El coronavirus también entra por los ojos. Y las lagañas pueden llegar a ser síntoma o vehículo de contagios. Por eso, los especialistas llaman a extremar los cuidados de higiene y cambiar el hábito de tocarse la cara. Sugieren también limitar el uso de lentes de contacto.
“El coronavirus se puede propagar a través de las secreciones oculares”, advierte a Con Bienestar el oftalmólogo Leonardo Ferlini (M.N. 131.983), miembro del Consejo Argentino de Oftalmología. A su juicio, es fundamental el “limitar la exposición ocular” para reducir riesgos.
El COVID-19 puede propagarse de persona a persona a través de las gotículas que salen despedidas de la nariz o la boca cuando un paciente infectado tose o exhala. Esas partículas con el virus pueden ingresar a otro organismo a través de la boca, la nariz o los ojos.
Son pequeñas gotas contaminadas que están en la puerta de un ascensor o en el volante de un auto. Y que si alguien toca y luego se lleva las manos a la cara se expone al contagio.
No hay que tocarse el rostro y menos los ojos: “Si logramos romper ese hábito, vamos a reducir el riesgo de infecciones”, indica el oftalmólogo Luciano Perrone (M.N. 132.014).
“Si los tocás por cualquier motivo, incluso para colocarte una gota de colirio o lágrimas artificales, debés lavarte las manos, antes y después de esa acción”, subraya el profesional.
El coronavirus puede causar conjuntivitis, pero es algo infrecuente. Según estudios que se hicieron en medio de la pandemia, «entre el 1 y el 3 por ciento de las personas con coronavirus tuvo conjuntivitis», afirma el doctor Ferlini. De acuerdo a su evaluación, hay que evitar el contacto con las secreciones oculares de las personas con síntomas.
Frente a este panorama, el doctor Perrone sugiere también limitar el uso de lentes de contacto, porque implica tocarse los ojos en profundidad. «Si existe la posibilidad de suspender su uso, es mejor, si no, hay que ser muy riguroso en la limpieza de la lente y de las manos», enfatizó.
Debido a la cuarentena general, hay limitaciones para asistir a los consultorios oftalmológicos. Los profesionales atienden solamente urgencias por traumatismos, pérdida súbita de la visión, dolores oculares intensos, quemaduras y cuerpos extraños en el ojo, por recomendación del Consejo Argentino de Oftalmología.
Otros servicios, como recetas de anteojos, controles oftalmológicos de rutina, estudios oftalmológicos y cirugías programadas quedaron postergadas por la situación general.
Los que logran una cita, deben esperar a distancia, incluso en el auto, hasta ser llamados para la atención.
Los oftalmólogos usan estos días máscaras, gafas de protección y una barrera de plástico especial en sus equipos. Y muchos no hablan durante el examen y comunican el diagnóstico una vez terminado, para no intercambiar alientos ni gotas de saliva.