En una escalada significativa del conflicto, drones ucranianos alcanzaron blancos a más de 1500 kilómetros dentro de territorio ruso, dañando una planta petroquímica en Sterlitamak y otras instalaciones energéticas.
Ofensiva coordinada en múltiples regiones rusas
El ataque a Sterlitamak fue parte de una ofensiva más amplia que abarcó al menos siete regiones rusas. El Ministerio de Defensa ruso afirmó haber derribado 83 drones, con concentraciones particularmente altas en Voronezh (40 drones), Nizhni Novgorod (20) y Belgorod (10). En Nizhni Novgorod, otra refinería resultó impactada, mientras que en la región de Kursk se registraron cortes de electricidad, según confirmó Andri Kovalenko, jefe del Centro contra la Desinformación de Ucrania.
Cambio estratégico en la guerra de drones
Esta ofensiva marca una nueva fase en la capacidad de proyección de fuerza de Ucrania, demostrando que puede alcanzar objetivos críticos profundamente dentro del territorio ruso. Kiev ha intensificado sistemáticamente sus ataques contra infraestructura energética rusa, incluyendo refinerías, depósitos y centros logísticos que alimentan el esfuerzo bélico de Moscú. Esta estrategia representa una respuesta directa a la campaña rusa de bombardeos contra centrales eléctricas ucranianas iniciada en septiembre.
La capacidad de Ucrania para mantener esta presión sobre la infraestructura energética rusa a distancias tan extensas podría tener implicaciones significativas para el desarrollo del conflicto y la economía de guerra de Moscú. Información extraída del medio DW.




