En su juventud, José “Pepe Mujica” encaró sus ambiciones políticas inicialmente con el Partido Nacional uruguayo y luego con la revolución armada como guerrillero, una etapa en la que fue detenido y torturado.
En la década de 1960, José Mujica cofundó el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla urbana de izquierda influenciada por la revolución cubana y el marxismo.
Pepe Mujica y su primera acción armada
Su primera acción armada fue en 1964, cuando participó en un intento de robo a una empresa textil. La Policía lo detuvo y se hizo pasar por un delincuente común. Estuvo preso varios meses, reseñó CNN en Español.
Años después, en 1969, tuvo que pasar a la clandestinidad. Ese año formó parte de uno de los operativos de alto perfil de los tupamaros, bautizado como la “toma de (la ciudad de) Pando”.
Al año siguiente, un policía lo identificó en un bar de Montevideo. Intentó escapar, pero fue acribillado a quemarropa: recibió seis balazos y sobrevivió de milagro.
Fue encarcelado, pero en 1971 protagonizó una fuga considerada cinematográfica: la mayor en la historia de Uruguay. Ciento diez presos escaparon en una noche del Penal de Punta Carretas a través de un túnel subterráneo que conectaba con una casa lindera, ubicada en lo que hoy es uno de los barrios más acomodados del país.
Recapturado
En 1972 fue recapturado y ya no volvió a escapar. Al año siguiente se instauró una dictadura en Uruguay.
Mujica permaneció en prisión hasta 1985. Fueron más de 14 años de reclusión, durante los cuales fue torturado y pasó la mayor parte del tiempo en confinamiento absoluto y soledad. La dictadura lo consideraba un “rehén”, dispuesto a ser ejecutado en caso de cualquier acción de los tupamaros.
Durante su encarcelamiento sufrió golpizas, humillaciones y descargas de picana eléctrica. Comía poco. Se enfermó de los intestinos y los riñones, y perdió su dentadura.
En su discurso de despedida ante el Senado en 2020, Mujica hizo referencia a algunas de las torturas que sufrió.
“Estar seis meses atado con alambre con las manos en la espalda; irme de cuerpo por no poder aguantar en un camión y estar (ahí) dos días o tres; estar dos años sin que me llevaran a bañarme y tener que bañarme con un frasco, con una taza de agua y un pañuelo”, recordó.
Liberado
Con el retorno de la democracia en Uruguay, Mujica fue liberado. Poco después abrazó el sistema democrático con la misma pasión con la que antes había encarado la lucha en el ámbito guerrillero.
Fue elegido diputado, luego senador y más tarde ministro. Iba a trabajar en moto junto a su pareja, Lucía Topolansky. Cuando pudo cambiarla, compró un Volkswagen escarabajo celeste que conservó hasta el final de sus días, pese a haber recibido ofertas millonarias por el vehículo.
En su auto recorrió el país. En 2009 ganó las elecciones presidenciales y se volvió un símbolo de la política latinoamericana, con lecciones, polémicas y frases como aforismos que hoy el mundo recuerda.