El Departamento de Seguridad Nacional anunció que le pagará u$s2.500 a los menores no acompañados de 14 a 17 años que decidan abandonar voluntariamente el país. Organizaciones de derechos humanos la definieron como «una táctica cruel».
En un nuevo intento por impulsar las «autodeportaciones» de migrantes indocumentados, el gobierno de Donald Trump anunció que le pagará u$s2.500 a los menores de 14 a 17 años que hayan llegado a Estados Unidos sin un adulto que los acompañe y decidan abandonar voluntariamente el país.
La medida está destinada a los denominados unaccompanied minors (menores no acompañados). Según datos actualizados al 2 de octubre, hay unos 2.100 niños y niñas que se encuentran bajo custodia del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) tras llegar solos a la frontera.
El incentivo financiero es similar al que se ofrece a los migrantes adultos, aunque en ese caso el monto es de u$s1.000. Después de que circularan varios rumores sobre el programa, el HHS envió un comunicado a todos los proveedores de servicios legales que llegó a última hora del viernes.
El documento, reproducido por CNN, anunció que el gobierno «proporcionará un estipendio único de apoyo para la reubicación de u$s2.500 dólares a menores extranjeros no acompañados, de 14 años o más, que hayan optado por abandonar voluntariamente Estados Unidos a partir de la fecha de este aviso y en adelante».
Según la administración Trump, el «beneficio está destinado a apoyar los esfuerzos de reintegración tras la salida». Esta opción se ofrecerá primero a los adolescentes de 17 años; deberá ser aprobada por un juez de inmigración y el dinero se pagará una vez que vuelvan a su país de origen.
«Esta opción voluntaria brinda a los menores no acompañados la posibilidad de elegir y les permite tomar una decisión informada sobre su futuro», aseguró un vocero de la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). «El acceso a apoyo financiero al regresar a casa sería de gran ayuda si eligen esa opción», remarcó.
Organizaciones calificaron la medida como «una táctica cruel» y señalaron que «la salida voluntaria siempre ha sido una opción». «No existe ninguna razón legítima para que el gobierno proporcione afirmativamente esta opción a los niños e incentive la misma con una recompensa financiera», firmó la directora gerente de Derechos Humanos y Dignidad de los Niños en el Centro Nacional para el Derecho Juvenil, Neha Desai.
Defensores y abogados de inmigración advirtieron que esta medida puede causar más daños que beneficios si los niños son enviados de regreso a condiciones peligrosas. El protocolo vigente establece que los menores no acompañados deben ser entregados al HHS y no es habitual preguntarles si quieren autodeportarse.
«Esta operación socava las leyes que garantizan ese proceso para los niños no acompañados, y va en contra del compromiso de larga data de nuestra nación de proteger a los más vulnerables entre nosotros, los niños, de la violencia, la trata, el abuso, la persecución y otros peligros graves», sostuvo Wendy Young, presidenta de Kids In Need of Defense (KIND).
Desde su llegada a la Casa Blanca en enero pasado, la administración Trump ha insistido en la autodeportación como un recurso «más rentable» ante los costos que implica detener y deportar a los migrantes indocumentados.