Conflicto salarial. El sueldo que reciben los tripulantes no es lo que pagan las empresas, el costo está dado por ítems que el gremio no contempla. Pero tampoco son tan elevados como parece cuando se prorratean en el año y se descuenta ganancias. Análisis de la composición de los salarios.
Dejando en claro que es “ingrato” hablar de salarios en la pesca, porque depende del tipo de flota y especie a la que se dirija el barco será la remuneración que reciba, Domingo Contessi expuso en el programa Plan M los valores que perciben los tripulantes en la flota tangonera o costera de Rawson. Un capitán entre 60 y 100 millones mensuales; un maquinista entre 45 y 60 millones de pesos y un marinero entre 20 y 30 millones de pesos, según publicó Revista Puerto.
Pero estas cifras, que pueden generar asombro en el común de la sociedad, no reflejan realmente el ingreso anual de los tripulantes, dado que se trata de temporadas de tres meses en Rawson o de cuatro meses, en los últimos años, en la flota congeladora tangonera. Esos haberes deben prorratearse a lo largo del año para tener una cifra real y además de dividirse por doce meses, se le debe aplicar una reducción del 30% del impuesto a las ganancias.
Teniendo en cuenta estos datos la suma no resulta tan escandalosa y probablemente hasta pueda considerarse baja dado el riesgo que implica la actividad y el sacrificado trabajo que realizan. El problema es que, aunque los sueldos no sean tan altos como parecen, el sector empresario, asegura, no puede afrontarlos.
El drama que enfrentan tanto el negocio del langostino como el de la merluza es comercial, dada la caída en la demanda de los precios, a lo que se suma un tipo de cambio poco competitivo para el sector exportador, condiciones macroeconómicas desfavorables de los mercados de destino y una competencia feroz del langostino de cultivo que se vende a precio mucho más accesible que el salvaje y natural de nuestra industria. Como sea, los costos no dan y la adecuación a la realidad parece ser la única salida para un conflicto que promete extenderse si no se propicia el diálogo adulto y responsable entre empresarios y gremialistas.
Para tener una idea más acabada del problema que está en discusión es necesario hacer algunas aclaraciones respecto de lo que se viene escuchando y leyendo al respecto. En primer lugar, es necesario hablar del precio de exportación del langostino entero.
Desde el SOMU, haciendo uso de los datos del informe de Coyuntura de la Subsecretaría de Pesca, se dice que el valor promedio real es de 6.500 dólares la tonelada. Ese dato, si bien refleja lo que indica el informe, no representa el valor del producto en discusión, dado que los informes de coyuntura no discriminan el langostino entero de las colas que tienen un valor más elevado (7.500 dólares aproximadamente). Según datos del INDEC, en 2024 el precio promedio fue de 5.638 dólares y en el primer bimestre de 2025 fue aún inferior.
Se repite también que el marinero cobra por kilo de langostino 34 pesos y según datos elaborados por las empresas esta cifra no sería correcta. El Sueldo Proporcional por Producción (SPP) según el Convenio Colectivo de Trabajo se determina mediante una ecuación de la siguiente forma: Valor referencial langostino por tonelada según clasificación (L1,L2, etc.) por SSP por el porcentaje (0,85%) sobre la producción según categoría abordo por el tipo de cambio de exportación Blend (1.116 pesos) y se multiplica por el factor de corrección del tipo de cambio equivale al 78% del tipo de cambio Blend. Esta ecuación da para el langostino L1 un valor de referencia de 5.800 dólares.
A partir de esta ecuación se determina el valor del langostino L1 para un marinero (5.800 x 0.85 % x 1.116 x 78%) sobre mil kilos, esto da por resultado un valor de 42.910 pesos por tonelada de langostino L1, es decir casi 43 pesos por kilo, según los cálculos de liquidación de las empresas.
Aquí surge el primer problema de números para poder abordar la discusión, pero no es el único. El SOMU entiende que el impacto de los salarios de los marineros sobre el costo de producción del barco es del 11% y si se suman el Básico y Francos se llega al 18% pero nunca al 60% que denuncian las empresas. La diferencia estaría dada por los ítems que a criterio del gremio componen el costo laboral y los que contabilizan las empresas.
Para las empresas el Sueldo Proporcional por Producción es solo un ítem del total de liquidación de la marea, a este además del Básico de Navegación y los francos se suma el Básico de puerto (cuando el barco está en actividad pero en muelle), el adicional del artículo 33, el incentivo a la producción, adicional por bodega completa, antigüedad y ropa de trabajo. Pero para sacar el costo total se suman además los ítems complementarios que están compuestos por el aguinaldo, las vacaciones y las contribuciones patronales (26%), aportes patronales al sindicato y ART (que ronda el 8% de las remuneraciones).
En el cálculo de costos que realizan las empresas también se tiene en cuenta que, si bien el trabajador de un tangonero realiza actividades a bordo entre 120 a 150 días al año, en los días restantes, al encontrarse en relación de dependencia, se le realiza una liquidación, ya sea en carácter de días de Franco (50%) o días a la orden, manteniendo una liquidación durante los doce meses del año.
Finalmente se suman a los costos laborales los trabajadores en relación de dependencia que toman las empresas, que es mayor a la cantidad de puestos de trabajo necesarios a bordo para poder contar con relevos efectivos que cubren francos, enfermedades, etc., que se estima en un 30% mayor a la dotación del buque.
La suma de todos estos ítems da un porcentaje mucho más elevado que el que denuncia el gremio como impacto real de los salarios sobre el costo de los barcos. Claro que lo que pagan las empresas, no es lo que cobran los tripulantes y la discusión parece estar trabada justamente allí, al menos en parte.
La otra traba se da en el valor de referencia que las empresas pretenden ajustar al valor de mercado, aduciendo que solo así pueden recuperar la rentabilidad del negocio.
El precio de referencia del langostino del L1, L2 y L3 fue fijado en el año 2005 cuando se exportaron 6.956 toneladas de producto, casi 100% entero, a un valor promedio de 12.124 dólares la tonelada; hoy el precio de mercado está, como dijimos, por debajo de los 5.600 dólares, es decir menos de la mitad.
Las empresas han planteado que en 2005, cuando se fijó ese precio de referencia, los buques tuvieron más de 270 días de pesca para desembarcar menos de 7 mil toneladas, mientras que hoy los barcos tangoneros capturan unas 100 mil toneladas en una media de 135 días por buque con 106 embarcaciones. Es decir que generan muchos más ingresos en menos días, lo que a su entender compensaría la reducción del valor de exportación con volumen de producción.
En el sector está claro que el problema no son los sueldos sino el valor de exportación de langostino que hoy se encuentra por debajo del valor de referencia, por lo que solicitan que se modifique adecuándolo a la realidad del negocio. La propuesta es de carácter transitorio y estarían dispuestos a adecuar ese valor si el precio del langostino aumenta.
Esa, aseguran, es la única manera de reactivar la actividad, dado que las otras variables que contribuirían a morigerar la crisis, como el tipo de cambio, la eliminación del impuesto a las ganancias y las retenciones, no están a su alcance, dependen de decisiones políticas de un gobierno que no escucha a los empresarios pesqueros ni a los trabajadores, pero se lleva gran parte de la facturación de unos y del sueldo de los otros.