Las licenciadas en Psicología, Gisel Sandler y en Trabajo Social, Miriam Guerra expusieron en Bahía Blanca el trabajo “El Adolescente como Sujeto de Derechos. Una experiencia en Chubut”.
Profesionales del Ministerio de la Familia y Promoción Social del Chubut fueron seleccionadas para disertar en el “Segundo Encuentro Nacional Sobre Mejores Prácticas con Adolescentes en Situación de Vulnerabilidad Social: Una mirada amable sobre los jóvenes”, donde expusieron sobre el trabajo que viene realizando la cartera en Políticas de Niñez, Adolescencia y Familia con adolescentes en conflicto con la ley penal en Trelew.
El Congreso donde disertaron las licenciadas en Psicología, Gisel Sandler y en Trabajo Social, Miriam Guerra, se desarrolló días atrás en la Universidad Nacional del Sur, en Bahía Blanca.
El encuentro tuvo su primera convocatoria en octubre de 2014 y surgió como una iniciativa propuesta por Asociación Civil ENRAISUR, junto con el Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (ILANUD) de la Organización de Naciones Unidas y la Universidad Nacional de San Martín.
Al respecto, el subsecretario de Desarrollo Humano y Familia, Sergio Miranda, explicó que “las profesionales son integrantes del equipo técnico del ‘Programa Preventivo de Libertad Asistida’ que se ejecuta en Trelew. Allí se trabaja en cumplimiento de la Convención de Derechos del Niño que establece que los dispositivos de acompañamiento para jóvenes en conflicto con la ley penal tiene que tener un criterio de especialidad; para cumplimentar este requerimiento fue que se crearon los programas o dispositivos en terreno”.
Con respecto a la modalidad de intervención detalló que “lo que se hace en los programas de este tipo es dotar un operador en terreno con un equipo técnico e intervenir con la familia y el entorno barrial o social con el que cuentan los chicos, particularmente en Trelew”.
“El equipo técnico -agregó- diseña un plan de abordaje y el operador es quien va tomando contacto y generando un vínculo entre el asistido y el acompañante. A partir de ahí se producen actividades de inclusión y se va acompañando paulatinamente un proceso que culmina para nosotros cuando se retoma la comunicación con el entorno familiar”.
En este sentido destacó que “hay una nueva forma de ver y hacer la lectura de los derechos humanos para nuestros pibes que implica el compromiso y la participación comunitaria, colectiva y obviamente la responsabilidad de un Estado que acompaña este tipo de intervenciones, que las fortalece”.
“La finalidad de este tipo de políticas nos pone como líderes en Latinoamérica, tanto la de acompañamiento en terreno como la de privación de la libertad que son similares a través de medidas socioeducativas para la misma población, pero donde estas tiene que ser en contexto de encierro”, manifestó Miranda.
Asimismo puso en valor el compromiso de los trabajadores del Ministerio con la sociedad: “Los profesionales y los trabajadores del Ministerio de la Familia tienen ese plus, que es el compromiso social, el trabajo y la entrega hacia el otro”, ya que, “se observa un gran compromiso desde lo social teniendo en cuenta el área en la cual esto se desarrolla, por eso celebramos que suceda”.
Intercambio de experiencias
Por su parte, Sandler explicó que “el encuentro consistió en presentaciones de diversas experiencias y dispositivos de trabajo con adolescentes de diferentes lugares del país, sobre todo del sur y del centro. Las provincias que asistieron fueron Río Negro, Buenos Aires y Chubut; allí se intercambiaron experiencias y empezó a programarse el tercer encuentro”.
“Acompañar a los jóvenes hacia una vida de hábitos saludables”
En el informe desarrollado por las profesionales mencionan como “importante expresar que no tenemos una mirada hacia los adolescentes como fuera del sistema social; no consideramos que nuestra tarea es resocializarlos, sino nuestra mirada es más integra, entendiendo que el proceso de crecimiento es arduo, teniendo en cuenta que a veces, la constante transgresión y el daño infringido a ellos mismos y a los demás, también pueden ser síntomas de otras problemáticas latentes. Nuestra función es, por lo tanto, indagar y trabajar para que los adolescentes fortalezcan sus potencialidades para tener un proyecto de vida por fuera de los comportamientos nocivos”.