Tag

Contaminación

Browsing

A través de redes sociales usuarios compartieron impactantes imágenes de la contaminación que sufre nuestra ciudad.

Las fotos fueron publicadas por el Facebook “Días sin descartables”, del Club Austral de Fotógrafos. Allí se muestra el lamentable estado de contaminación con basura, plásticos y desechos cloacales en nuestras playas.

Asimismo, se explicó que del total de todas las fotografías, ocho serán parte de parte de la muestra fotográfica “Conviviendo con la Basura”, que se exhibirá en hall de ingreso de la Universidad de Comodoro Rivadavia, del 25 al 27 de septiembre.

Pequeños pedazos de plástico fueron hallados en núcleos de hielo perforados en el Ártico por un equipo de científicos, lo que subraya la amenaza que esta creciente forma de contaminación representa para la vida marina, incluso en las aguas más remotas del planeta.

Los investigadores usaron un helicóptero para aterrizar en témpanos de hielo y recuperar las muestras durante una expedición de 18 días en el Pasaje del Noroeste, la peligrosa ruta que une los océanos Pacífico y Atlántico.

“Pasamos semanas observando lo que se parece mucho al hielo prístino que flota en el océano”, dijo Jacob Strock, un investigador de la Universidad de Rhode Island, quien realizó un análisis inicial de los núcleos.

“Pero cuando lo miramos de cerca vemos que está muy visiblemente contaminado, y con las herramientas adecuadas se sintió como un golpe en el estómago”, sostuvo Strock a Reuters por teléfono.

Strock y sus colegas encontraron el material atrapado en las muestras de hielo tomadas de Lancaster Sound, un tramo de agua aislado en el Ártico, que habían asumido que podría estar relativamente protegido de la contaminación del plástico a la deriva.

El equipo extrajo 18 núcleos de hielo de hasta dos metros de largo de cuatro ubicaciones y vio perlas y filamentos de plástico visibles de varias formas y tamaños. Los científicos dijeron que los resultados refuerzan la teoría de que la contaminación por microplásticos parece concentrarse en el hielo en relación al agua de mar.

“El plástico creció tanto en abundancia como en escala”, dijo Brice Loose, oceanógrafo de la Universidad de Rhode Island y científico jefe de la expedición, conocida como el Proyecto del Pasaje del Noroeste.

La consternación de los científicos recuerda la de los exploradores que encontraron desechos plásticos en la Fosa de las Marianas del Océano Pacífico, el lugar más profundo de la Tierra, durante inmersiones submarinas a principios de este año.

El Proyecto del Pasaje del Noroeste se centra principalmente en investigar el impacto del cambio climático provocado por el hombre en el Ártico, cuyo papel como sistema de enfriamiento del planeta se ve comprometido por la rápida desaparición del hielo marino en verano.

Pero los fragmentos de plástico, conocidos como microplásticos, también sirvieron para resaltar cómo el problema de los desechos ha alcanzado proporciones epidémicas. Naciones Unidas estima que hasta la fecha se han arrojado 100 millones de toneladas de plástico en los océanos.

La foto fue tomada en el noroeste de la gran isla del Ártico por un investigador danés, sorprendido ante condiciones climáticas pocas veces vistas.

La imagen fue tomada el 13 de junio por Steffen Olsen, investigador del Centro de Océanos y Hielo del Instituto Meteorológico Danés. En el centro se ve a los tradicionales perros de nieve tirando de un trineo. Pero lo impactante es que, en lugar de estar corriendo sobre el hielo, avanzan sobre el agua.

El equipo estaba en el fiordo de Inglefield Bredning, ubicado en el noroeste de Groenlandia. Debajo del agua, había una capa de hielo de 1,2 metros de espesor. Olsen tuiteó la foto, y esta no tardó en volverse viral por lo gráfica que resulta para comprender el momento que atraviesa el planeta.

«El rápido derretimiento, el hielo marino de baja permeabilidad y las pocas grietas, dejan al agua derretida en la parte superior», explicó su colega Rasmus Tonboe, a través de un tuit.

«Este año, la expedición se topó con una gran cantidad de agua estancada en el hielo marino. El hielo aquí se forma periódicamente cada invierno y es muy grueso, lo que significa que hay relativamente pocas fracturas como para que el agua de deshielo pueda drenar. La semana pasada se produjeron condiciones muy cálidas en Groenlandia y, de hecho, en gran parte del Ártico, impulsadas por un aire más cálido que se movía hacia arriba desde el sur», dijo Ruth Mottram, científica climática del Instituto Meteorológico de Dinamarca, consultada por The Guardian.

El miércoles pasado se registró una temperatura de 17,3 grados, notablemente elevada para el norte de la isla. No obstante, la especialista llamó a la cautela. Dijo que eran números provisorios y que aún es pronto para determinar si son consecuencia del calentamiento global, porque aunque sean temperaturas inusuales, no sería la primera vez que se registran.

«Nuestras simulaciones de modelos climáticos esperan que haya una disminución general en la duración de la temporada de hielo marino alrededor de Groenlandia, pero cuán rápido y en qué medida dependerá de cuánto aumente la temperatura global», afirmó Mottram.

Emisiones en aumento

Las emisiones globales de carbono tuvieron el mayor incremento en siete años en 2018, según la revisión anual de BP de la energía mundial, lo que indica que el mundo se está quedando atrás en sus esfuerzos por controlar el cambio climático.

El informe, una de las encuestas más consultadas sobre las tendencias mundiales de la energía, reveló que la demanda primaria aumentó al ritmo más rápido de esta década en 2018, aunque el crecimiento económico se debilitó. China, India y Estados Unidos fueron responsables de dos tercios del aumento de 2,9% en el consumo.

El estado de urgencia se está acumulando en todo el mundo para contener un aumento global de la temperatura, que ha subido 1 grado centígrado desde el inicio de la revolución industrial y al menos se duplicará este aumento para finales de siglo. Marca el cambio más rápido del clima desde el fin de la última glaciación hace unos 10.000 años.

«En tiempos en que la sociedad está cada vez más preocupada sobre el cambio climático y la necesidad de actuar, la demanda de energía y las emisiones de carbono crecen a su ritmo más rápido en años», dijo Spencer Dale, economista jefe de BP, en una reunión informativa en Londres.

Gran parte del aumento fue impulsada por patrones climáticos más volátiles. Un incremento en el número de días que fueron inusualmente calientes o fríos aumentó el uso de energía para calefacción y refrigeración, dijo Dale. Como resultado, las emisiones globales de CO2 aumentaron por tercer año consecutivo, una tendencia que probablemente se mantendrá por el momento.

Cerca de 200 países se comprometieron a tomar medidas para limitar el calentamiento a menos de 2 grados a través del Acuerdo de París sobre el cambio climático en 2015. Su objetivo era limitar las fuertes tormentas, las sequías y la hambruna que se prevé serán más frecuentes con el cambio climático fuera de control.

Incluso el combustible fósil más sucio para la generación de energía está aumentando. Tanto el consumo como la producción de carbón aumentaron a su ritmo más rápido durante cinco años, impulsado por la necesidad de las economías en desarrollo de Asia de conectar a millones de hogares a una fuente confiable de electricidad. Esto se da a pesar de que la cuota de carbón de la energía primaria se ha reducido a poco más de un cuarto de la energía primaria y 17 gigavatios de plantas queman el combustible que se está retirando.

El informe de BP contenía algunas tendencias más esperanzadoras. El consumo de energía renovable aumentó 15% en 2018, cerca del aumento récord del año anterior. China, nuevamente a la vanguardia, está agregando más energía renovable que la combinación de los países más desarrollados de la OCDE, dijo BP.

El crecimiento en la producción de energía eólica, solar, geotérmica, biomasa y quema de residuos representó aproximadamente un tercio del aumento en la generación total de energía, o lo mismo que el aumento en el carbón.

«Las energías renovables no pueden expandirse lo suficientemente rápido», dijo Dale.

 

 

infobae

El INTA, la Universidad Nacional de La Plata, el Senasa y agricultores familiares del Cinturón Hortícola del Gran Buenos Aires presentaron un bolsón para el transporte y comercialización de verduras frescas. Un proceso de más de dos años en el que participaron todos los actores de la cadena.

“El bolsón que transporte la verdura debe ser sustentable y económico para que llegue al consumidor fresca, limpia y que preserve su calidad”, afirmó Luis Pérez, presidente de la Asociación de Productores Hortícolas de La 1610. Así, con esa premisa, investigadores del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (Ipaf) Región Pampeana junto con estudiantes de la Universidad Nacional de La Plata, la Agencia de Extensión Rural La Plata del Inta, organizaciones de productores del cordón hortícola de La Plata y Florencio Varela y el Mercado Territorial de la Universidad Nacional de Quilmes iniciaron un proceso para pensar, diseñar y planificar qué tipo de envase es el mejor para los circuitos cortos de comercialización. El nuevo diseño es de código abierto y puede ser elaborarlo por cualquier persona u organización de manera gratuita.

El disparador del trabajo fue reemplazar las bolsas de polietileno, también llamadas “camiseta”, por un embalaje con materiales más sustentables y que ayuden a evitar el desperdicio de las hortalizas. “Las bolsas camiseta contaminan y, a largo plazo, son más onerosas para los consumidores”, señaló Sergio Justianovich, investigador del Ipaf Región Pampeana del Inta.

“En el cinturón hortícola platense se producen las hortalizas que consumen a diario unos 14 millones de personas de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense”, indicó Justianovich y agregó: “Para asegurar que los alimentos lleguen en las mejores condiciones hasta el consumidor, junto con los productores hortícolas trabajamos en el diseño de los envases”.

El nuevo envase fue diseñado para ser utilizado en la distribución de hortalizas frescas bajo la modalidad conocida como “bolsones”, que se enmarca en los circuitos cortos de comercialización, tales como las ferias directas del productor al consumidor y la distribución puerta a puerta o mediante grupos de consumidores organizados.

Para realizar esta prueba, la Cooperativa La Primera, integrante de la Red de Cooperativas Textiles de Buenos Aires dedicadas a confección de bolsos, marroquinería y textiles pesados avanza con la fabricación de 120 bolsones para 60 consumidores.

“Este nuevo envase no posee derechos de propiedad, ya que es de código abierto y se rige con un sistema de información pública en el cual, si una persona u organización quiere elaborarlo, puede hacerlo en manera gratuita”, destacó Laura Chierchie, becaria de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires.

Ecológicos y sustentables

El prototipo de envase seleccionado fue presentado el 11 de mayo en la asamblea que la “La 1610”, de Florencio Varela, realizó junto con el Mercado Territorial y los nodos de consumidores.

El bolsón elegido, producto de pruebas y contrapruebas evaluadas con todos los actores del circuito desde hace más de dos años, es retornable y será utilizado en una primera instancia en el nodo de consumo Las chavas, en el Patio de la Rosas de Lomas de Zamora, pertenecientes al Mercado Territorial.

Laura Orsi, una de las referentes de Las chavas, destacó que “el hecho de que los técnicos del INTA hayan traído este prototipo de bolsón, luego de aquellos encuentros iniciales, hace que todos quedaran fascinados. Además, están dispuestos a participar, a llevárselos, a probarlos, a limpiarlos y a traerlos de vuelta”. Y agregó: “Yo confío en que lo van a hacer, y es buenísimo que hayan llegado a diseñar este bolsón que vemos hoy. Estamos muy contentos”.

Para los mercados de proximidad, es fundamental contar con un envase que, tanto en el llenado, el transporte, la conservación y la utilización de las verduras que salen de la quinta y llegan a la mesa de la familia, sea sustentable en lo sanitario, lo ambiental y lo económico.

En este sentido, Pérez contó su impresión sobre el prototipo de bolsón que empezará a funcionar: “Yo creo que va a andar bien, hay que darle una oportunidad a la gente; la gente empezó a exigir cosas y me parece perfecto que digan los consumidores ‘quiero higiene’”.

“Esto es un círculo –continuó Pérez– que lo formamos nosotros con mucho trabajo y no lo pensamos abandonar”.

En el mismo sentido, José Villa, del grupo “El Progreso” de la organización de productores Guadalquivir, manifestó: “Esto es para bien, todos los compañeros están de acuerdo y creemos que va a funcionar”.

A partir de la necesidad de contar con bolsas que sirvan para transportar las hortalizas fraccionadas, se realizó un breve relevamiento donde se identificaron quince casos de distribución de bolsones de verduras frescas en distintas zonas del país, con las cuales se compartió la experiencia y el envase diseñado para que puedan adaptarlo y replicarlo en los diversos territorios.

Nuevos envases para comprar alimentos

Los circuitos cortos de comercialización son formas novedosas de distribución de alimentos, basados en el acercamiento entre la producción y el consumo. Ferias de la agricultura familiar, comercializadoras solidarias, mercados públicos, mercados cooperativos mayoristas, compra directa del estado, son algunas de las experiencias que llevan a la práctica la relocalización de la producción y consumo de alimentos.

La venta de bolsones de verduras y hortalizas de estación es uno de los circuitos cortos que más se expandió en los últimos años. Esta modalidad ya es habitual en algunos sectores, especialmente de las grandes ciudades, que buscan alternativas económicas y saludables al tradicional circuito de ventas en supermercados o verdulerías.

“El proyecto surge de un trabajo colectivo de distintas organizaciones del cordón hortícola platense, de grupos de consumidores, del Senasa, del sistema de extensión del Inta, la Universidad de La Plata y Quilmes, a partir del armado de esquemas de comercialización en circuitos cortos de hortalizas frescas, donde aparece la necesidad de disponer de envases y embalajes funcionales y que se adecuen a esa dinámica de producción y de consumo”, señaló Justianovich.

Por su parte, Teófilo Isla –referente de la Comisión de Agricultura Familiar del Senasa (Senaf) – aseguró que, en el caso de la comercialización con bolsón, nos parece importante que el desarrollo de tecnologías apropiadas contemple dos cuestiones: por un lado, la mirada de la inocuidad de los alimentos, es decir, que no se produzcan contaminaciones a causa de la tecnología; y, por otro, la formalización y la trazabilidad.

“Nosotros aspiramos a que los canales cortos de comercialización puedan trabajar en forma legal, segura y con garantías de que no van a generar problemas a la salud”, destacó Isla y agregó: “Impulsamos el Convenio de Cooperación técnica Inta-Senasa para la Agricultura Familiar, donde se impulsan y desarrollan tecnologías apropiadas para fortalecer el sector”.

En este sentido, Edurne Battista, diseñadora industrial del Ipaf, expresó que fue fundamental que en el proceso de investigación estuvieran involucrados todos los actores de la cadena. “Se hicieron talleres entre productores de alimentos, transportistas y consumidores con el equipo técnico, analizamos las bolsas camiseta para luego encuestar sobre los materiales y modelos de envases que ellos consideran como más adecuados”, manifestó.

A partir de estos datos, estudiantes de diseño de la UNLP confeccionaron 60 envases correspondientes a siete prototipos diferentes. Esos bolsones fueron evaluados por la organización de productores “la 1610”, el Mercado Territorial de la Universidad Nacional de Quilmes, los transportistas y los nodos de consumo.

Impacto ambiental: La huella de carbono de los dos envases retornables por consumidor, representan el CO2 –dióxido de carbono– equivalente a siete meses de uso de 48 Bolsas Pead –que utilizaría ese consumidor durante el mismo período–. Es decir que, a partir del séptimo mes de uso, y durante la vida útil de esos dos envases retornables, habrá un ahorro significativo de CO2.

Impacto económico: En 6,6 años se iguala el costo de dos envases retornables (rafia laminada) y el de las 48 bolsas Pead. Tomando como referencia la cotización actual para 120 Envases (270 pesos cada uno).

En tanto que en 3,7 años se iguala el costo de dos envases retornables y el de las 48 bolsas Pead. Tomando como referencia una “cotización estimada/ proyectada” para 6.000 Envases Retornables (150 pesos cada uno).

Impacto social: Producto de lo anterior, se puede asumir que mejora el desempeño social de quienes producen y quienes consumen ya que se incorpora a todos los eslabones de la cadena de producción de alimentos –productores, transportistas y consumidores–, sumado a los fabricantes de envases, pertenecientes a la Red de Cooperativas Textiles de Buenos Aires.

El 33% de ellos es considerado “altamente peligroso” por la OMS. Contaminan los recursos y producen muertes silenciosas. El mercado de agroquímicos y semillas avanza contra el paradigma de la agroecología.

“Hoy podés comprar plaguicidas en una ferretería, en lugares donde venden alimentos para mascotas, incluso en los supermercados. Tenemos una venta muy flexibilizada y la gente hace uso de ellos sin conciencia de los efectos”, dice a La Nueva Mañana Javier Souza Casadinho, ingeniero agrónomo, docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y presidente de Red de Acción en Plaguicidas de América latina (Rapal) que nuclea a instituciones, asociaciones y universidades de 11 países de la región que investigan, capacitan y denuncian los efectos nocivos de estos productos en la salud socioambiental.

“Está tan naturalizado el acceso y uso de los plaguicidas que también en forma cotidiana se utilizan en las plazas, sobre los animales y hasta en el pelo de los niños con los piojicidas”, agrega Souza Casadinho que publicó recientemente una investigación sobre el uso en Argentina de plaguicidas altamente peligrosos. El informe indica que 107 productos que se usan acá están prohibidos o no autorizados en otros países. Y de ese total, 36 -es decir el 33%- son plaguicidas altamente peligrosos (PAP) según los criterios establecidos por la OMS y la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).

Entre los plaguicidas fuertemente dañinos, que fueron vedados en otras regiones del mundo por su peligrosidad y posibilidad de generar deterioros crónicos en la salud de las personas, se destacan los herbicidas “Atrazina”, usado para controlar el crecimiento de malas hierbas en la agricultura y el “Paraquat”, aplicado tanto en el cultivo del tabaco como en el de hortalizas. El litro de estos productos se consigue en Mercado Libre a un valor de entre $600 y $700.

El medio litro de glifosato marca Roundup se ofrece en Internet a $850 y el envío del “potente preparado que elimina todo” corre a cuenta del comprador. Esta marca de herbicida, perteneciente a Monsanto-Bayer, es la misma por la que un jurado de la corte estatal de Oakland, en California, Estados Unidos, dictaminó esta semana que el gigante químico debía indemnizar a una pareja con el pago de 2.045 millones de dólares por causarle linfoma no hodgkiniano tras la exposición reiterada ante el producto. El jurado determinó que la compañía había actuado de forma negligente al no advertir sobre los riesgos asociados a este herbicida.

Hay una venta muy flexibilizada de Glifosato y la gente hace uso de ellos sin conciencia de los efectos” afirma Javier Souza Casadinho, ingeniero agrónomo y presidente de Red de Acción en Plaguicidas de América latina. Foto: archivo.

Hay una venta muy flexibilizada de Glifosato y la gente hace uso de ellos sin conciencia de los efectos” afirma Javier Souza Casadinho, ingeniero agrónomo y presidente de Red de Acción en Plaguicidas de América latina. Foto: archivo.

Políticas estatales que se resisten

Hace 33 años que Souza Casadinho trabaja con productores rurales y cuenta que para muchos de ellos está muy instalada la idea de que “pueden manejar” a los agrotóxicos. “Hay una especie de resistencia. Sobre todo en las producciones más extensivas, muchas veces el productor no vive en el predio y entonces ni siquiera toma dimensión de lo que está pasando y naturaliza el uso de plaguicidas”, señala el ingeniero agrónomo.

En muchos casos las personas expuestas a estos químicos “no toman conciencia porque usan los productos hace mucho tiempo”, otros argumentan que no tienen más opción porque es el único trabajo al que pueden acceder o “toman como fatalismo” cuando alguien les dice que el contacto continuo afecta la salud. “Existe un desconocimiento social sobre las características de los plaguicidas y sus grados de toxicidad. El trabajo pasa por sensibilizar y que el Estado tome decisiones a favor de la salud de las personas”, indica el presidente de Rapal.

“Se naturaliza lo que no es natural”

“Después está la naturalización de algo que no es natural. En Misiones, por ejemplo, se naturaliza que una familia, a su vez, naturalice que de tantos hijos uno va a tener una discapacidad. Se naturaliza que las mujeres, en zonas expuestas a fumigaciones, tengan abortos espontáneos, se naturaliza también que una persona se muera joven”, precisa el docente de la UBA y agrega: “Se naturaliza lo que no es natural y eso es lo que indigna”.

Hay varios motivos por los cuales se llegó a este punto; por un lado, la dependencia de los plaguicidas se fue incrementando en los últimos años con la expansión de los monocultivos y en este contexto del sistema establecido, Argentina ocupa el tercer lugar en el mundo respecto a la utilización de semillas transgénicas. Por otro lado, tiene que ver con situaciones en las cuales se va creando dependencia de los químicos “que permearon tanto en la soja, el tabaco y también en los árboles frutales y las hortalizas”, dice Souza Casadinho. Se conjugan así algunos elementos, como la falta de regulación sobre plaguicidas que en otros lados están prohibidos y acá los seguimos usando y también, algo no menor, la inacción de implementar políticas de Estado que antepongan la salud de las personas sobre el lucro.

– ¿Hay alguna manera de revertir esta situación?

– Primeramente, la distancia prudencial, poner barreras entre plaguicidas y la gente, que no es la panacea pero ya marca algo, ese es un primer paso. Luego es importante determinar de qué manera se prohíben los plaguicidas altamente peligrosos y cómo se puede ir girando a producciones que sean sustentables. Los que trabajamos en esto decimos que se pueden poner barreras, se puede restringir el uso pero el tema es cómo cambiamos el modelo, ese es el gran desafío.

– ¿Es rentable la experiencia agroecológica?

– Sí, de hecho en Córdoba hay muchas experiencias de productores familiares, empresariales que están demostrando que es rentable, porque se baja los costos de producción y en consecuencia los ingresos son mejores. También porque los productores van hilvanando todo el ciclo, desde la autoproducción de semillas, la producción, la industrialización y comercialización, entonces vemos experiencias de media hectárea a 400 hectáreas con altísima rentabilidad. Como dicen muchos productores, mejoran sus condiciones de vida sin la utilización de agrotóxicos y esto lleva a querer producir de otra manera, a tener más tiempo libre, hay muchas cosas interesantes en este proceso. También la gente se pone contenta porque no contamina el ambiente, se relaciona de manera diferente con los bienes naturales. Es importante prestar atención a lo que uno come porque los efectos del plaguicida son progresivos.

El veto de Cosquín

En Argentina se utilizan alrededor de 200 mil litros de glifosato por año para fumigaciones. En este contexto, Damián Marino, doctor en Ciencias Exactas, especializado en química orgánica e investigador del Conicet en la Universidad de La Plata, halló en sus investigaciones que la atmósfera está contaminada y el agrotóxico además puede encontrarse en el agua de lluvia, también está presente en los productos elaborados a través de los cultivos resistentes al glifosato, como el algodón. En una zona fumigada, si uno levanta la cara hacia el cielo un día de precitaciones, recibirá agua y glifosato.

A sabiendas de los efectos del agrotóxico, a fines de septiembre de 2018, en Cosquín, el concejal Raúl Cardinali presentó un proyecto para prohibir la aplicación del herbicida, tanto en el ejido municipal como las reservas principales de la zona. Tras varios meses, el 17 de abril pasado, el Concejo Deliberante aprobó por diferencia de un voto, la ordenanza 3.735 en contra del agrotóxico. Tres semanas después el intendente Gabriel Musso vetó la medida.

A la salida de Cosquín, está el puente carretero y a unos tres kilómetros más adelante hay una estancia donde desde hace unos diez años se cultiva soja y maíz, y cuando se fumiga se hace hasta el alambrado que está pegado a la ruta. Si uno la atraviesa se da con el límite donde empiezan cuatro barrios e inclusive, muy cerca, hay una escuela. Las fumigaciones que alcanzan a esta zona fueron las que originaron el proyecto. “Pese a que las multinacionales digan que no, está archicomprobado que el glifosato tiene efectos letales, como el cáncer, enfermedades tiroidéas, malformaciones genéticas, linfomas y un sin número de enfermedades que se relacionan al uso y el contacto directo con los agrotóxicos”, indicó a este medio Cardinali, que además es médico.

Los argumentos del freno

El intendente, cuando veta, se resguarda en la ley 9.164, artículo 9 e indica que la prohibición del plaguicida resultaría contraria a la normativa provincial al vedar absolutamente en todo el territorio de la ciudad de Cosquín el uso y la comercialización de un producto químicos o biológico de uso agropecuario, “que no ha sido prohibido por la legislación provincial ni por el Senasa”. Este medio intentó comunicarse con el intendente de Cosquín para ampliar la argumentación de la medida, y hasta el cierre de esta nota no fue posible.

“Musso pone como si esto generaría derechos adquiridos y sentara jurisprudencia para que otros municipios del interior puedan hacer lo mismo a nivel provincial y que la aprobación de esta ley sería un peligro para el resto de la provincia”, explica el edil haciendo una lectura sobre la decisión del mandatario municipal y agrega: “Entiendo que haya una jerarquía normativa, Nación, Provincia, municipio y que con el veto se argumente que la ordenanza sería inconstitucional, pero hay muchas leyes que se contraponen y ponen derechos en pugna». Tal vez de eso se trata, a veces, para poder cambiar cosas.

Las muertes silenciosas de Ituzaingó

En Córdoba existe la ley 1208 aprobada en 2014 que legisla la política ambiental, y en ella se prevé específicamente en el artículo tercero, la creación de una fiscalía especializada en delitos fiscales. Lleva ya cinco años sin materializarse, “eso muestra la falta la falta de voluntad de darle a estos temas un marco de superioridad”, dice el ex fiscal Carlos Matheu quien siguió muy de cerca el reclamos de las madres de barrio Ituzaingó Anexo, cuando en el 2001, preocupadas por la notoria cantidad de casos de cáncer entre los vecinos, sin entender mucho por dónde empezar a cuestionar, se movilizaron por el derecho a vivir libres de fumigaciones. Este martes, trascendió que finalmente el juicio comenzaría, tras casi dos décadas de espera, en febrero de 2020, pero nadie hasta el momento salió a confirmarlo.

Matheu actualmente está jubilado y en los últimos años como funcionario público esperó por la concreción de la nueva fiscalía para poder abocarse de lleno a los casos de daños al medioambiente. Se cansó, pidió la jubilación y creó una fundación desde donde trabaja en causas como la contaminación del lago San Roque, o el caso de presencia de abesto en el colegio Garzón Agulla.

– ¿Qué representa el caso de la lucha de los vecinos de barrio Ituzaingó?

– Este caso es el originario. La denuncia se realizó en el año 2002 presentado por la Fundación para Defensa del Medio Ambiente (Funam), donde está el biólogo Raúl Montenegro. Él junto a muchos vecinos del barrio, que varios ya murieron, se pusieron este tema al hombro. En el 2008 trabajando como fiscal de Cámara tuve otra denuncia que la hizo en ese entonces el subsecretario de la Municipalidad de Córdoba, informando que el 1 de febrero de 2008 habían fumigado en esa zona. Empecé a investigar y en un año elevamos la causa a juicio, se llevó adelante el proceso y logramos la condena. Ahí se condenó a Francisco Parra, un productor agropecuario y Edgardo Pancillo, que fue el fumigador aéreo. Ambos fueron condenados a dos años de prisión en suspenso, con tareas comunitarias en centros con personas con cáncer. El Tribunal Superior confirmó la condena y sentó jurisprudencia. La apelación llegó a la Corte Suprema y ahí también se avaló la condena, rechazó el recurso y quedó firme el fallo. Ese peregrinaje sentó precedente. Ese juicio fue un apéndice del reclamo que al día de hoy lleva 17 años esperando.

– ¿Cuáles considera que serían las medidas más urgente para frenar las fumigaciones sin control?

– Lo primero es que desde fiscalía provincial debería haber un impulso a los fiscales de instrucción para que investiguen esto, sobre todo en el interior porque la mayor cantidad de casos están en esas localidades. En Marcos Juárez, por ejemplo, la tasa de mortalidad por cáncer es el doble que en Córdoba.
Hay mucha ineficiencia por parte de la Justicia, no es una sensación, es real. El caso Ituzaingó es el ejemplo de la inacción judicial.

Los efectos son nocivos y hay que investigar y regular. Por ejemplo, el registro de tumores de la provincia de Córdoba es muy contundente, ahí se ve que en los departamentos del interior se duplica la muerte por enfermedad de cáncer. Todo lo que es la pampa del sudeste provincial, allí, la tasa de mortalidad de cáncer es superior. Los registros muestran que hay 135 casos de cáncer en Córdoba capital cada 100 mil habitantes y en el interior provincial, en Marcos Juárez, San Justo, todo el sudeste, hay 269 casos de muertes por cáncer cada 100 mil habitantes. Y Canals es un caso muy notorio, desde el 1 de marzo de 2017 al 1 de marzo de 2018, es decir, en un año, murieron 111 personas en total, de las cuales 75 fueron por cáncer. La Justicia mira con indiferencia mientras los agrotóxicos cosechan estas muertes silenciosas.

Por Miriam Campos

 

El subsecretario de Medio Ambiente, Daniel González, se reunió con un grupo de padres y autoridades de la Escuela Provincial N°731, ante la preocupación por el mal estado del agua en los tanques del edificio escolar. En respuesta a la inquietud planteada, se solicitó al Laboratorio de Aguas municipal una muestra que resultó bacteriológicamente no apta para el consumo humano.

“De acuerdo al planteo, solicitamos al Laboratorio de Aguas que se analice una muestra extraída del tanque y el informe confirmó que está contaminada por la presencia de bacterias Coliformes totales y bacteria Escherichia Coli, que son indicadores de contaminación y que superan el límite tolerable establecido para su consumo”, especificó.

En ese sentido, el funcionario municipal dijo que “ya notificamos a la institución que mientras dure todo este proceso de saneamiento y hasta tanto los análisis den negativos a la búsqueda de bacterias que sean indicadores de contaminación, queda prohibido el consumo del agua sea para bebida, elaboración de alimentos, lavado de utensilios o el aseo personal”, expresó.

“Además, les pedimos a las autoridades de la institución educativa y al grupo de padres, que realicen formalmente el pedido de limpieza pertinente al Ministerio de Educación del Gobierno de la Provincia”, finalizó.

Recomendaciones

En otro orden, desde el Ejecutivo local se brindaron una serie de recomendaciones para difundir pautas de higiene básicas.

DESINFECCIÓN DE TANQUES, CISTERNAS Y RED INTERNA DE DISTRIBUCIÓN DE AGUA POTABLE

-Vaciar parcialmente el tanque y/o cisterna (por válvula de desagote y cerrar la entrada de agua)

-Limpiar con escoba nueva (enjuagada con agua y lavandina) las paredes, fondo y tapa del tanque y/o cisterna. NO USAR JABÓN NI DETERGENTE

-Retirar el agua restante, por la válvula de desagote

-Llenas el tanque hasta la mitad, agregar 100 cm3 de lavandina por cada mil litros de agua, llenar totalmente el tanque y/o cisterna

-Abrir todos los grifos de instalación y dejar correr el agua hasta sentir el olor a lavandina, cerrar los grifos y dejar actuar como mínimo cuatro horas (se desinfecta así, el tanque, cisterna, y la cañería de distribución de agua)

-Transcurrido el tiempo, vaciar completamente el tanque y/o cisterna abriendo todos los grifos. Llenar nuevamente con agua corriente y utilizar.

UTILIZAR LAVANDINA CONCENTRADA (55grs/ltrs)

Ante cualquier duda dirigirse al Laboratorio de Aguas Municipal sito en Saturnino López y Dalle Mura; de lunes a viernes de 8:00 a 14:30 horas.

Tel.: 4441988-4442892; correo: laboratoriodeaguas@comodoro.gov.ar

La organización FWC Fish and Wildlife Research Institute encontró en la costa de Florida el cadáver de un delfín varado en la playa de Fort Myers.

Al realizar la necropsia descubrieron que en su estómago tenía una manguera de plástico de 60 cm de longitud.

En las imágenes publicadas en Facebook se ve la manguera ingerida que tenía hasta un aro de metal y completa su boquilla. FWC ha querido hacer públicos los hechos para concienciar sobre nuestros actos y denunciar la cantidad de basura que se vierte al mar.

No obstante, aún no se sabe con certeza que el animal falleciese por la manguera ya que pueden haberse visto involucrados en su muerte muchos otros factores.

Este no es el único delfín que aparece en la zona con residuos humanos en su organismo.

Hace una semana un equipo de biólogos encontró otro ejemplar muerto con dos bolsas de plástico y un trozo de globo en su interior.
La sexta

El sorbete dejará de existir en la ciudad de Buenos Aires. A partir de este miércoles, hoteles, restaurantes y boliches porteños, entre otros comercios, ya no ofrecerán las bombillas plásticas a sus clientes, como parte de una iniciativa para reducir la contaminación. “Este es un paso más hacia la reducción de plásticos de un solo uso que le hacen un daño enorme al ambiente”, explicaron desde el gobierno porteño, al confirmar la restricción.

Crónica

La restricción de sorbetes en restaurantes o la prohibición de entregar bolsas de polietileno en mercados forman parte de una tendencia mundial que incluye a Argentina para buscar una solución a la contaminación del plástico, propuesta que debe contemplar un «camino de transición» para la industria y poner el foco en la educación ambiental, aconsejaron hoy especialistas.

Cada minuto se compran un millón de botellas de plástico y se usan 500.000 millones al año, mientras que casi una tercera parte de todos los envases de plástico salen de los sistemas de alcantarillado y ocho millones de toneladas acaban en los océanos cada año, amenazando a la vida marina, de acuerdo con estimaciones de la ONU.
En esta línea la cuarta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente logró en marzo último un acuerdo global para «reducir el consumo de plásticos de un solo uso».

En Argentina, ya comenzaron algunas regulaciones al respecto como en Ushuaia, que en febrero pasado se convirtió en la primera ciudad de la Patagonia que prohibió el uso de material plástico descartable en los locales de comidas.
O la decisión del intendente del General Pueyrredón, Carlos Arroyo, que el mes pasado decretó la prohibición del uso de plásticos, como sorbetes, vasos y cubiertos, en todo el sector costero de Mar del Plata con el objetivo de «proteger el medio ambiente».

En la ciudad de Buenos Aires, el legislador de «Vamos Juntos» Maximiliano Ferraro presentó en el parlamento local «un paquete de proyectos que buscan reducir o limitar el uso de ciertos plásticos que por distintos motivos no se están pudiendo recuperar y/o reciclar», según declaró a Télam.

Describió que una de las iniciativas «busca prohibir progresivamente la venta y utilización de utensilios desechables y sorbetes fabricados en material plástico tradicional» y que «estos productos suelen ser desechados luego de su utilización en contacto con materiales orgánicos, lo que impide que puedan ser dispuestos en la fracción de residuos secos y posteriormente ser reciclados».
«La consecuencia de esto es un mayor volumen de residuos que es dispuesto en los rellenos sanitarios», alertó Ferraro.

La coordinadora del Proyecto Basura Marina de Fundación Vida Silvestre Argentina indicó a Télam que «la producción de plásticos aumentó desde los años 50 hasta ahora a un ritmo de 8 por ciento anual, llegando en 2015 a producir el peso de la población humana», y agrego que «solamente 9 por ciento de todo el plástico que se produjo se recicló, 12 por ciento se incineró y el resto quedó en el ambiente».
Por eso mencionó que al no procesar semejante cantidad de residuos plásticos las medidas que están tomando los países «son disminuir la demanda, la producción y el consumo de plástico», aunque destacó la importancia de una «buena gestión».

En cuanto a la regulación de materiales descartables, sugirió que hay que «respetar una transición, en la que los comercios y las industrias puedan tener un tiempo para acomodarse a los nuevos productos que van a tener que diseñar o entregar».
En relación con las medidas que buscan reemplazar al plástico por otros materiales -como papel, cartón, aluminio- Verónica Ramos, directora Ejecutiva de la entidad especializada en plásticos y medio ambiente Ecoplas, explicó a Télam que «la sustitución de un material por otro no aportará soluciones», porque esos serán los que luego «aparecerán abandonados en las playas».

«Este será el nuevo resultado ya que no estamos apuntando ni al consumo responsable ni a la educación ciudadana para evitar los residuos dispersos», sostuvo la especialista. En este sentido, enfatizó la necesidad de que para diseñar regulaciones vinculadas con la problemática del plástico se busque una salida «en conjunto» con referentes del medio ambiente para contemplar que en algunos casos es mejor «educar, antes de prohibir», y «trabajar en equipo».

 

 

Fuente: La Arena

El estadounidense Victor Vescovo encontró una bolsa de plástico en el fondo de la sima Challenger, en la Fosa de las Marianas, a una profundidad de 10.935 metros, un descenso que le sirvió a este empresario para establecer un nuevo récord mundial, según anunció este lunes la expedición Five Deeps.

Vescovo, de 53 años y quien lleva un año en su travesía para bucear los puntos más hondos de los cinco océanos, permaneció en el interior de su sumergible durante más de cuatro horas en la cuenca, ubicada en los riscos de las Marianas, el punto más profundo conocido del Pacífico.

En un comunicado divulgado por la expedición, Vescovo describió el fondo del océano como una cuenca beige con una gruesa capa de cieno, donde pueden verse «algunos animales pequeños, transparentes que ondulan gentilmente».

Imágenes captadas por el empresario y submarinista estadounidense Víctor Vescovo en su expedición récord.

Imágenes captadas por el empresario y submarinista estadounidense Víctor Vescovo en su expedición récord.

«Definitivamente, hay vida en el fondo mismo del océano», añadió. «Fue absolutamente extraordinario estar en una creación técnica de los humanos, con una enorme presión sobre el casco y, aun así, sentirse como sentado en la cabina de un avión».

Sin embargo, más allá de misterios marinos, este aventurero originario de Texas descubrió además algunos objetos de procedencia humana, como una bolsa de plástico y algunos envoltorios de caramelos.

Con su descenso, que tuvo lugar el pasado 28 de abril, el texano superó el anterior récord de sumersión, establecido en 2012 por el director cinematográfico James Cameron, que alcanzó una profundidad de 10.915 metros en esa misma sima de las Marianas.

«Hemos construido y perfeccionado un sumergible que puede llevar a dos personas al fondo en cualquier punto del planeta», declaró Vescovo declaró al diario de Dallas.

La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de EE.UU. calcula que el 80 por ciento de los océanos del planeta permanece sin explorar y cartografiar.

Imágenes captadas por el empresario y submarinista estadounidense Víctor Vescovo en su expedición récord.

Imágenes captadas por el empresario y submarinista estadounidense Víctor Vescovo en su expedición récord.

«Muchos científicos creen que los océanos pueden mostrarnos nuevas especies de vida con bioquímicas únicas que podrían conducir a nuevos materiales o medicamentos», añadió Vescovo.

«Entender cómo existe vida en estas profundidades extremas puede también ayudarnos a entender cómo se originó la vida en la Tierra y cómo podría desarrollarse en otros», aseguró.

 

 

Clarín