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El conflicto en la Franja de Gaza ha vuelto a estallar, generando preocupación a nivel internacional. Conocé los eventos recientes y los antecedentes de un conflicto prolongado que afecta a miles de personas.

En una escalada de violencia que dejó a la comunidad internacional en alerta, la Franja de Gaza nuevamente se convierte en el epicentro de un conflicto que perduró a lo largo de los años.

El sábado pasado, el grupo militante palestino Hamas lanzó un ataque sin precedentes, desencadenando la “Operación Al-Aqsa Flood”. En esta operación, cientos de proyectiles fueron disparados desde la Franja de Gaza hacia Israel, llevando a este último a declarar un estado total de alerta y movilizar tropas en respuesta.

Las cifras de víctimas en ambos lados del conflicto son desgarradoras. Se estima que alrededor de 1.500 personas perdieron la vida en este conflicto, incluyendo ciudadanos argentinos. Del lado israelí, más de 900 personas murieron y más de 3.726 resultaron heridas. Mientras tanto, en el lado palestino, se registraron 687 fallecidos.

La Franja de Gaza es un estrecho territorio costero situado entre Israel y Egipto, a lo largo del mar Mediterráneo. Es el más pequeño de los territorios palestinos y fue testigo de una historia compleja de ocupación y conflicto. La población de Gaza asciende a aproximadamente 2,1 millones de personas, incluyendo una gran cantidad de refugiados palestinos.

El control de Gaza está en manos del grupo Hamas, un movimiento nacionalista palestino militante liderado por Ismail Haniyeh. La organización tomó el control de Gaza en 2006 después de ganar elecciones y mantiene su control desde entonces. Sin embargo, no hubo elecciones posteriores.

Hamas cuenta con diversas facciones militares, incluidas las Brigadas Qassam, que llevaron a cabo ataques contra Israel en los últimos años. Varios países, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido, designaron a Hamas como una organización terrorista debido a sus acciones.

El Ejército israelí informó esta mañana que retomó el control de localidades del sur del país atacadas por Hamas cerca de la Franja de Gaza, cuyo «asedio completo» fue ordenado como respuesta a la ofensiva sin precedentes del grupo islamista palestino del sábado, en tanto subió a algo más de 1.100 la estimación oficial del número de muertos de uno y otro bando.

En el tercer día de este ataque inédito, el Ejército israelí anunció que «controla» localidades del sur donde había infiltrados de Hamas, pero admitió que «podría haber aún terroristas en la zona», según un portavoz militar.

Más de 700 israelíes murieron en el ataque y 2.150 resultaron heridos, según un nuevo balance publicado por el Ejército esta mañana, y del lado palestino se llevan registradas 436 muertes, de acuerdo con las últimas cifras de difundidas por autoridades locales.

Sin embargo, el Ministerio de Salud israelí dijo este mediodía que el número de muertos en Israel supera los 800, y que la cantidad de heridos en los hospitales asciende a más de 2.400.

Decenas de miles de soldados israelíes están siendo desplegados cerca de la Franja de Gaza, un empobrecido territorio con 2,3 millones de habitantes, controlado por Hamas desde 2007.

El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ordenó este lunes un «asedio completo» del enclave, reseñó la agencia de noticias AFP.

«Estamos imponiendo un asedio total a Gaza (…) ni electricidad, ni comida, ni agua, ni gas, todo cerrado», dijo Gallant en un video.

«Estamos combatiendo contra animales», agregó.

En el interior del pequeño territorio, más de 123.000 personas se han visto obligadas a dejar sus casas, indicó hoy la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

El Ejército israelí concentra también sus esfuerzos en salvar a los ciudadanos secuestrados por Hamas, más de un centenar según el Gobierno.

«Lo que pasó no tiene precedentes en Israel», reconoció el primer ministro, Benjamin Netanyahu.

Según el Ejército israelí, participaron en «la invasión de Israel» un millar de combatientes de Hamas, afirmó un portavoz castrense en X.

«Civiles y soldados están en manos del enemigo, son tiempos de guerra», afirmó el general en jefe del Ejército israelí, Herzi Halevi.

Netanyahu pidió a los israelíes prepararse para una guerra «larga y difícil» y el Ejército anunció la próxima evacuación de todos los habitantes de zonas cercanas a la Franja de Gaza.

En Jerusalén, sirenas de alerta anticohetes resonaron este mediodía, seguidas rápidamente por varias explosiones, señalaron periodistas de AFP en la ciudad.

Varios ciudadanos de otros países, algunos con la doble nacionalidad israelí, murieron en la ofensiva, entre ellos cuatro argentinos (más dos desparecidos), 12 tailandeses, ocho franceses (entre muertos, secuestrados y desparecidos) y cuatro estadounidenses. También hay al menos tres brasileños desaparecidos y uno hospitalizado, según el Gobierno de Tel Aviv.

El ataque de Hamas fue condenado por numerosos países occidentales y Estados Unidos empezó ayer a enviar ayuda militar a Israel y a dirigir hacia el Mediterráneo a su portaaviones «USS Gerald Ford».

China condenó hoy cualquier acción que atente contra los civiles y abogó por un alto el fuego. También Rusia y la Liga Árabe, que rechaza la violencia «de ambos lados», dijeron que trabajarán para «poner fin al derramamiento de sangre», y la Unión Europea (UE) convocó para una reunión de cancilleres de emergencia para mañana.

Irán, que mantiene relaciones estrechas con Hamas y fue uno de los primeros países en aplaudir la ofensiva del grupo islamista, rechazó las acusaciones sobre su papel en la operación y dijo que «se basan en motivos políticos».

Israel, que ocupa Cisjordania desde 1967, anexó la parte oriental de Jerusalén e impone un bloqueo a Gaza desde que Hamas tomó el poder en el enclave en 2007.

El brutal ataque de Hamas a Israel tiene un trasfondo político que se esconde detrás de una fachada bélica de consecuencias inimaginables. Este tablero de ajedrez donde convergen el terrorismo, los servicios de inteligencia y la diplomacia tiene hoy sus fichas puestas en Irán, Arabia Saudita, Israel y Gaza.

Hamas, el grupo armado islámico que gobierna de facto la Franja de Gaza, logró su objetivo primario: patear el tablero con una ofensiva despiadada contra la población civil israelí y sabotear así al cada vez más cercano acuerdo de paz entre Israel y el reino saudita. Las sombras de Estados Unidos, Irán y por qué no Rusia son inequívocas.

Pero esta vez hubo un cambio de paradigma. No solo fueron misiles y atentados terroristas aislados. La violencia general e inusitada quebró el tablero. La sensación que se vive hoy en Medio Oriente es que los israelíes sufrieron su propio 11 de septiembre. Vulnerabilidad extrema. Ya no pueden confiar en sus imponentes sistemas de defensa y mucho menos en sus servicios de inteligencia.

“Este es el fracaso de la inteligencia israelí más importante desde la guerra de Yom Kippur (que enfrentó a Israel con Siria y Egipto en 1973). Por algo este ataque se produce prácticamente en el aniversario de la guerra”, dijo a TN el analista internacional Federico Gaón, especializado en Medio Oriente.

Hamas se siente acorralado y olvidado por los países árabes

La diplomacia israelí, ayudada por la presión de la Casa Blanca, ha logrado en los últimos años un inédito acercamiento con el mundo árabe. Hoy, el país mantiene relaciones diplomáticas y/o firmó acuerdos de paz con Egipto, Jordania, Marruecos, Sudán, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos.

En los últimos tiempos produjo un fuerte acercamiento con Arabia Saudita, guardián de los lugares santos del Islam y que juega un rol clave en la región. La monarquía absolutista, encabezada por el príncipe Mohammed bin Salman, quiere “limpiar” sus trapos sucios y quitarse de encima la imagen de un reino totalitario y violador de los derechos humanos acusado de asesinar y descuartizar en el consulado saudita en Estambul al periodista saudita Jamal Kashoggi en 2018.

Ese lavado de cara camina de la mano de las millonarias inversiones en el deporte, en especial en el fútbol, con Cristiano Ronaldo, Neymar y Benzema a la cabeza, y que tiene su objetivo final la organización del Mundial 2034. La normalización de las relaciones con Israel entró en el paquete de requisitos impuestos por la Casa Blanca para mantener su estratégica alianza petrolera y geopolítica bilateral.

Hamas, cuyo aliado principal e incondicional en la región es Irán, simplemente busca sabotear ese acercamiento. “Hamas está respaldado principalmente por Irán. Occidente ha tratado de pasar por alto a Hamas y a los habitantes de Gaza en general en su intento de integrar a Israel en la región a través de los llamados Acuerdos de Abraham con dictaduras y monarquías regionales (que no son populares en sus respectivos países). El último esfuerzo fue lograr que Israel fuera reconocido por Arabia Saudita. Por lo tanto, es probable que Irán haya empujado a Hamás a tomar esta medida que provocará la previsible respuesta indiscriminada de Israel y hará muy difícil para los dirigentes sauditas continuar con el proceso de normalización”, dijo a TN el analista y periodista británico de origen sirio Idress Amad, especialista en Medio Oriente.

El acuerdo colocaba a Hamas en una difícil situación de aislamiento ante sus tradicionales aliados árabes. Pero no solo eso. El acercamiento saudita-israelí era un puñetazo en el rostro de Irán y al mismo tiempo una advertencia implícita a Rusia y China, con grandes ambiciones geopolíticas en la región.

Para Gaón, el cálculo de Irán y Hamas, con la ayuda del otro gran aliado de Teherán, el movimiento Hezbolá libanés, “era romper la posibilidad de una paz entre Israel y Arabia Saudita. A medida que Israel entre en la guerra y haya víctimas civiles en Gaza, en el mundo árabe crecerá la presión sobre el reino saudita, custodio de las ciudades santas de La Meca y Medina, que no podría permitirse la paz con Israel. Por lo menos no en este momento”, señaló.

Si bien Irán y Arabia saudita restablecieron sus relaciones diplomáticas en marzo pasado, son dos enemigos históricos que se disputan la supremacía en la región. “No descarto que pueda haber una escalada mayor, no solo con lo que tiene que ver con Israel y el Levante, sino también entre Israel e Irán”, dijo el analista.

Los ataques dejaron a los sauditas en una difícil posición. Para Israel, en tanto, estos ataques son una bisagra. Ya nada será lo mismo en un país que hizo del cuidado de sus fronteras su forma de vida. Para el gobierno de Benjamin Netanyahu se abre un frente de tormenta difícil de sortear. El “hombre duro” de la política sufrió un durísimo revés allí donde más duele: la seguridad y la inteligencia militar. Más allá de la futura respuesta militar, el fracaso que posibilitó el ataque de Hamas dejó a su gobierno tan vulnerable en el frente interno como los kibbutzin atacados cerca de Gaza.

El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, dijo hoy que una «tormenta» de decenas de miles de contagios diarios de la variante Ómicron del coronavirus «está llegando en estos días» al país, a pesar de haber aplicado más de 4,2 millones de vacunas de refuerzo.

«La tormenta está llegando a nosotros en estos días», alertó Bennett al comienzo de la reunión semanal del gabinete en Jerusalén.

En las últimas dos semanas, los casos diarios en Israel aumentaron de 700 a los más de 4.000 reportados hoy por el Ministerio de Salud.

«Estos son números que el mundo no ha conocido y que nosotros tampoco hemos conocido», alertó Bennett.

Se prevé que entre un tercio y un cuarto de los israelíes contraigan Covid-19 en las próximas tres semanas, según un informe elaborado por un experto que asesora al Gobierno y que fue entregado hoy al gabinete.

El experto, el profesor Eran Segal del Instituto Weizmann estimó que entre 2 y 4 millones de la población de Israel de unos 9,5 millones contraerán la variante Ómicron, y advirtió que la mayoría no se enterará dada la escasez de pruebas que afecta a Israel.

«A partir de un cierto punto -20.000 o 30.000 infecciones por día- ignoraremos las cifras porque no tenemos suficientes test. Todo el sistema de test está colapsando», dijo Segal a la Radio Militar.

Como está sucediendo en el mundo, las restricciones aplicadas hasta ahora no servirán contra Ómicron, y el pico de contagios «sólo se detendrá cuando casi todos los que podían infectarse se hayan infectado», dijo Segal al portal de noticias Ynet.

Más temprano, el director general del Ministerio de Salud, Nachman Ash, indicó que la inmunidad colectiva de la muy contagiosa variante Ómicron era el resultado más probable de la ola actual.

Bennett dijo que el Gobierno está tratando de encontrar soluciones en medio de enormes filas en los lugares de testeos.

Asimismo, señaló que el objetivo del Gobierno es «permitir que la economía funcione tanto como sea posible, mientras protege a los más vulnerables».

Hoy, las instalaciones de prueba en todo el país se inundaron con miles de israelíes.

En su informe, Segal dijo que la cantidad de casos graves simultáneos de coronavirus no superarán el récord actual de aproximadamente 1200.

Mientras tanto, expertos israelíes presentaron varios escenarios al Ministerio de Salud y a autoridades hospitalarias, el más extremo de los cuales predice que el 99% de la población de Israel se infectará con Ómicron.

Incluso en tal escenario, no se prevé que el número de casos graves aumente de manera similar.

En una predicción optimista, habría entre 1.250 y 1.750 pacientes graves, solo ligeramente por encima del récord actual, y un escenario más pesimista vería entre 2.000 y 2.750 casos de este tipo, lo que ejercería una enorme presión sobre el sistema de salud.

Los hospitales alertaron que, si bien en oleadas anteriores el sistema logró lidiar con 1.200 casos graves simultáneos, esta vez el personal ya está sobrecargado debido a un brote de gripe existente y un número creciente de miembros del personal en cuarentena.

Ayer hubo 4.197 casos, dijo el Ministerio de Salud.

Israel acumula cerca de 1,4 millones de casos y 8.244 muertes por coronavirus.

La explosión de violencia actual entre palestinos y el Estado de Israel todavía no dejó tantas víctimas como el conflicto devastador en Gaza en 2014, pero en muchos sentidos es un episodio más sombrío y premonitorio. El enfrentamiento no se limita a bombardeos aéreos y al lanzamiento de cohetes sobre Gaza y el sur de Israel, sino que se ha extendido a las calles de ciudades israelíes, a barrios de Jerusalén y a lo largo de la Ribera Occidental.

La situación se alimenta siniestramente de una polarización cada vez más profunda, en la que las voces de los militantes de ambos lados son las que se escuchan más fuerte, y las de aquellos que piden la coexistencia apenas son un susurro.

Crece el conflicto palestino-israelí 

El 13 de septiembre de 1993, en el jardín de la Casa Blanca, el entonces primer ministro de Israel, Yitzhak Rabin, se paró junto al líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasser Arafat, y declaró: «Nosotros, que hemos luchado contra ustedes, los palestinos, les decimos hoy en voz alta y clara, basta de sangre y lágrimas, basta».

El entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, observa cómo el primer ministro de Israel, Isaac Rabin, a la izquierda, y el líder de la OLP, Yasser Arafat, se dan la mano el 13 de septiembre de 1993 en la Casa Blanca tras la firma de los Acuerdos de Oslo.

Eso fue lo más cerca que estuvieron las dos partes de romper un ciclo de violencia que ya tiene un siglo de duración. El santo grial de una solución de dos estados parecía estar al alcance de la mano. Si ese momento de 1993 fue el punto álgido del diálogo, la región parece ahora atrapada en un vórtice de enemistad. Mientras tanto, la comunidad internacional recurre a los llamados al «autocontrol», pero no tiene ideas nuevas para atacar las raíces del conflicto.

Tal vez lo más alarmante en esta ocasión es que ciudades israelíes con poblaciones árabes, como Lod y Haifa, han sido absorbidas por esta espiral. Los árabes representan cerca del 20% de la población de Israel.

Incluso en 2014, y durante las intifadas palestinas, en estos pueblos en gran medida se mantuvo la paz. Sin embargo, en la última semana, jóvenes palestinos y judíos libraron batallas callejeras, se incendiaron lugares de culto y hogares y se impusieron toques de queda.

¿Hay posibilidades de un cese al fuego en Medio Oriente? 

«Perdimos completamente el control de la ciudad, y las calles están siendo testigo de una guerra civil entre árabes y judíos», dijo el miércoles pasado el alcalde de Lod, Yair Revivo.

La discriminación diaria que siente muchos árabes que viven en Israel se suma a otros motivos de quema que son parte de este último espasmo del conflicto. Comenzó con los intentos de nacionalistas judíos de hacer que familias palestinas fueran desalojadas de sus hogares en el barrio de Sheikh Jarrah en Jerusalén Este. Y se alimentó con los choques entre la policía y palestinos en el entorno del Monte del Templo/Haram al Sharif durante Ramadán, que siempre es una época del año incendiaria.

Entra Hamas —y notablemente no el Gobierno Autónomo Palestino— y se erige a sí mismo como el defensor de todos los palestinos, exigiendo a Israel que retire a sus fuerzas de la mezquita de Al-Aqsa y de Sheikh Jarrah o pague un «precio alto».

Esta es la cantidad de refugiados palestinos 
Y de esta manera se mantienen los extremos: la confrontación es la única moneda de cambio.

De cierta manera, esto le sirve tanto al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, como a Hamas. A través de la confrontación refuerzan sus respectivas bases y ahogan las voces que piden moderación. Hamas puede decir que es el verdadero representante de los palestinos, al tiempo que el envejecido presidente del Gobierno Autónomo Palestino, Mahmud Abbas, pospone las elecciones. Si se retomaran negociaciones impulsadas por la comunidad internacional, Hamas saldría perdedor, ya que su modus vivendi es la resistencia armada al Estado judío.

Emma Ashford, del grupo de expertos New American Engagement Initiative, argumenta que la «cancelación reciente de las elecciones palestinas significa que Hamas está desesperado por una oportunidad para demostrar su valía, y de ahí los ataques con cohetes y su intento de atar su causa más estrechamente a lo que está sucediendo en Jerusalén Este».

El pueblo de Gaza es víctima de Hamas, según analista 
Por su parte, Netanhayu depende de los ultranacionalistas para permanecer en el cargo y ha logrado desplazar los términos de debate con éxito durante su largo mandato como primer ministro. Hace dos años, su rival Benny Gantz, más de centro, prometió «fortalecer los bloques de asentamientos y los (Altos) del Golán, de donde no nos iremos nunca. El valle del Jordán será nuestra frontera, pero no dejaremos que millones de palestinos que viven más allá de la valla pongan en peligro nuestra identidad como Estado judío». La otrora poderosa ala izquierda de la política de Israel ahora parece desprovista de energía e ideas.

Perversamente, Netanyahu necesita a Hamas, según algunos analistas. Los alternativas son reasumir el control de esa abarrotada prisión a cielo abierto que es Gaza a un costo enorme o ver cómo más grupos militantes como la Yihad Islámica y grupos salafistas inspirados en ISIS se imponen entre una población joven radicalizada por cada capítulo de violencia.

Las alternativas son reasumir el control sobre la abarrotada prisión abierta que es Gaza, a un costo enorme, o ver que grupos aún más militantes como la Jihad Islámica o los grupos salafistas inspirados en ISIS se impongan entre una población joven radicalizada por cada capítulo de violencia.

Más allá del oportunismo político, la causa del conflicto —lo que significa permanecer— genera raíces incluso más profundas. En 2018, el Gobierno de Netanyahu promulgó una ley que consagraba el derecho de autodeterminación nacional como «exclusivo del pueblo judío», no de todos los ciudadanos de Israel. Además degradaba el árabe de idioma oficial a uno con «estatus especial».

Israel acusa a Hamas de usar civiles como escudos 

También promovió nuevos asentamientos judíos en la Ribera Occidental ocupada. Hasta el año pasado, más de 440.000 judíos vivían en la Ribera Occidental, según el grupo israelí de derechos humanos Peace Now. Los intentos actuales de desalojar a familias palestinas en Jerusalén Este encajan con este patrón.

Este mismo mes hace exactamente 100 años, mucho antes de que existiera el Estado de Israel, estallaron los disturbios en lo que entonces era Jaffa. Decenas de palestinos y judíos fueron asesinados. Una comisión de investigación británica (el Reino Unido controlaba Palestina y recibió un mandato de la Liga de Naciones para administrar el territorio en 1922) concluyó que los disturbios surgían de «un sentimiento entre los árabes de descontento y hostilidad hacia los judíos debido a causas políticas y económicas, y vinculado con la inmigración judía».

Esas causas subyacentes nunca se han borrado a lo largo de 1948, cuando el Estado judío nació en lo que los palestinos llaman al-Nakba o «la catástrofe», la guerra de 1967 cuando Israel tomó el control de la Ribera Occidental, Jerusalén Este y Gaza; los levantamientos de los palestinos a principios de este siglo y los conflictos de Gaza desde entonces.

Periodistas huyen de edificio antes de ataque de misiles 
Como observó Ben Wedeman de CNN la semana pasada en Belén de manera incisiva: «Los palestinos jóvenes tirando piedras, sus padres probablemente también arrojaron piedras. Y estos soldados israelíes disparando gases lacrimógenos, sus padres probablemente hicieron lo mismo».

La solución de dos Estados, que fue la base de la diplomacia internacional y está consagrada en resoluciones de la ONU, cada vez es menos viable, a medida que la Ribera Occidental se ha transformado en un mosaico de ciudades palestinas y asentamientos judíos, donde la ocupación comenzó a parecer una anexión. Un informe en profoundidad para el Carnegie Endowment for International Peace describió el mes pasado la solución de dos estados como el «andamiaje (que) sostiene la ocupación y es incapaz estructuralmente de ofrecer paz y seguridad humana».

Una solución de un Estado que diera ciudadanía plena a los habitantes de la Ribera Occidental y Gaza es un veneno demográfico para muchos israelíes e inconcebible en la atmósfera actual.

Edificios para refugiados dañados por los ataques en Gaza 
Este ciclo, como el de 2014, probablemente terminará cuando las dos partes sientan que pueden cantar «victoria» a pesar de la destrucción y la muerte de civiles, y cuando Egipto y Estados Unidos puedan diseñar los términos de una tregua. Pero no será más que una tregua.

Después del conflicto de 2014, Hamas se dedicó a reconstruir su inventario de cohetes y sus complejos de túneles al tiempo que fortalecía su control sobre Gaza. Es difícil visualizar algo diferente a la repetición de este mismo proceso.

En palabras de Martin Indyk, quien tiene décadas de experiencia en Medio Oriente como diplomático estadounidense, «el enfoque de la administración de Biden hasta ahora sugiere que Washington se sentirá cómodo aceptando este final infeliz».

CNN

Un ataque del ejército israelí arrasó la torre de 13 pisos que albergaba las oficinas de la televisión catarí Al Jazeera y la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP).

El ejército israelí bombardeó hoy un edificio de más de diez pisos en Gaza en el que se encontraban las oficinas de la televisión catarí Al Jazeera y la agencia de noticias estadounidense Associated Press (AP), indicaron periodistas de esos medios de comunicación.

«Un ataque israelí ha destruido el edificio que alberga las oficinas de AP en Gaza», dijo en Twitter Jon Gambrell, periodista de esa agencia de noticias.

«El ejército advirtió al propietario del edificio donde está la oficina de AP que los locales serían tomados como blanco» de un bombardeo, escribió poco antes del ataque.

Periodistas de la agencia de noticias francesa AFP vieron cómo la torre de 13 pisos se venía abajo tras ser alcanzada por varios misiles.

La cadena de televisión Al-Jazeera confirmó en redes sociales que sus oficinas estaban en este edificio y retransmitió en directo las imágenes que muestran cómo la estructura se viene abajo y queda reducida a una montaña de escombros.

«Trabajo aquí desde hace 11 años. Cubrí muchos eventos desde este edificio, hemos vivido experiencias personales y profesionales. Ahora todo simplemente se desvaneció en dos segundos», escribió en un tuit Safwat al-Kahlout, periodista de Al-Jazeera.

«Puede ser que haya bombas que caigan en nuestro edificio. Hemos corrido por las escaleras, desde el piso 11 y ahora estamos mirando el edificio desde lejos. Esperamos que el ejército se retracte», había escrito minutos antes en Twitter Fares Akram, corresponsal de la AP en Gaza.

Desde el lunes, Gaza es blanco de los bombardeos israelíes y desde la Franja se dispararon mas de 2.000 cohetes en dirección a Israel, la mitad de ellos interceptados por el sistema de defensa israelí Cúpula de Hierro.

El último balance de las autoridades palestinas calcula que hubo 139 muertos, entre ellos 39 niños, y 1.050 heridos en los bombardeos contra Gaza. En el lado israelí, hay hasta ahora 10 muertos y más de 560 heridos.

Este sábado aviones de combate israelíes bombardearon el centro de Gaza y mataron en uno de los ataques a 10 miembros de una familia, mientras que el movimiento islamista palestino Hamas lanzó múltiples cohetes contra Tel Aviv que dejaron un fallecido, mientras llegó a la zona un enviado de Estados Unidos para iniciar negociaciones.

Durante la jornada, los tanques israelíes estacionados en la frontera dispararon nuevamente decenas de proyectiles de artillería contra tierras y hogares palestinos en el sur y el norte de la Franja de Gaza.

La Fuerza Aérea Israelí destruyó la noche pasada un lanzacohetes de Hamás con los que los integrantes del movimiento palestino, considerado por el Gobierno israelí como terrorista, utilizaron el lunes para disparar contra Jerusalén, ha anunciado este sábado Ofir Gendelman, portavoz del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.

«Se ha hecho justicia», ha escrito Gendelman en su cuenta de Twitter.

Desde el comienzo de las hostilidades el lunes, los ataques israelíes en Gaza han dejado al menos 132 palestinos muertos, entre ellos 32 niños y 21 mujeres, así como 950 heridos, según datos del Ministerio de Salud de Palestina. Entre los israelíes, al menos ocho personas han muerto, entre ellos dos niños.

El conflicto palestino-israelí sigue en curso desde que los israelíes ganaran la Guerra de los Seis Días en 1967 y les arrebataran sus casas y tierras a los palestinos.

Como resultado, Israel expandió su territorio ocupando la Franja de Gaza, Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este, los Altos del Golán, que desde 1946 eran parte de la provincia siria de Quneitra, y la península del Sinaí, que posteriormente devolvió a Egipto.

Israel ha lanzado a primera hora de la madrugada de este viernes una ofensiva a gran escala por tierra y aire contra Hamás en franja de Gaza en una intervención sin precedentes desde la guerra de 2014. Las andanadas de disparos de la artillería y los carros de combate concentrados en las últimas horas en la frontera del enclave se sumaron a los bombardeos masivos que la aviación lleva a cabo desde la tarde del lunes. Tropas israelíes penetraron en el territorio el enclave por primera vez en siete años en una operación que hace presagiar un agravamiento el conflicto.

Sin precisar el número de fuerzas ni características de la incursión, un portavoz del Ejército confirmó la entrada de soldados al otro lado de la valla de separación con Gaza. Medios de Gaza aseguraban en las redes sociales que en solo unos minutos se habían registrado más de 150 bombardeos terrestres y aéreos. Hamás había advertido en un comunicado que si las tropas israelíes irrumpían en cualquier parte de Gaza, “la ofensiva terrestre va a ofrecer una ocasión de aumentar el número de muertos y prisioneros entre el enemigo”.

El Gabinete de Seguridad, el órgano del Gobierno que toma las decisiones clave en caso de guerra, se reunió en el cuartel general de las Fuerzas Armadas en Tel Aviv para examinar los planes de la denominada Operación Guardián de los Muros. “Hamás va a pagar un alto precio por sus ataques a Israel”, dijo el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, a través de un comunicado difundido tras la reunión. “Aún no se ha dicho la última palabra en esta operación, que solo terminará cuando sea necesario”, remachó.

Claves para entender el conflicto entre Israel y Palestina

El jefe del Ejército, el general Avi Kochavi, ordenó el despliegue de tres brigadas en la frontera, mientras el Estado Mayor de la División Sur movilizó a más de 9.000 reservistas.

Al menos 109 palestinos —entre milicianos y civiles, incluidos 28 niños— han muerto en las incursiones aéreas israelíes desde el inicio de la ofensiva, y más de 500 personas han resultado heridas, según el Ministerio de Sanidad palestino. Por el disparo de cohetes desde el enclave han perecido siete personas en Israel, entre ellas dos menores y un soldado, y otras 200 han sufrido heridas.

Los responsables de Hamás han enviado señales de su disposición a un alto el fuego en nombre de las milicias de Gaza, según informa Al Jazeera, pero Israel mantiene su rechazo a una tregua mientras sigan cayendo proyectiles sobre su territorio. Más de 1.700 cohetes han sido disparados desde el lunes, de los que 300 cayeron dentro de la franja, sobre el sur y el centro del país. “Ahora no es el momento de hablar”, terció según la prensa hebrea el jefe del Shin Bet (servicio de inteligencia interior), Nadav Argaman, quien dirige la estrategia de asesinatos selectivos de decenas de comandantes de Hamás y la Yihad Islámica. Hasta que la aviación y la artillería no hayan agotado la lista de los bancos de datos de objetivos militares en la franja de Gaza, con el fin de reforzar la capacidad de disuasión de Israel, no se espera que empiece a rebajarse la intensidad de las hostilidades.

Cuatro pisos ocupados por jefes de las milicias y un edificio de seis alturas fueron destruidos en ataques de la aviación, que ha concentrado el fuego de sus misiles contra los bloques más emblemáticos de la ciudad de Gaza.

Fuente: El País

El Ministerio de Salud de Gaza elevó a 83 la cifra de palestinos muertos, entre ellos 17 niños, y a 487 la de heridos en cuatro días de ataques aéreos israelíes en la franja costera, en la mayor escalada desde una gran ofensiva israelí contra la región en 2014.

Los palestinos celebraban este jueves un amargo fin del mes sagrado islámico de Ramadán, mientras Israel y Hamas intercambiaban más ataques con cohetes y bombardeos desde y contra Gaza y en Israel se extendía la violencia entre ciudadanos judíos y palestinos.

El Ministerio de Salud de Gaza elevó a 83 la cifra de palestinos muertos, entre ellos 17 niños, y a 487 la de heridos en cuatro días de ataques aéreos israelíes en la franja costera, en la mayor escalada desde una gran ofensiva israelí contra la región en 2014.

Voceros militares israelíes dijeron que la aviación bombardeó Gaza más de 600 veces desde el lunes y que los movimientos armados palestinos Hamas y Yihad Islámica lanzaron más de 1.600 cohetes hacia Israel en ese mismo periodo.

Siete israelíes murieron hasta ahora por los cohetes, entre ellos un niño de seis años y un soldado que fue alcanzado por un misil antitanque.

La violencia se ha extendido en Israel como nunca antes desde el levantamiento o Intifada palestina de 2000, con una explosión de choques intercomunitarios que abre un nuevo frente que se suma al de Gaza y constituye una seria amenaza a la paz interna del país.

Palestinos de nacionalidad israelí e israelíes judíos están recorriendo las calles desbocados, atacándose entre sí e incendiado propiedades y autos, lo que obligó al Gobierno a cancelar o desviar vuelos desde el aeropuerto de Tel Aviv.

Mientras que la violencia estuvo mayormente confinada a Gaza en las tres ofensivas previas que Israel lanzó contra Hamas en Gaza desde 2007, esta vez -que como la Intifada, comenzó en Jerusalén- está repercutiendo mucho más allá de la región palestina.

Desde que comenzaron las hostilidades a través de la frontera entre Gaza e Israel, el lunes, la aviación israelí derribó ya tres edificios de departamentos en los que, según dijo, había instalaciones de Hamas, luego de advertir a los civiles que los evacuaran.

Yihad Islámica dijo que siete de sus milicianos murieron, mientras que Hamas admitió que uno de sus principales comandantes y varios jefes de su brazo armado también fueron muertos en los ataques aéreos israelíes.

Los palestinos celebran el Eid al-Fitr, que marca el fin del mes sagrado islámico de ayuno y oración del Ramadán, una ocasión en la que las familias salen a hacer compras antes de reunirse por la noche para comer.

En su lugar, Hamas urgió a los fieles a celebrar las oraciones del Eid dentro de sus casas o en la mezquita más cercana, en lugar de al aire libre, como es la tradición.

Aunque la ONU y funcionarios egipcios dijeron que había esfuerzos en curso para lograr una tregua, aún no había signos de progresos.

La ministra de Salud, Carla Vizzotti, y la asesora presidencial Cecilia Nicolini mantuvieron dos encuentros virtuales este lunes con autoridades y empresarios de China e Israel para dar inicio formal a las conversaciones sobre la posible participación argentina en la fase de investigación y en la cadena de producción de la vacuna contra el coronavirus, informó la cartera sanitaria.

El primer encuentro reunió de manera virtual a las funcionarias con el embajador chino en Argentina, Zou Xiaoli; su par argentino en China, Sabino Vaca Narvaja; directivos de Sinopharm, en China y Argentina, y a representantes de Sinergium Biotech.

Respecto de este encuentro, Vizzotti destacó “la buena voluntad” de ambos gobiernos y de los socios del sector privado, y puso en valor la “relevancia estratégica” que tiene para nuestro país “la posibilidad de colaborar y ser parte de la investigación y la cadena de producción de vacunas que se utilicen en Argentina y en Latinoamérica en el mediano y largo plazo”.

La ministra también destacó la “prioridad del Presidente en este proyecto”, y el inicio de un cronograma de trabajo conjunto que incluirá el intercambio de información, los procesos de adecuación de insumos y equipos, y el control de calidad.

También agradeció “especialmente” el envío de los últimos dos millones de dosis “para poder completar esquemas iniciados”, y la importancia de seguir contando con vacunas desde China mientras se avanza en el proyecto de producción local.

Vizzotti y Nicolini también tuvieron contacto con el embajador argentino en Israel, Sergio Urribarri, y con el equipo de Hadassah Internacional (desde Jerusalén), liderado por el argentino Jorge Diner, «para dar inicio al trabajo de cooperación e intercambio de experiencias en prevención y lucha contra el coronavirus, investigación y desarrollo de vacunas y fármacos, gestión epidemiológica, asistencia de pacientes y campaña de vacunación», informaron a través de un comunicado.

El encuentro virtual fue la antesala de una visita que el equipo de expertos del Hospital Hadassah, liderado por el profesor Yoram Weiss, realizará la próxima semana a la Argentina para mantener una serie de encuentros presenciales con la ministra Vizzotti y su equipo, con los comités de expertos asesores, con Anmat y con directores de hospitales, entre otros actores que intervienen en la gestión y asistencia de la pandemia.