero también padecen dolor neoplásico requieren opioides para aliviarlo. Además, el dolor del paciente repercute en la calidad de vida de sus familiares, que verán morir al ser querido con dolor».
Por otro lado, Dulnitzky lamenta que no haya un registro actualizado de médicos que se dedican a esta especialidad si los inventarios realizados por el INC quedan inaccesibles. “Lo mismo ocurrirá con el material de difusión y el manual que hicieron para atención primaria”, afirma.
“Da la impresión de que la prioridad es recortar gastos y eso lleva al cierre de actividades y programas que (aún siendo mejorables) funcionaban para bien de la sociedad –concluye De Simone–. A los que no tienen cobertura social, ni siquiera les queda la internación hospitalaria, porque muchos hospitales carecen de opioides”.