En noviembre se presentó un proyecto de ley para la creación de un «Área Marina Protegida Bentónica» en la «plataforma continental bajo jurisdicción argentina» que corresponden al Agujero Azul con el objetivo de defender la fauna oceánica.
El Agujero Azul es una zona de aguas internacionales que se ubica aproximadamente a 500 km al este del Golfo de San Jorge. Allí, la plataforma continental argentina se extiende más allá de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), que se expande a 200 millas náuticas de la costa, lo que la hace un área relativamente de poca profundidad en el contexto de las aguas internacionales.
En el Agujero Azul, cada noche se enciende una ciudad de luces, que desde el espacio se ve como otra Área Metropolitana de Buenos Aires, superándola incluso en tamaño.
La luminosidad la producen barcos pesqueros de diferentes banderas que operan allí con técnicas destructivas del medioambiente y en situación de dudosa legalidad, a cuya acción intenta poner coto un proyecto de ley para crear un «Área Marítima Protegida Bentónica» y otro «superador» que está en proceso de elaboración en el marco de la iniciativa interministerial Pampa Azul, en consonancia con uno de los lineamientos del futuro Tratado Global de los Océanos que Argentina impulsa junto a otros países en la ONU.
La zona es área de alimentación de varias especies de gran importancia económica (tales como la merluza, la anchoíta, la vieira patagónica y el calamar) y de muchas especies de aves y mamíferos. Debido a la abundancia de recursos biológicos, el sector lindero a la Zona Económica Exclusiva registra una intensa actividad pesquera extranjera que se centra en la captura del calamar.
Esta es una de las dos áreas exclusivas a nivel mundial en aguas internacionales donde se realiza la mayor parte de la pesca de arrastre en el fondo marino
La magnitud de la actividad pesquera que allí se desarrolla quedó demostrada en imágenes satelitales de la NASA, difundidas por la organización Greenpeace, que el pasado 23 de febrero contabilizó 470 buques concentrados en una superficie de 4.300 kilómetros cuadrados, a 500 kilómetros del Golfo de San Jorge, en el Atlántico Sur.
El proyecto que busca la creación de un «Área Marina Protegida Bentónica» tiene como objetivo defender la fauna oceánica y evitar la depredación de los pesqueros internacionales.
En el primer encuentro del Comité Interministerial de la Iniciativa Pampa Azul de 2021, llevado a cabo en enero, la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur planteó la necesidad de avanzar con la investigación para la aprobación del Área Marina Protegida Agujero Azul como estrategia para afianzar la soberanía argentina sobre los nuevos límites de la plataforma continental aprobados recientemente por la ley 27.557.