Wall Street. Goldman Sachs elevó su proyección de crecimiento para la Argentina en 2025, del 4,5% al 4,7%, impulsado por un desempeño económico mejor al esperado en el primer trimestre del año.
El banco de inversión estadounidense también destacó los beneficios del nuevo régimen de flotación cambiaria y el relajamiento de los controles de capital, pero advirtió que el Gobierno no debe enfocarse únicamente en contener la inflación: también debe aprovechar el contexto para acumular reservas internacionales.
La economía argentina creció 5,8% interanual en febrero y 0,8% mensual desestacionalizado, lo que llevó al gigante del Wall Street a revisar al alza sus previsiones. El informe, En un informe firmado por el analista Alberto Ramos, señala que la reciente adopción de un tipo de cambio flotante dentro de una banda (entre 1000 y 1400 pesos por dólar) y la liberalización del acceso al mercado cambiario están contribuyendo a la sostenibilidad del programa de ajuste macroeconómico.
Desde la implementación del nuevo esquema, el tipo de cambio oficial se depreció alrededor de 8%, mientras que el dólar paralelo pasó de 1367 a 1220 pesos, lo que redujo significativamente la brecha cambiaria, sugiriendo un “impacto acotado” sobre la inflación.
Sin embargo, Goldman Sachs advierte que, aunque el Gobierno de Javier Milei parece inclinado a dejar que el peso toque el límite inferior de la banda, lo más conveniente sería utilizar ese margen para acumular reservas internacionales, incluso si el tipo de cambio se mantiene dentro de los límites establecidos.
En ese sentido, el informe recuerda que el acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 11 de abril contempla la acumulación de unos US$8000 millones en reservas netas para el resto del año, además de un superávit fiscal primario de 1,3% del PBI (por debajo de la meta oficial del 1,6%).
El nuevo programa con el FMI, que prevé un desembolso de US$15.000 millones en 2025 dentro de un esquema de Facilidades Extendidas (EFF) por US$20.000 millones, fue considerado un respaldo clave para la política económica. También se celebró la decisión del Banco Central de emitir bonos en dólares (Bopreal) para pagar dividendos acumulados antes de 2025, y la liberalización del mercado oficial para individuos y empresas.
En el plano regional, el informe también abordó el impacto de los aranceles aplicados por Estados Unidos. La mayoría de los países latinoamericanos —incluyendo Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay— fueron alcanzados solo por el arancel base del 10%, mientras Venezuela enfrentó un 15%.
Por el bajo volumen de exportaciones hacia Estados Unidos como porcentaje del PBI (poco más del 1% en Argentina, 2% en Brasil, y entre 3% y 7% en Perú, Colombia, Chile y Ecuador), el efecto directo en las economías de la región se anticipa limitado.
En un entorno externo marcado por la incertidumbre y una arquitectura comercial en revisión, el desempeño de la Argentina se destaca como uno de los más sólidos de la región.
En conjunto con Brasil —beneficiado por una cosecha récord— y Colombia —que redujo atrasos en pagos presupuestarios—, el país contribuyó a que el grupo LA7 (los siete principales países de América Latina) mostrara un crecimiento de 0,8% en el primer trimestre de 2025, revirtiendo la débil expansión del 0,2% registrada en el cuarto trimestre de 2024.