Al menos 15 muertos y más de medio millón de personas que tuvieron que abandonar sus hogares, es el saldo parcial de las decenas de incendios que arrasan la costa oeste de Estados Unidos, según las autoridades, que estiman que la situación empeorará en los próximos días.
El fuego afecta los estados de California, Oregón y Washington, donde hay zonas a las que los bomberos no pudieron aún acceder aún y las llamas se ven avivadas por altas temperaturas e intensos vientos muy secos.
Las autoridades locales fueron informando desde ayer sobre las víctimas mortales, entre ellas un bebé en el estado de Washington, mientras la mayoría de los fallecidos se registraron en California, indicó hoy AFP.
«En Oregón unos 500.000 habitantes fueron evacuados y la cifra sigue aumentando», según un comunicado de las autoridades de esa localidad, donde los bomberos luchan contra incendios que se extienden en una superficie de 365.000 hectáreas.
«Quiero ser franca al decir que esperamos ver una gran pérdida. Esta podría ser la mayor pérdida de vidas humanas y propiedades debido a los incendios forestales en la historia de nuestro estado»
En este estado, al menos cinco localidades quedaron «destruidas», detalló la gobernadora Kate Brown, quien explicó que el área afectada por las llamas en las últimas 72 horas es «dos veces la superficie que se ve afectada por los fuegos en el estado cada año».
En el noroeste de California, el incendio bautizado «August Complex Fire», un conjunto de 37 fuegos, se convirtió oficialmente ayer en el más grande de la historia en este estado, ya que se extiende por 190.000 hectáreas.
El portavoz de los Bomberos de California, Daniel Berlant, dijo que la vegetación seca originó esos incendios a los que calificó de «explosivos».
«Quiero ser franca al decir que esperamos ver una gran pérdida. Esta podría ser la mayor pérdida de vidas humanas y propiedades debido a los incendios forestales en la historia de nuestro estado», agregó Brown en conferencia de prensa.
En el norte de California, en el condado de Butte, ya arrasado por grandes incendios en noviembre de 2018 que causaron 86 muertes, la policía informó sobre siete nuevas muertes en las últimas horas, con lo que el saldo de víctimas en esta zona ya asciende a 10.
En el incendio llamado Creek, que ya consumió más de 70.000 hectáreas, también se vieron afectados unos 360 edificios, según los bomberos de California, mientras miles de trabajadores intentan extinguir las llamas.
En todo el Estado, hay más de 20 focos activos y el fuego ya consumió este año un total de 12.500 kilómetros cuadrados, un récord desde que comenzaron a hacerse estadísticas en 1987, de acuerdo a las cifras oficiales.
Cerca de Los Ángeles, el incendio Bobcat sigue fuera de control y ya abarcó a unas 9.000 hectáreas, según los bomberos.
En tanto, en el estado de Washington, las llamas consumieron más de 200.000 hectáreas, según el gobernador Jay Inslee, quien denunció el jueves las consecuencias catastróficas del cambio climático.
Las autoridades estiman que solo en California cerca de 14.000 bomberos combaten los incendios y no descartan que el número de víctimas fatales se incremente por la imposibilidad hasta el momento de ingresar a algunos sectores.