A solo 17 kilómetros de Trevelin, Sierra Colorada ofrece turismo auténtico con identidad comunitaria y ancestral. El paraje, gestionado por la Comunidad Ancestral Mapuche, combina experiencias culturales, actividades al aire libre y paisajes de alta biodiversidad.
La propuesta está abierta todo el año y cambia con cada estación.
Durante la primavera y el verano, senderos de montaña invitan a caminar entre bosques de lengas y lagunas escondidas. Las caminatas guiadas permiten descubrir especies nativas y recorrer espacios conservados por la comunidad. El Micoturismo enseña sobre hongos y su importancia ecológica en recorridos interpretativos.
Las cabalgatas tradicionales y las Cabalgatas Pein Mawiza permiten conocer el territorio desde una mirada ancestral. Los guías locales comparten historias y saberes mientras se recorren caminos antiguos. La conexión con la cultura mapuche se vive a través de la experiencia directa, según publicó LA17.
El avistaje de aves incluye la posibilidad de ver al Carpintero Gigante y otras especies en zonas de conservación. La laguna Las Mellizas se convierte en uno de los puntos preferidos por visitantes y especialistas. Las actividades están pensadas para todas las edades y niveles de experiencia.
La gastronomía también ocupa un lugar destacado, con sabores regionales y recetas familiares. En La Casita de Lala y Ruka Küwü se pueden probar comidas tradicionales con ingredientes locales. Los emprendimientos son atendidos por familias del lugar que transmiten saberes culinarios de generación en generación.
En invierno, el paisaje se cubre de nieve y Sierra Colorada suma nuevas propuestas para disfrutar el frío. La Pista de Nieve Küpan Mapü, gestionada por jóvenes de la comunidad, ofrece trineos, caminatas con raquetas y juegos al aire libre. El entorno se adapta al clima sin perder su calidez.
El Parque de Nieve La Nueva Esperanza, de la familia Quilaqueo, completa la oferta invernal. Las actividades incluyen culipatines y espacios para compartir en familia. El espíritu comunitario se mantiene como base de cada experiencia.
La gestión del turismo es comunitaria y promueve un modelo sostenible que respeta el entorno natural y cultural. Cada propuesta parte de la identidad de quienes habitan el lugar y busca compartirla sin modificarla. “Queremos que quienes nos visitan se lleven más que una postal, se lleven un vínculo”, expresan desde la comunidad.
Sierra Colorada invita a vivir la Patagonia desde adentro, con hospitalidad y respeto por la tierra. Cada estación ofrece una forma distinta de acercarse al paisaje y a sus habitantes. La puerta está abierta todo el año para quienes buscan experiencias genuinas.