La joven que se hizo pasar por una rica heredera y estafaba hoteles boutique y famosos en Nueva York fue sentenciada anteayer a cumplir entre cuatro y 12 años de prisión, después de que un jurado la condenara el mes último por múltiples cargos de hurto.
Anna Sorokin, de 28 años, nacida en Rusia y criada en Eschweiler, Alemania , se había mudado a los 19 años a París, Francia , para estudiar moda. Años más tarde, en Nueva York, cambió su identidad y pasó a ser Anna Delvey.
En una entrevista al diario The New York Times en el complejo carcelario de Rikers Island, dijo: «Lo que pasa es que no lo lamento». Y agregó: «Estaría mintiéndoles a todos y a mí si dijera que lo lamento. Solo me arrepiento de la forma en que se dieron algunas cosas».
Según detalló el diario estadounidense, antes de finalizar la entrevista fue consultada sobre si, dada la oportunidad, volvería a hacer lo mismo. «Sí, probablemente», respondió entre risas.
Sorokin reconoció haber falsificado registros bancarios y dijo que lo hizo para intentar abrir un club de arte privado y «cumplir un sueño». Aunque dijo que siempre tuvo la intención de pagar a sus acreedores -dos hoteles del centro, una compañía de jets privados y bancos- el jurado que la condenó el mes pasado encontró que la joven engañó a estos lugares con más de US$200.000.
Según relató The New York Times, en el verano de 2013, cuando viajó a Nueva York para la Semana de la Moda, la idea de la joven no era quedarse a vivir, pero al sentirse cómoda y comenzar a entablar diversas amistades decidió comenzar de nuevo.
Se hizo conocida entre sus amigos de Manhattan como Anna Delvey, una aspirante a la alta sociedad. Poco a poco la verdad comenzaría a salir a la luz.
Los fiscales de la oficina del fiscal de distrito de Manhattan dijeron que Sorokin defraudó a otros por alrededor de 275.000 dólares mientras fingía tener 67 millones de dólares en bienes.