El ultrakirchnerista secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, manifestó su adhesión a la precandidatura presidencial de Daniel Scioli y sus intenciones de sucederlo en la gobernación bonaerense. El escenario nacional se polariza y se diluyen las aspiraciones de Sergio Massa, socio de Mario Das Neves.
El escenario político nacional parece irremediablemente encaminado hacia una polarización entre las candidaturas del peronista Daniel Scioli y la alianza entre el PRO y el radicalismo con Mauricio Macri a la cabeza. Así lo demuestra el alineamiento de diversos referentes nacionales, que comienzan a encolumnarse detrás de cada uno de los proyectos con aspiraciones serias y dejan cada vez más huérfano al socio político de Mario Das Neves, el tigrense Sergio Massa.
Ahora llegó el turno del ultrakirchnerista Sergio Berni, secretario de Seguridad de la Nación. Berni hizo conocer, en declaraciones que reproducen diversos medios de todo el país, sus preferencias por Daniel Scioli.
“Trabajo mucho con la provincia de Buenos Aires” dijo, como para justificar en el conocimiento directo de la realidad su predilección por el gobernador de este distrito. Asimismo, hizo saber de sus intenciones de sucederlo presentándose como candidato a gobernador, para lo cual afirmó que tiene “la voluntad, las ganas, y por sobre todo la experiencia para poder aportar”.
Este apoyo, sin dudas, tiene varias lecturas desde lo político. Berni no es cualquier funcionario, sino quizás uno de los más identificados y jugados con el proyecto de Cristina Fernández de Kirchner, lo cual permite presumir que el oficialismo está dispuesto a jugar todas sus fichas con Daniel Scioli.
Otra de las líneas de lectura es la que atañe a un Sergio Massa que no para de encogerse. Hace unos meses parecía encaminarse a paso firme hacia el sillón de Rivadavia, y ahora mira a la tribuna pidiendo la hora, porque cada día que pasa pierde el apoyo de algún referente.
A nivel provincial, esto no deja de complicar a Mario Das Neves, quien debe estar lamentando su prematura adhesión a la carrera presidencial del ex niño prodigio nacido en la UCeDé y criado a la sombra de Luis Barrionuevo. Los hechos parecen demostrar que Das Neves se equivocó una vez más, en un error a la altura de aquella fallida fórmula con Eduardo Duhalde que terminó en quinto lugar en Chubut.
Esta orfandad de proyecto nacional pone a Das Neves en una postura cada vez más solitaria, con una propuesta que asoma claramente como algo personal y separado de cualquier línea de trabajo que lo trascienda. Es por eso que, más allá de los problemas que muestra “por arriba” de la lista, también está teniendo inconvenientes para ofrecer candidatos potables para las intendencias.
Ante este escenario, el dasnevismo comienza a dar muestras de desesperación, como lo demuestran los rumores lanzados esta semana de una eventual vuelta al justicialismo, haciendo gala de un saltimbanquismo muy difícil de justificar. Pero, como dice el refrán, la necesidad se viste de hereje y es muy probable que en su afán desmedido el líder de ChuSoTo sea capaz de cualquier acto de travestismo político.