La líder opositora venezolana asegura que no puede salir del país por amenazas a su vida.
La dirigente opositora venezolana María Corina Machado afirmó que sólo podrá viajar a Oslo en diciembre para recibir el Premio Nobel de la Paz 2025 si el presidente Nicolás Maduro deja el poder. La líder aseguró que enfrenta amenazas directas y que su seguridad está comprometida mientras el mandatario continúe en el cargo.
“Venezuela debe ser libre”
En una entrevista con el diario noruego Dagens Naeringsliv, citada por la agencia NTB y reproducida por DW , Machado explicó que no puede abandonar el lugar donde se encuentra escondida debido a los riesgos que corre.
“Mientras Maduro esté en el poder, no puedo dejar el lugar donde me escondo porque hay amenazas directas contra mi vida”, expresó.
La líder opositora aseguró que sólo podrá asistir a la ceremonia del Premio Nobel de la Paz si “Venezuela es libre”, dejando en claro que su salida del país depende de un cambio político profundo.
Un reconocimiento internacional a la lucha democrática
El Comité Nobel noruego otorgó el Premio Nobel de la Paz 2025 a María Corina Machado “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y su esfuerzo por una transición pacífica hacia la democracia”.
Machado destacó que el galardón tiene un impacto simbólico “muy importante”, tanto para los venezolanos como para el régimen chavista.
“El mundo entero legitima nuestra lucha, mientras Maduro está cada vez más aislado y con los días contados”, aseguró.
Una larga disputa por la legitimidad electoral
Desde 2024, Machado sostiene que el verdadero ganador de las elecciones presidenciales del 28 de julio fue Edmundo González Urrutia, exiliado en España.
La coalición opositora Plataforma Unitaria Democrática también insiste en que hubo fraude y que el Consejo Nacional Electoral, controlado por el chavismo, proclamó ilegítimamente la reelección de Maduro.
Machado, que ha sido inhabilitada políticamente por el régimen, continúa su lucha desde la clandestinidad, articulando apoyo internacional y manteniendo comunicación con organismos de derechos humanos.
Mientras el Gobierno venezolano mantiene el silencio ante sus declaraciones, la figura de María Corina Machado se fortalece como símbolo de resistencia democrática. Su posible viaje a Oslo, más que un acto protocolar, podría convertirse en un mensaje histórico para el futuro político de Venezuela.