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«El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios. Vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura», sostuvo el Sumo Pontífice.

A través de su cuenta de Twitter, el Santo Padre volvió a manifestar su rechazo a la interrupción voluntaria del embarazo, aunque no se refirió de manera expresa a la Argentina.

El pasado sábado el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, había encabezado una misa en la Basílica de Luján para expresar el «dolor» de la Iglesia ante el avance de la iniciativa.

En ese marco, el monseñor había instado a los legisladores a realizar «una serena reflexión» y a que «no renieguen de sus convicciones más profundas».

En tanto, la plana mayor del Episcopado evitó este fin de año reunirse en persona con el presidente Alberto Fernández en el tradicional saludo de Navidad y sólo envió un saludo por carta al mandatario.

Esto fue interpretado como una muestra del malestar de la Iglesia por la iniciativa que impulsa el oficialismo a favor del aborto.

«No cuidar todas las vidas, toda la vida, sería una falta gravísima de un Estado que quiere proteger a sus habitantes», había afirmado días antes la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).

Y recordó que «no hay lugar para pensar en proyectos legislativos que contradicen el discurso que dice cuidar a todos los argentinos como prioridad».

En Buenos Aires se lleva a cabo una sesión pública especial del Senado de Argentina en la que van a debatir si en el país se permite el aborto libre hasta la semana 14 de gestación como lo propuso el gobierno de Alberto Fernández.

Ese texto ya fue aprobado por l Cámara de Diputados el 11 de diciembre y necesita el visto bueno de la mayoría de los senadores en una votación que pronostica que será muy ajustada y que se puede extender hasta la madrugada.

Fuente: Caracol Radio

En los últimos años, el debate público en torno a la legalización del aborto fue ganando espacio en la sociedad argentina, a punto tal que en el 2018 llegó por primera vez al Congreso de la Nación, cuando fue rechazada la ley en el Senado por siete votos, luego de obtener media sanción en Diputados; para hacerlo por segunda vez este año, en el que tras haber sido aprobado el proyecto en la Cámara Baja, tiene que ser debatido en el recinto de la Cámara Alta.

En estas discusiones, además de las voces militantes que impulsan el proyecto, son habituales los posicionamientos religiosos, sostenidos por representantes de diferentes instituciones religiosas, tales como rabinos, rabinas, imanes, pastores, pastoras, obispos, religiosas y sacerdotes. Sin embargo, no está del todo claro en qué medida las miradas enunciadas en el debate por estos agentes son representativas de las visiones de los fieles de los diferentes cultos, ni de los ciudadanos y ciudadanas de Argentina en general.

Encuesta nacional

Un equipo de investigadores e investigadoras del CONICET, que integran el Programa Sociedad, Cultura y Religión del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL, CONICET), publicó recientemente un nuevo informe de investigación, basado en los resultados de la Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina (2019), que muestra que si bien la filiación religiosa (o la ausencia de ella) tiene incidencia en las posturas respecto del aborto que adoptan las personas, no siempre es determinante, dado que también pesan otros factores como la edad o el nivel educativo.

“Uno de los aspectos que nos parecía interesante destacar es la distancia que se puede observar entre las posturas de las jerarquías de las diferentes iglesias o grupos religiosos y las asumidas por los fieles, que además de adherir a un culto son ciudadanos y ciudadanas que participan en política, están relacionados con determinadas opciones sociales, pertenecen a distintas generaciones y alcanzaron diferentes niveles educativos. Esto es destacable porque son las voces que no se suelen escuchar en los debates, dado que en representación de las religiones hablan generalmente los líderes o dirigentes. En este sentido, los resultados nos muestran que las posiciones de los fieles respecto de la IVE parecen tener autonomía con relación a las directivas institucionales de los cultos con los que se identifican”, señala Verónica Giménez Béliveau, investigadora del CONICET en el CEIL, profesora de la Universidad de Buenos Aires y una de las directoras de la investigación.

En este sentido, en ninguna de las adscripciones religiosas relevadas, el porcentaje de fieles que consideran que el aborto debería estar prohibido en todos los contextos llega al 50%. Mientras que, entre los residentes en la Argentina, un 18,7% asume esta posición, entre los católicos (que son aproximadamente el 63% de la población argentina) baja levemente al 17,2%, para escalar entre los evangélicos (15,3% de los residentes en Argentina) a poco menos del 42%. No obstante, entre quienes no tienen filiación religiosa (18,9% del total de la población)- que en su mayoría se consideran a sí mismos creyentes- , sólo un 3,1% cree que la IVE no debería ser permitida en ningún caso. Finalmente, entre quienes adscriben a otras religiones (solo 3,3% de los residentes), un 32,3% rechaza al aborto de forma tajante.

“Aunque los evangélicos son quienes más afirman que el aborto debería estar prohibido bajo cualquier circunstancia, incluso dentro de este grupo no es la opción mayoritaria. De hecho, la mitad de los evangélicos considera que el aborto debería estar permitido al menos en ciertas circunstancias, tal como está contemplado en el marco normativo actual”, afirma Juan Cruz Esquivel, investigador del CONICET en el CEIL, profesor de la Universidad de Buenos Aires y otro de los directores de la investigación.

Mitad y mitad

De acuerdo a los resultados de la encuesta, la posición mayoritaria entre los residentes en Argentina, sostenida por un 51,8% de los consultados, es que “el aborto debe estar permitido en algunas circunstancias como casos violación, peligro de vida de la mujer o malformación del feto” Esta postura intermedia es también mayoritaria entre los católicos (57,5%) y los evangélicos (50,3%).
La afirmación de que una mujer debe tener derecho al aborto siempre que lo decida es avalada por un 27,4% de los residentes en Argentina. Esta es, a su vez, la opción mayoritaria (58,4%) entre aquellos sin filiación religiosa, así como las más escogida (38,7%) entre los que adscriben a otras religiones. Aunque entre los evangélicos esta mirada es muy minoritaria (7,7%), dentro del universo de quienes se reconocen como católicos tiene una aceptación un poco menor a una cuarta parte (22,3%).

Cambios en las posturas respecto de la IVE

Un valor agregado que tiene la Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en Argentina del 2019 es que por tratarse de la segunda edición -la primera se realizó en 2008-, permite observar cambios ocurridos entre los residentes en Argentina con relación a las posturas asumidas respecto del aborto y otros temas.

En lo que se refiere a la población argentina en general, el cambio más destacable es que el porcentaje de quienes conciben la IVE como un derecho de la mujer casi se duplicó, pasando de un 14,1% en 2008 a un 27,3% en 2019. Sin embargo, el núcleo de quienes rechazan el aborto en cualquier contexto se mantuvo prácticamente intacto, al aumentar levemente de un 16,9% a un 18,7%. Esto significa que el grupo de quienes creen que la interrupción del embarazo deber permitirse sólo en algunas circunstancias decreció (de un 63,9% a un 51,8%), fundamentalmente, a expensas de la opción que señala que es un derecho de la mujer.

Al margen de las adscripciones religiosas, la creencia o no en Dios parece tener incidencia en las posiciones sobre la IVE. Mientras que entre aquellos que manifiestan no creer en Dios casi un 70% considera al aborto un derecho de la mujer y apenas un 2,3% lo rechaza de forma tajante; dentro del universo de quienes aseguran creer en Dios, un poco menos de una quinta parte acepta la IVE en cualquier circunstancia que la mujer lo decida y un 22, 2% cree que debería estar prohibida en todos los casos. Finalmente, entre quienes afirman creer en Dios a veces y quienes dudan de su existencia, también resulta muy minoritaria la opción de no permitir el aborto en ningún contexto, siendo, respectivamente, del 2,7% y el 5,8%.

Otros factores que inciden

De acuerdo con los resultados de la encuesta volcados en el reciente informe, otros factores que parecen incidir en la postura sobre la IVE son la edad y el nivel educativo alcanzado.

En el universo de los más jóvenes (franja de los 18 a los 29 años), la postura de que el aborto es un derecho de la mujer alcanza a un 31,8% de los encuestados y aquella que indica que deber estar prohibido siempre es avalada por el 15,2%. En cambio, entre quienes tienen más de 65 años, un 17% concibe a la IVE como un derecho y un 26,9% lo rechaza de manera rotunda. De todas formas, en ninguno de los grupos etarios la suma de quienes consideran al aborto un derecho de la mujer y quienes creen que debe estar permitido solo en algunas circunstancias es menor a un 73%.

En relación al nivel educativo ocurre algo parecido, dado que a medida que se avanza en el grado de instrucción alcanzado, los habitantes de la Argentina muestran mayor aceptación de la IVE como un derecho de la mujer y una menor tendencia a rechazarla de plano. Mientras entre aquellos que alcanzaron el nivel universitario, prima la opinión que el aborto es un derecho de las mujeres, en el resto de los sectores, la opinión sobre la despenalización se concentra mayoritariamente en que debería estar permitido en ciertas circunstancias.

Fuente: El Diarioweb

Este martes en una sesión prevista para las 16 horas, el Senado debatirá el proyecto de legalización del aborto que ya tiene media sanción de la Cámara de Diputados. Al igual que ocurrió cuando lo discutió la Cámara Baja se esperan marchas en el Congreso por parte de grupos a favor y en contra.

Mientras tanto, Esquel y Trevelin serán escenario de la «Caravana por la Vida». A las 16 comenzó la marcha en el pueblo del molino.

Está previsto que se movilicen a nuestra ciudad, donde la concentración fue pautada para las 18 en la plaza San Martín.

Fuente: Red43

Durante una misa realizada este sábado en la Basílica de Luján, el mayor templo de Argentina, el obispo Óscar Ojea hizo un llamado a los senadores a que rechacen el proyecto de ley que busca legalizar la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), cuya votación tendrá lugar el próximo martes. Los religiosos expresaron su «dolor” por la iniciativa legal.

«Virgen santísima, te pedimos que detengas tu mirada sobre nuestros legisladores que tendrán que decidir sobre un tema de delicadeza tan extrema, que puedas provocar en ellos una reflexión en sus mentes y corazones», dijo el religioso durante el acto, que fue transmitido por redes sociales. Ojea, que es presidente del episcopado argentino, también llamó a los senadores a no renegar «de sus convicciones más profundas”.

Ojea dijo en su homilía «por el cuidado y el respeto de la vida naciente” que en el escenario de crisis sanitaria, económica y social que vive Argentina «muchas cosas se han roto y necesitan ser sanadas», pero advirtió no se puede «construir si se le suelta la mano al indefenso, si se desconocen los derechos al más débil y al más pobre».

Resultado incierto

Un proyecto para legalizar el aborto ya había sido debatido en 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), quien dio vía libre para su discusión tras años de intentos fallidos por parte de la izquierda y de grupos feministas para impulsar la iniciativa. En aquella ocasión, la Cámara de Diputados avaló el proyecto, pero el Senado lo rechazó, en medio de masivas movilizaciones a favor y en contra.

El proyecto de Fernández permite el acceso a la interrupción del embarazo hasta la semana 14 de gestación, y más allá de ese plazo si la mujer sufrió una violación o corre peligro su vida, únicos dos supuestos por los que en la actualidad se permite abortar legalmente en Argentina. La iniciativa va acompañada de un plan llamado «de los mil días”, que prevé dar asistencia sanitaria y económica a las madres durante la gestación y hasta los 3 años de edad del niño.

Hasta ahora lucen parejas las fuerzas a favor y en contra en el Senado argentino, con final incierto en un cuerpo de 72 escaños, donde el peronismo tiene 41 votos, aunque no todos ellos a favor de la propuesta. En la Cámara Baja la iniciativa se aprobó con 131 votos positivos, 117 en contra y seis abstenciones.

Fuente: ADNSUR

El plenario de comisiones que tiene a su cargo el estudio del proyecto de ley sobre interrupción voluntaria del embarazo buscará este jueves emitir dictamen de la iniciativa, cuando finalice la cuarta jornada de un debate que este miércoles giró en torno de las exposiciones de sanitaristas y expertos en medicina legal que discreparon sobre los efectos que podría tener la aprobación de la ley.

El plenario de las comisiones de Banca de la Mujer, Justicia y Asuntos Penales y de Salud cerrará este jueves las consultas con una audiencia que comenzará a las nueve y media de la mañana.

Al finalizar la última audiencia, los legisladores debatirán entre ellos para, finalmente, pasar a la firma el dictamen con la intención, en principio, de debatir el proyecto en la sesión del martes 29 de diciembre.

La jornada de este miércoles

Durante la reunión de este miércoles, la primera de las expositoras, Stella Manzano, ginecóloga y especialista en medicina legal, defendió la propuesta al considerar que «salva vidas de niñas embarazadas por violación que triplican su riesgo de morir en el parto con respecto a las más grandes».

Para María de Urraza, médica obstetra, en cambio, la iniciativa tiene como meta «promover el aborto genésico, legitimar los que ya se realizan en hospitales, el aborto a libre demanda y sin límite de edad gestacional y amedrentar a los médicos que se resisten a obrar contra su conciencia».

Este jueves buscarán emitir dictamen y tratar el proyecto el 29 de diciembre.

La exposición de esta especialista fue cuestionada por algunos senadores en el turno de las preguntas, como en el caso de Matías Rodríguez y Nancy González, del Frente de Todos, quienes rechazaron sus dichos respecto a que la decisión de la mujer de practicarse un aborto implica «un suicidio emocional».

La cuestión de la eugenesia y el control de los nacimientos fue traído a la discusión en la segunda parte del día, cuando la médica Graciela Moya, especialista en bioética de la Universidad Católica Argentina, recordó que durante la Alemania nazi «había una legislación» en la que se «eliminaban personas con discapacidad» y señaló que en países del norte de Europa o en Uruguay habían disminuido los nacimientos de niños con Síndrome de Down.

La intervención de Moya generó airadas protestas de parte de la senadora peronista por Tucumán, Beatriz Mirkin, quien advirtió: «no le voy a permitir ni a ella ni a nadie, como madre judía, que venga a decirnos a los senadores cómo tenemos que votar para no ser genocidas nazis».

«No se lo voy a permitir. Me afecta personalmente», cuestionó Mirkin, mientras que su compañera de bancada por Neuquén, Silvia Sapag, reclamó a Moya «que no venga a decir cómo deben votar los senadores».

También el oficialista chubutense, Alfredo Luenzo, cuestionó a otros expositores en contra de la ley, como la ginecóloga María Cecilia Ávila, quien les reclamó a los legisladores que «no obliguen a los médicos a asesinar a los niños por nacer».

«Eso de matar niños es un exabrupto que no podemos permitirnos. Nadie promueve la muerte de ningún ser humano», reclamó Luenzo.

En ese contexto, se produjo un cruce entre legisladores del Frente de Todos por la forma en la que se desarrollaba el debate e intervino el jefe de la bancada oficialista, el formoseño José Mayans, quien defendió a Moya argumentando que «no es merecedora de ese ataque» porque «hizo una referencia histórica ya que acá, más temprano, también se habló de eugenesia».

Además, aprovechó para reclamarle a la conductora del debate, la presidenta de la Comisión de la Banca de la Mujer, la peronista Norma Durango, que «sea imparcial».

«Se nota mucho que, cuando hablan expositores que no están de acuerdo con usted, salen todos a atacarlos», dijo Mayans y agregó: «cuando una persona no comulga con su ideología la interrumpe permanentemente», señaló Télam.

En una maratónica sesión que ya acumula 20 horas pero continúa con el debate de la ley de los 1.000 días, la Cámara de Diputados le dio media sanción al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). La iniciativa se aprobó con 131 votos a favor, 117 en contra y 6 abstenciones y ahora deberá tratarse en el Senado, donde se esperan números más ajustados, con una definición voto a voto.

A diferencia de 2018, cuando la Cámara Baja le dio luz verde al proyecto con 129 votos positivos, 125 negativos y una sola abstención, esta vez se extendió la brecha. En tanto, fuera del Congreso militantes “verdes” y “celestes”, que habían comenzado a arribar a partir del mediodía, llevaron a cabo una vigilia durante toda la noche, a la espera de la resolución. Finalmente, quienes desean “que sea ley” terminaron celebrando.

Por su parte, el Presidente de la Nación estuvo atento a lo que pasaba en la Cámara de Diputados durante toda la jornada. Lo mantuvieron informado la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, y el ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, que desde Casa Rosada intercambió mensajes con la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta. Las dos se quedaron todo el día y toda la noche en el Congreso, con la lista de diputados y diputadas marcados en sus celulares con distintos colores según el sentido de su voto. Ya varios días atrás, el número necesario para la aprobación estaba garantizado, aunque ayer el plan fue consolidarlo e intentar ampliar la brecha como señal hacia la sociedad y hacia el Senado, donde hay una virtual paridad.

El rumor sobre la posibilidad de que Alberto Fernández pasara por el Congreso se instaló fuerte por la tarde, después de que varios funcionarios y ministros dejaran en claro con su presencia el fuerte respaldo del oficialismo, el primer gobierno en presentar un proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Precisamente trabajaron en el texto Ibarra y Gómez Alcorta, a pedido del Presidente. Sin embargo, hubo coincidencias en Casa Rosada y en Diputados respecto a dejar el protagonismo a los legisladores de todas las fuerzas políticas. “Si uno se quiere apropiar, lo que se logra es que no se vote la ley”, señaló Gómez Alcorta a un grupo de periodistas, entre ellos a Infobae, antes de la medianoche. “Es de la calle, es de las pibas, es de La Campaña”, se la oyó decir.

La ministra advirtió que el voto fue transversal, por lo que el resultado fue atribuido de la misma manera a diputados de Juntos por el Cambio, como de fuerzas provinciales, de izquierda y del Frente de Todos. La funcionaria reivindicó además el antecedente del debate de 2018, por haber evidenciado un tema hasta entonces tabú para la política. Ese año, fue Mauricio Macri el primer presidente en habilitar el tema, aún cuando no lo apoyaba, y el Senado frenó la ley.

Para conmemorar el antecedente pasaron por el Congreso varios ex diputados de aquel grupo autodenominado “las sororas”. Hubo foto en Pasos Perdidos con el ahora diputado provincial Daniel Lipovetsky (PRO); la intendenta quilmeña Mayra Mendoza; la ahora diputada provincial santafesina Lucila de Ponti; la correntina Araceli Ferreyra; la presidenta de AySA, Malena Galmarini; y quienes siguen ocupando una banca como Leonardo Grosso; Mónica Macha y Cecilia Moreau. En la escena faltó Silvia Lospennato, que con Moreau y Macha volvió a ser protagonista en el nuevo debate, mientras que Galmarini, vestida de traje verde, no dejó de buscar más votos. Hubo charlas con gobernadores, como el de San Juan, el de Misiones, el de Salta y el de Tucumán, tanto para sumar votos como para evitar que otros se cayeran.

Más allá de los 165 discursos divididos entre los que votaron a favor y en contra, no hubo discursos “beligerantes”, salvo la denuncia de la diputada del PRO Dina Rezinovsky. “Con la billetera están comprando diputados oficialistas. Me frustra saber que están dando vuelta diputados”, resaltó la legisladora macrista como hace dos años, cuando Elisa Carrió, entonces diputada, se retiró a descansar y al regresar por la mañana expresó sus sospechas sobre el cambio de votos ocurrido durante la madrugada. El voto en contra estaba arriba en el inicio de la sesión, pero finalmente, por el cambio de opinión de legisladores pampeanos, se votó la media sanción por 129 contra 125. Sólo hubo una abstención.

Este año el postergado debate que anunció el Presidente el 1° de marzo se trató en comisiones sólo una semana y se trató en una sesión que arrancó ayer minutos después de las 11 de la mañana y se extendió durante toda la madrugada. La estrategia fue apuntar a la necesidad de contemplar la IVE como política de Salud y, en paralelo, votar la ley de los Mil Días para acompañar a las mujeres gestantes y a los niños hasta los tres años.

Varias veces el presidente del cuerpo, Sergio Massa, pidió respetar los tiempos acordados: 5 minutos por cada diputado y diputada. Los excesos fueron extendiendo el debate y postergando la hora de votación. De todos modos, se lo notó muy conforme por el tono, de un respeto poco habitual. No hubo gritos, ni chicanas, ni discursos virulentos. Hasta alguien tan efusivo como el cordobés Luis Juez lo destacó: “Presidente no sé como ser original a la una de la mañana. Y cómo hablar sin romper este clima armonioso, pensamientos distintos pero un clima armonioso”. Según su punto de vista, el debate no resolvería el tema que como abogado anticipó que “lo va a terminar de resolver la Corte”. Defendió “el derecho de la persona por nacer, que el único derecho que tiene es a ver la luz”.

Lo siguió en la palabra el cordobés Pablo Carro, del Frente de Todos. “Córdoba es una provincia de contrastes”, arrancó una risa propia y carcajadas entre otros legisladores. Y en su caso, justificó el voto a favor.

“Vamos a votar de manera transversal porque no podemos ser indiferentes para un problema de salud pública”, señaló Maximiliano Ferraro en su última sesión como presidente del bloque de la Coalición Cívica. Como en esa fuerza política, todos tuvieron divisiones internas. Él mismo opina distinto que Carrió, aún cuando preside la Coalición Cívica. Cuatro de los 14 diputados del bloque ‘lilito’ habían anticipado su voto a favor, el resto fueron voceros de la campaña ‘por las dos vidas’ e incluso María Lucía Lehmann solicitó postergar el debate hasta después de Reyes. Mariana Zuvic mantuvo en reserva su posición.

Otro que en el punteo de “verdes” fue contado a favor fue Sebastián García de Luca (PRO), muy cercano a Emilio Monzó, el ex presidente de la cámara de Diputados. En su caso no pidió la palabra y prometió revelar su postura recién en el momento de la votación. No pidió la palabra como sí lo hizo Flavia Morales, del Frente de la Concordia de Misiones. Dos años atrás Morales votó en contra, pero esta vez sorprendió. “Desde la votación de 2018 he reflexionado, he analizado. La penalización no logra evitar que muchas mujeres realicen esta práctica y más aún en la clandestinidad. En efecto, la intervención del Estado, en este momento, es fundamental”, apuntó. Y aseguró: “No se trata de lo que yo piense, sino de lo que está pasando allá afuera y estas prácticas clandestinas están ocurriendo aún en pandemia. He entendido que tenemos que optar entre la existencia de una regulación u optar por que las cosas sigan de la misma manera”. Nadie se hizo cargo de haberla convencido. A la inversa, la chaqueña Aída Ayala (UCR), presente en el recinto, anunció hace varias semanas que esta vez cambiaría su voto y rechazaría la IVE.

A la 1:55, Nancy Sand, del Frente de Todos de Corrientes, anunció su postura. En el oficialismo la tenían en la lista “celeste”, aunque ella había hecho declaraciones periodísticas a favor de la ley. Así lo destacó: “A pesar de que pensé que podía acompañar lo contrario, hoy debo decir que por formación, por convicción y por conciencia que la interrupción de una vida en desarrollo no es la solución a los problemas”. En contrapartida, la santafesina Alejandra Obeid (Frente de Todos), católica, reveló que le costó mucho tomar la decisión a favor y agradeció a su bloque y a sus amigas por ayudarla: “Pude entender que lo que pensamos sobre estas leyes no pueden nublar nuestro compromiso de legislar en la ampliación de derechos”.

Otros que terminaron con la incertidumbre durante los discursos fueron el sanjuanino Francisco Guevara, que un día antes visitó a la dirigente de La Cámpora Mayra Mendoza. Guevara es el único diputado “verde” de su provincia. También la ex gobernadora de Catamarca Lucía Corpacci reveló su postura al aparecer en el recinto con un pañuelo de la Campaña por el Aborto. A las 2.39, más de 12 horas después de iniciada la sesión, el jujeño Jorge Rizzotti, de la UCR, develó la incógnita: “Voto a favor”.

La diputada santafesina Vanesa Massetani, del Frente de Todos, advirtió en pleno debate: “Ningún funcionario va a decirme lo que tengo que hacer hoy aquí en esta banca. Fueron elegidos a dedo. A mí me eligió el pueblo”. En los palcos había funcionarios nacionales y ella, aunque no lo mencionó por su nombre, hizo referencia al ministro de Salud, Ginés González García, por llamar “fenómeno” al embrión: “Resulta por demás revelador lo que puede realizar un ‘fenómeno’: se mueve, da patadas, agita los brazos, la cabeza, se chupa el dedo, la mano, hace gestos con su caca, bebe líquido amniótico y hace pis”. Como ella, varios “celestes” fundamentaron su voto en contra al considerar como el inicio de la vida al momento de la concepción y en la saturación que implicaría para el sistema sanitario, a pesar que del otro lado insistían en que en la actualidad los embarazos se pueden interrumpir de manera ambulatoria con la ingesta de pastillas. También en el PJ, a pesar del involucramiento del Presidente y su gabinete, hubo opositores a la ley, como la mayoría de los sanjuaninos, entre los que estuvo José Luis Gioja, presidente del Consejo Nacional del partido.

“Algunos han dicho que no es el momento Si algo sabemos las mujeres argentinas es que siempre hay una excusa cuando queremos ampliar derechos, nunca es el mes apropiado, nunca es el día apropiado”, respondió a muchos diputados Cristina Alvarez Rodríguez, sobrina nieta de Evita e integrante de la mesa partidaria. Enumeró derechos otorgados por ley como el voto femenino o los más recientes como el matrimonio igualitario y la identidad de género. La diputada, muy cercana a la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, contó que el jefe del bloque, Máximo Kirchner, cedió su tiempo para que se expresaran las diputadas del Frente de Todos “porque cree que las mujeres tenemos que seguir alzando la voz y dando la pelea juntas”.

Kirchner no estuvo en el recinto: sigue aislado después de haber compartido un acto y un traslado en auto con el gobernador Axel Kicillof y un colaborador bonaerense que fue diagnosticado COVID-19 positivo. Es más, como él y una cincuentena de diputados, la entrerriana Blanca Osuna (Frente de Todos) participó en forma remota y hasta dio un discurso desde un sanatorio, internada con coronavirus. Hubo aplausos para ella.

En las bancadas mayoritarias hubo voto transversal. “Hoy me tiene sin cuidado si alguien lo hizo con criterio oportunista”, desestimó Albor Cantard de la UCR de Santa Fe, que reivindicó a su partido como una fuerza laica y justificó su apoyo. En cambio, el también radical Hernán Berisso, matancero, pidió más prevención y trató de explicar que “no estar a favor del aborto legal no significa que estoy a favor del aborto clandestino”. Jorge Lacoste, de la UCR de Entre Ríos, explicó que está en contra del aborto aunque votaría a favor porque la ley establece un derecho pero no una obligación, ya que quien no lo desee no interrumpirá su embarazo.

El debutante Omar de Marchi, flamante vicepresidente primero, varias veces pidió acotar los discursos. Diez minutos antes de las 2, avisó que la suma de cada minuto extra que estaban utilizando los diputados pasaría la votación para las 7. Massa ya había pedido colaboración con la amenaza de cortar algún micrófono, lo que nunca hizo.

Pasadas las cinco de la mañana, el diputado Daniel Ferreyra anunció que se iba a abstener de votar tras denunciar que su hija recibió amenazas: “Una periodista dijo que vendí mi voto. Por esa razón no estoy actuando libremente y a la hora de votar me voy a abstener”, señaló ADN SUR.

Los alrededores del Congreso de la Nación amanecieron con los sectores bien divididos entre «verdes» y «celestes», con personas ya movilizadas de uno y otro lado, de cara a una extensa jornada de debate en el recinto de la Cámara baja, donde se va a debatir la ley que busca que en la Argentina esté garantizado el acceso al aborto seguro y gratuito.

Como ocurrió en 2018, quienes apoyan la iniciativa, que conforman el sector de los «verdes», que llevan el color de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito, comenzaban a instalarse en la esquina de Avenida de Mayo y Entre Ríos hacia el lado de Corrientes.

Allí está montado el escenario desde donde hablarán sus referentes a lo largo de la jornada y la pantalla gigante que transmitirá la sesión.

Como ocurrió hace dos años en aquel debate, que terminó con el rechazo de la iniciativa en el Senado, en la calle, dos líneas de vallados se ocupan de separar a los militantes «verdes» de los «celestes», contrarios a la interrupción voluntaria del embarazo.

En tanto, en Rivadavia y Entre Ríos, en la otra esquina del Congreso, se ubican los celestes con su lema «salvemos las dos vidas». Allí también tienen su propio escenario y pantalla gigante.

A diferencia de lo que ocurrió en la votación de junio de 2018, esta vez no habrá un frío que cale los huesos sino todo lo contrario: verdes y celestes tendrán que soportar el calor de diciembre que hoy promete llegar hasta los 34 grados a las 16. Un camión de Aysa ya está instalado en la zona para repartir agua y también barbijos.

Lo primero que llama la atención del sector verde es que ya hay más de cien personas, música y muchos puestos de comida.

«Tenemos mucha expectativa, ya no hay mucho más para debatir, ya dijimos todo lo que teníamos para decir en 2018», dijo a Télam Karen, militante de la Campaña contra la Violencia hacia las mujeres, que llegó a las 7 para reunirse con sus compañeras que pasaron la noche frente al Congreso.

Sin embargo, aseguró que «las organizaciones feministas vamos a tener que seguir con la lucha porque con la objeción de conciencia -incluida en el proyecto y que permite a clínicas privadas no realizar abortos- vamos a tener que armar redes para acompañar a las chicas para que puedan el acceso garantizado».

«El aborto legal es vida, no se pueden negar todos los riesgos a los que nos sometemos en un aborto ilegal, hay que correr la moralidad del debate», añadió.

Pedro, un médico psiquiatra de Perú, es una de las treinta personas que pasó la noche del lado celeste. «Las personas que abortan después quedan con alienación y depresión y angustia, que no hay antidepresivo que las pueda salvaguardar de lo que hicieron, la conciencia les va a dictaminar que han matado a un ser humano», le dijo a Télam esta mañana.

«No queremos un ministerio de la muerte», «Matar un niño por nacer no es un derecho», decían algunas de las banderas colgadas de las vallas de su lado, donde, además de la pantalla oficial, también se montó una segunda un poco más pequeña.

«Si el Congreso no está a favor de la vida, qué nos espera al futuro. Este es un país muy rico, pero más rico sería si tiene a Dios en su corazón», insistió Pedro.

La Cámara de Diputados tendrá una sesión especial citada para el debate de los proyectos de interrupción voluntaria del embarazo y el llamado «Plan de los 1000 días», que establece una protección integral a la mujer embarazada y al niño hasta los primeros tres años de vida.

El dictamen de mayoría emitido por un plenario de comisiones establece que «las mujeres y otras personas con identidades de género con capacidad de gestar» tienen derecho a practicarse un aborto hasta la semana 14 del proceso gestacional.

Asimismo, contempla que los centros de salud privados o de la seguridad social que no cuenten con profesionales para realizar la interrupción del embarazo por objeción de conciencia deberán prever y disponer la derivación a un lugar de similares características, donde se realice efectivamente la intervención.

En el caso de menores de 16 años que decidan abortar, se requerirá su consentimiento y se procederá conforme lo dispuesto en el artículo 26 del Código Civil y Comercial, que indica que «la persona menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales», señaló ADN SUR.

Como ocurrió en 2018, quienes apoyan la iniciativa, que conforman el sector de los «verdes», que llevan el color de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito, comenzaban a instalarse hoy en la esquina de Avenida de Mayo y Entre Ríos hacia el lado de Corrientes.

Allí está montado el escenario desde donde hablarán sus referentes a lo largo de la jornada y la pantalla gigante que transmitirá la sesión.

Como ocurrió hace dos años en aquel debate, que terminó con el rechazo de la iniciativa en el Senado, en la calle, dos líneas de vallados se ocupan de separar a los militantes «verdes» de los «celestes», contrarios a la interrupción voluntaria del embarazo.

En tanto, en Rivadavia y Entre Ríos, en la otra esquina del Congreso, se ubican los celestes con su lema «salvemos las dos vidas». Allí también tienen su propio escenario y pantalla gigante.

A diferencia de lo que ocurrió en la votación de junio de 2018, esta vez no habrá un frío que cale los huesos sino todo lo contrario: verdes y celestes tendrán que soportar el calor de diciembre que hoy promete llegar hasta los 34 grados a las 16. Un camión de Aysa ya está instalado en la zona para repartir agua y también barbijos.

Lo primero que llama la atención del sector verde es que ya hay más de cien personas, música y muchos puestos de comida.

«Tenemos mucha expectativa, ya no hay mucho más para debatir, ya dijimos todo lo que teníamos para decir en 2018», dijo a Télam Karen, militante de la Campaña contra la Violencia hacia las mujeres, que llegó a las 7 para reunirse con sus compañeras que pasaron la noche frente al Congreso.

Sin embargo, aseguró que «las organizaciones feministas vamos a tener que seguir con la lucha porque con la objeción de conciencia -incluida en el proyecto y que permite a clínicas privadas no realizar abortos- vamos a tener que armar redes para acompañar a las chicas para que puedan el acceso garantizado».

«El aborto legal es vida, no se pueden negar todos los riesgos a los que nos sometemos en un aborto ilegal, hay que correr la moralidad del debate», añadió.

Pedro, un médico psiquiatra de Perú, es una de las treinta personas que pasó la noche del lado celeste. «Las personas que abortan después quedan con alienación y depresión y angustia, que no hay antidepresivo que las pueda salvaguardar de lo que hicieron, la conciencia les va a dictaminar que han matado a un ser humano», le dijo a Télam esta mañana.

«No queremos un ministerio de la muerte», «Matar un niño por nacer no es un derecho», decían algunas de las banderas colgadas de las vallas de su lado, donde, además de la pantalla oficial, también se montó una segunda un poco más pequeña.

«Si el Congreso no está a favor de la vida, qué nos espera al futuro. Este es un país muy rico, pero más rico sería si tiene a Dios en su corazón», insistió Pedro.

La Cámara de Diputados iniciará en una sesión especial citada para las 11 el debate de los proyectos de interrupción voluntaria del embarazo y el llamado «Plan de los 1000 días», que establece una protección integral a la mujer embarazada y al niño hasta los primeros tres años de vida.

El dictamen de mayoría emitido ayer por un plenario de comisiones establece que «las mujeres y otras personas con identidades de género con capacidad de gestar» tienen derecho a practicarse un aborto hasta la semana 14 del proceso gestacional.

Asimismo, contempla que los centros de salud privados o de la seguridad social que no cuenten con profesionales para realizar la interrupción del embarazo por objeción de conciencia deberán prever y disponer la derivación a un lugar de similares características, donde se realice efectivamente la intervención.

En el caso de menores de 16 años que decidan abortar, se requerirá su consentimiento y se procederá conforme lo dispuesto en el artículo 26 del Código Civil y Comercial, que indica que «la persona menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales», señaló Diario Jornada.

Los sectores que se oponen a la legalización del aborto –entre ellos la Iglesia católica, la evangélica y organizaciones de la sociedad civil- realizarán su primera acción conjunta, con marchas y caravanas en todo el país, para expresar su rechazo al proyecto enviado por el Gobierno al Congreso, que comenzará a ser tratado la semana próxima.

En la ciudad de Buenos Aires, la convocatoria es a las 15 frente al Congreso Nacional, donde la semana próxima comenzará el tratamiento del proyecto en la Cámara de Diputados, mientras que las manifestaciones se replicarán en todas las provincias.

Los organizadores de la marcha informaron que se realizará con «las medidas de prevención necesarias, con tapabocas y guardando distancia» entre los manifestantes, en el marco de la etapa de distanciamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus.

La marcha se realizará con «las medidas de prevención necesarias, con tapabocas y guardando distancia» entre los manifestantes, en el marco de la etapa de distanciamiento social, preventivo y obligatorio

Entre las organizaciones convocantes se encuentra la Unidad Provida, que nuclea a más de 150 organizaciones de la sociedad civil.

«Hay más de 100 causas prioritarias por las que mueren las mujeres, y mucho más en pandemia. Mueren 15 veces más embarazadas que quieren tener a sus hijos, 20 veces más mujeres por desnutrición o HIV, y 300 veces más por cáncer de mama”, sostuvo Ana Belén Mármora, activista de Unidad Provida en la antesala de las movilizaciones.

En sus redes sociales y bajo el hashtag #LaMayoríaCeleste, indican que una parte de los manifestantes se congregará a las 14 en el Obelisco para marchar desde allí hacia el Congreso, e invitan a llevar pañuelos celestes y banderas argentinas.

Desde la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia, que encabeza monseñor Pedro Laxague, alentaron «fervientemente» a participar de la manifestación «a favor del derecho humano a la vida de toda persona garantizado en la misma Constitución nacional», según un comunicado.

Desde la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (Aciera), que nuclea a las comunidades evangélicas y que tienen un alto poder de convocatoria, también se sumaron a la convocatoria, señaló Télam.

Los sectores que se oponen a la legalización del aborto –entre ellos la Iglesia católica, la evangélica y organizaciones de la sociedad civil- realizarán su primera acción conjunta, con marchas y caravanas en todo el país, para expresar su rechazo al proyecto enviado por el Gobierno al Congreso, que comenzará a ser tratado la semana próxima.

En la ciudad de Buenos Aires, la convocatoria es a las 15 frente al Congreso Nacional, donde la semana próxima comenzará el tratamiento del proyecto en la Cámara de Diputados, mientras que las manifestaciones se replicarán en todas las provincias.

Los organizadores de la marcha informaron que se realizará con «las medidas de prevención necesarias, con tapabocas y guardando distancia» entre los manifestantes, en el marco de la etapa de distanciamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus.

La marcha se realizará con «las medidas de prevención necesarias, con tapabocas y guardando distancia» entre los manifestantes, en el marco de la etapa de distanciamiento social, preventivo y obligatorio

Entre las organizaciones convocantes se encuentra la Unidad Provida, que nuclea a más de 150 organizaciones de la sociedad civil.

«Hay más de 100 causas prioritarias por las que mueren las mujeres, y mucho más en pandemia. Mueren 15 veces más embarazadas que quieren tener a sus hijos, 20 veces más mujeres por desnutrición o HIV, y 300 veces más por cáncer de mama”, sostuvo Ana Belén Mármora, activista de Unidad Provida en la antesala de las movilizaciones.

En sus redes sociales y bajo el hashtag #LaMayoríaCeleste, indican que una parte de los manifestantes se congregará a las 14 en el Obelisco para marchar desde allí hacia el Congreso, e invitan a llevar pañuelos celestes y banderas argentinas.

Desde la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia, que encabeza monseñor Pedro Laxague, alentaron «fervientemente» a participar de la manifestación «a favor del derecho humano a la vida de toda persona garantizado en la misma Constitución nacional», según un comunicado.

Desde la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas (Aciera), que nuclea a las comunidades evangélicas y que tienen un alto poder de convocatoria, también se sumaron a la convocatoria, señaló Télam.