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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cumple este jueves 100 días de un Gobierno marcado por una exitosa campaña de vacunación contra el coronavirus y una masiva inyección de dinero para recuperar la economía que este miércoles ratificó, al instar al Congreso a aprobar una inversión pública «como solo se hace una vez en una generación».

«El país está avanzando de nuevo», celebró Biden en su primer discurso en una sesión conjunta de ambas cámaras del Capitolio y puso como ejemplo la acelerada campaña de inmunización y el gigantesco paquete de estímulo de 1,9 billones de dólares aprobado por las bancadas oficialistas sin votos de la oposición.

Vacunas

Sobre el primer punto, destacó que para este juves el país ya habrá administrado más de 220 millones de dosis de vacunas contra la Covid-19 y subrayó tres logros concretos: «Hoy el 90% de los estadounidenses viven a menos de 5 millas (poco más de ocho kilómetros) de un centro de vacunación, 70% de los mayores de 75 años están completamente protegidos y más de la mitad de los adultos en el país tienen al menos una dosis».

Si bien la curva de contagios había comenzado a descender cuando asumió, Biden no solo consiguió mantener esa caída, sino que está logrando amesetarla en un nivel similar al de la primera ola del año pasado, un dato considerable ya que en Europa, América Latina y algunos países asiáticos las últimas olas fueron peores que las de 2020.

La lucha contra la pandemia en el país del mundo con más casos y muertos por coronavirus fue una de las prioridades cuando llegó a la Casa Blanca el 20 de enero en un país dividido tras los cuatro años de presidencia de Donald Trump y sus últimos meses en el poder, en el que exacerbó la violencia al no reconocer su derrota en las elecciones.

Economía

La contención del virus además es un requisito para la otra prioridad: una recuperación económica tras la mayor contracción del PBI desde la Segunda Guerra Mundial y que sea sostenible además en la competencia internacional.

Sobre ese tema también habló este miércoles ante un auditorio reducido por las medidas sanitarias del coronavirus: “El FMI estimó que nuestra economía crecerá un 6%. Estados Unidos está avanzando y no podemos detenernos ahora. Estamos en un momento de inflexión frente a la competencia de países como China».

El demócrata volvió a pedir que el Congreso apruebe el ambicioso plan para modernizar y ampliar la infraestructura nacional de 2,3 billones de dólares que ya presentó y sumó otras dos iniciativas millonarias: un plan nacional para crear trabajos y otro destinado a las familias estadounidenses.

«Todas las inversiones dedicadas a crear puestos de trabajo tendrán un principio base: comprar productos nacionales», prometió y dijo que esos empleos no dejarán afuera a la población de menores recursos que no suelen poder alcanzar una educación superior.

«Vamos a garantizar mejor acceso a una mejor educación», afirmó al presentar su plan para las familias estadounidenses y destacó dos puntos: un recorte impositivo por cada hijo y cuatro años más de educación gratuita, para la primera edad -niños de tres y cuatro años- y para al menos dos años de colegios superiores comunitarios, después de la secundaria.

Biden además repitió su promesa de campaña de no aumentar los impuestos a los que ganan menos de 400.000 dólares anuales y pidió volver a la carga impositiva para las grandes fortunas que existía durante el Gobierno republicano de George W. Bush y que modificó Trump en su reforma tributaria.

En su primer discurso en una sesión conjunta de ambas cámaras del Congreso, a solo horas de cumplir los primeros 100 días de su Gobierno, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, defendió este miércoles su gestión económica y, para describir sus prioridades de inversión y sus propuestas para garantizar los fondos, graficó: «Hay buena gente en Wall Street pero Wall Street no construyó este país, la clase media construyó este país y los sindicatos ayudaron a construir la clase media».

Biden habló ante un auditorio reducido -unos 200 legisladores, tres miembros del gabinete y el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, todos con tapabocas- debido a las medidas sanitarias por el coronavirus, y en un Capitolio aún rodeado de vallas desde que manifestantes irrumpieran en el edificio para tratar de impedir la certificación de su triunfo electoral del año pasado y ocuparan el mismo estrado desde el cual ofreció su discurso.

«El país está avanzando de nuevo», celebró Biden y puso como ejemplo el gigantesco paquete de estímulo de 1,9 billones de dólares que aprobó en el Congreso con el apoyo completo de las bancadas oficialistas y ningún voto opositor.

Pero aseguró que el Gobierno debe seguir liderando una recuperación económica «que no puede limitarse a volver a la situación previa a la pandemia».

«El FMI estimó que nuestra economía crecerá un 6%…Estados Unidos está avanzando y no podemos detenernos ahora. Estamos en un momento de inflexión frente a la competencia de países como China», aseguró y, por eso, propuso:

«Tenemos que hacer una inversión como la que se hace una vez en una generación.»

Volvió a pedir que el Congreso apruebe el ambicioso plan para modernizar y ampliar la infraestructura nacional de 2,3 billones de dólares que ya presentó y sumó otras dos iniciativas millonarias: un plan nacional para crear trabajos y un plan para las familias estadounidenses.

En virtud de este último, las familias que califiquen recibirán 250 dólares por mes por niño hasta 2025. También habrá 200.000 millones para financiar el jardín de infantes gratis para todos los chicos de 3 y 4 años y otros 225.000 millones para subsidiar el cuidado infantil y para invertir en trabajadores de cuidado infantil.

El Estado también destinará 109.000 millones para pagar dos años de estudios en institutos de enseñanza superior.

La financiación de todo esto se logrará mediante una serie de aumentos de impuestos a los más ricos por la que el Estado espera recaudar 1,5 billones de dólares en una década.

El plan pone fin así a los recortes de impuestos para los mayores ingresos de su antecesor republicano Donald Trump.

En vísperas de que Joe Biden cumpla sus primeros 100 días en el cargo de presidente, un jurado en Minneapolis compuesto por 12 miembros declaró a Derek Chauvin, un expolicía blanco, culpable de tres cargos por el asesinato de George Floyd, un hombre negro.

“Hoy damos un suspiro de alivio. Aún así, no puede quitarnos el dolor. Una medida de justicia no es lo mismo que justicia equitativa”, dijo el martes la vicepresidenta Kamala Harris, refiriéndose a la ingenuidad política que siguió a un veredicto que fue más una excepción que una regla. “Todavía tenemos trabajo que hacer”.

El veredicto marcó una especie de cambio para Biden. El presidente ahora deberá hacer la transición del triaje que enfrentó inmediatamente al asumir la Oficina Oval en medio de la pandemia de coronavirus a la difícil tarea cumplir promesas de campaña más ambiciosas —como promover la justicia racial para las comunidades negras que le entregaron la nominación demócrata y, en última instancia, la Casa Blanca.

“Mientras piensa en cómo será su discurso ante una sesión conjunta del Congreso la semana que viene, él tiene toda la intención de utilizar esta oportunidad para priorizar este tema y hablar sobre la importancia de implementar medidas de reforma policial”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, durante una conferencia de prensa el miércoles.

De hecho, si quieres comprender las turbias aguas de la equidad racial que el presidente debe navegar en los próximos meses y años, deberás ver cómo él y otros demócratas lidian con la crisis policial actual que perjudica desproporcionadamente a los estadounidenses negros.

A principios de este mes, el equipo de Biden renunció en silencio a una promesa de campaña de establecer una comisión de vigilancia policial dirigida por la Casa Blanca para dirigir su atención hacia algo con más fuerza: aprobar la reforma policial a través de los canales legislativos.

“El gobierno de Biden-Harris apoya firmemente la Ley de Justicia Policial George Floyd y trabaja con el Congreso para promulgar rápidamente una reforma policial significativa que traiga cambios profundos que se necesitan con urgencia”, afirmó la directora del Consejo de Política Nacional, Susan Rice, en un comunicado.

¿Qué futuro le espera a Derek Chauvin? 0:46
El proyecto de ley fue aprobado por los demócratas de la Cámara de Representantes el mes pasado, pero enfrenta grandes retos con una división de 50-50 en el Senado, donde incluso con los demócratas en el poder debido al voto de desempate de Harris, la mayoría de las leyes necesitan 60 votos para superar un obstruccionismo.

Lee Drutman, principal investigador del programa de Reforma Política en New America —donde yo solía trabajar— no se anda con rodeos al describir los obstáculos políticos que le aguardan a Biden en una variedad de cuestiones sociales debido a la dificultad de abolir o cambiar el obstruccionismo.

ANÁLISIS | Crecen las esperanzas de un compromiso de reforma policial, pero acechan enormes obstáculos políticos
“[El senador demócrata Joe Manchin de West Virginia] ha sido bastante claro en que no va a romper el obstruccionismo”, dijo Drutman. “Es difícil ver que algo obtenga 60 votos en el Senado de Estados Unidos, cualquier otra cosa que no sean las iniciativas más recientes, como una comisión para ver si hay un problema de violencia policial en este país”.

Es importante destacar que en EE.UU. la economía y la raza están relacionadas entre sí.

“Desde 1619 hasta al menos finales de la década de 1960, las instituciones, empresas, asociaciones y gobiernos estadounidenses —federales, estatales y locales— saquearon repetidamente a las comunidades negras”, escribió el periodista Ta-Nehisi Coates en 2016. “Tan grande fue este saqueo que Estados Unidos, como lo conocemos hoy, es simplemente inimaginable sin eso. Sus grandes universidades fueron fundadas en eso. Su economía inicial fue construida por eso. Sus suburbios fueron financiados por eso. Su guerra más mortífera fue resultado de eso”.

El presidente, en ese entonces, podría asegurar cierto grado de justicia racial a través de sus propuestas económicas, partes clave que puede pasar a través de la reconciliación, un proceso presupuestario que requiere una mayoría simple de votos en el Senado de Estados Unidos.

“Veo a los líderes demócratas estructurando las cosas para que puedan liderar los asuntos económicos y de gasto”, dijo Drutman. “Y sienten que pueden lograr ciertos elementos de justicia racial invirtiendo dinero en comunidades pobres, desatendidas, principalmente minoritarios —pero haciéndolo como parte de programas que son ampliamente populares y distribuyendo beneficios en todas partes”.

EE.UU.: analizan otro paquete de empleo e infraestructura 0:52
Como escribí a principios de este mes, al menos parte de lo que hace que el Plan de Empleo Estadounidense de US$ 2 billones ofrezca esperanza para muchos ciudadanos negros es el hecho de que no rehuye enfrentar la desigualdad racial que está incrustada en la infraestructura del país.

Por ejemplo, Biden gastaría US$ 45.000 millones en reemplazar todas las tuberías de plomo y líneas de servicio de EE.UU. porque según la hoja informativa de la Casa Blanca “ninguna familia estadounidense debería seguir recibiendo agua potable a través de tuberías de plomo y líneas de servicio”.

Esta postura ilustra que Biden ha aprendido de la crisis del agua de muchos años que comenzó en su mayoría en Black Flint, Michigan, en 2014 cuando la ciudad comenzó a tomar agua contaminada del río Flint y a transportarla a través de viejas tuberías de plomo.

La encuestadora demócrata Celinda Lake destacó cuán expansiva e incluso radical es la estrategia económica de Biden.

El veredicto de culpabilidad de Chauvin produce suspiros de alivio, pero los activistas afirman que el trabajo por la justicia racial está lejos de terminar
“Esta agenda económica no es la agenda económica de su abuelo: es una agenda económica muy moderna con una perspectiva económica del siglo XXI”, le comentó Lake al analista político senior de CNN, Ronald Brownstein. “Esta agenda económica tiene más equidad, raza y género que cualquier agenda económica que haya visto en mi vida para este partido”.

Lake continuó: “No es una agenda económica daltónica. Realmente se entrelaza con razón y de forma efectiva los componentes de raza y género de nuestros tiempos modernos”.

No obstante, una pregunta crucial aún no se ha respondido: ¿compensará, complacerá y ayudará fundamentalmente cualquier tipo de justicia racial que Biden implemente –como las descritas anterioremente– a los votantes negros que lo ayudaron a ganar la Casa Blanca?

Olvídense de los pronósticos. Es demasiado pronto para saberlo.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, exigió este martes que el Congreso apruebe reformas de las prácticas policiales en el país para estar «a la altura del legado» del afroamericano George Floyd, después de que el expolicía Derek Chauvin fuera declarado culpable de su muerte.

En un discurso en la Casa Blanca, Biden describió el veredicto como «un paso gigante en la marcha hacia la justicia», pero dijo que «no es suficiente» para combatir el «racismo sistémico» en Estados Unidos.

La Casa Blanca volvió a negar este lunes que haya una crisis migratoria en la frontera entre Estados Unidos y México, a pesar de que este fin de semana el presidente estadounidense, Joe Biden, habló de «crisis» para referirse a la llegada masiva de menores a dicha frontera.

Este sábado, Biden declaró a la prensa que su Gobierno estaba trabajando en la posibilidad de aumentar la cuota de refugiados cuando surgió la «crisis» migratoria en la frontera con México, donde están llegando números récord de inmigrantes indocumentados, entre ellos muchos menores de edad no acompañados.

EFE

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este domingo que propondrá un acuerdo migratorio entre los países de Norteamérica y Centroamérica durante la cumbre climática convocada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la cual está programada para comenzar el próximo jueves de forma virtual.

La propuesta supondría la ampliación de un programa de siembra de árboles con fines agroforestales, el cual podría llevar eventualmente a que los beneficiados obtengan visas temporales de trabajo en Estados Unidos y, posteriormente, a obtener la ciudadanía en ese país, dijo López Obrador en un video publicado este domingo en su canal de YouTube.

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«Entonces podríamos hacer un acuerdo, decir: ‘a ver, te apoyamos para que siembres tu parcela. Si vas a sembrar café, si vas a sembrar cacao, pues son tres años, te apoyamos tres años y más, pero a los tres años, ya que tengas tu cultivo, ya tienes derecho en automático, a una visa de trabajo, por seis meses para Estados Unidos. Vas seis meses y regresas a tu pueblo’», dijo López Obrador desde Palenque, en Chiapas.

«Y luego, tres años después de tener tu visa de trabajo, con buen comportamiento, ya tienes derecho a solicitar tu nacionalidad estadounidense», agregó.

El presidente mexicano dijo que la iniciativa que propondrá incluirá a Estados Unidos, Canadá, México y a los «países hermanos centroamericanos».

La propuesta estaría basada en el programa denominado Sembrando Vida, que según la Secretaría de Bienestar de México impulsan en 884 municipios de 20 estados del país, y que beneficia a más de 420.000 personas con empleos permanentes.

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La medida busca atender la pobreza rural y la degradación ambiental y beneficia a familias que viven en municipios «con niveles de rezago social” y que son propietarias o poseedoras de 2,5 hectáreas disponibles para ser trabajadas en un “proyecto agroforestal», según la Secretaría.

«Podemos sembrar en tres años, tres millones de hectáreas y dar hasta 1 millón 200, 1 millón 300.000 empleos a hermanos centroamericanos y también a mexicanos de Chiapas, Campeche, Veracruz, Oaxaca, Tabasco. Esto nos permitiría también ordenar el flujo migratorio», añadió López Obrador en su video.

El presidente de México es uno de 40 líderes mundiales que han sido invitados por el presidente de Estados Unidos a participar en una cumbre virtual sobre el clima que inicia el 22 de abril.

En el encuentro se espera abordar la urgencia y los beneficios económicos de tomar acciones en beneficio del medio ambiente, según la Casa Blanca.

cnn

El director de la mayor fábrica de vacunas del mundo instó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a levantar la prohibición de exportación de las materias primas que se necesitan con urgencia para producir inmunizantes contra el coronavirus.

«Respetado Presidente, si realmente queremos unirnos para vencer este virus, le pido humildemente que levante el embargo de las exportaciones de materias primas fuera de los EEUU para que la producción de vacunas pueda aumentar», rogó el director del Serum Institute de la India (SII), Adar Poonawalla, en un mensaje escrito en Twitter.

El mayor productor de vacunas del mundo viene teniendo problemas para satisfacer la demanda del laboratorio AstraZeneca, debido a los problemas para acceder a insumos y a la crítica situación sanitaria en India.

Los más de 200.000 casos diarios de coronavirus que viene registrando el país asiático obligó a la fábrica a concentrarse en satisfacer la demanda interna de vacunas y a retrasar las entregas tanto para el fondo solidario Covax como en los convenios firmados directamente con países.

Poonawalla dijo la semana pasada que la producción estaba «muy estresada» y pidió al Gobierno indio que le brindara asistencia financiera, precisó la agencia de noticias AFP.

La producción de la compañía de una vacuna desarrollada por la firma estadounidense Novavax también se topó con obstáculos debido a las restricciones estadounidenses, y Poonawalla le dijo a un periódico indio la semana pasada que el embargo era «como prohibir las vacunas».

Desarrolladas en un tiempo récord, la docena de vacunas contra el coronavirus que ya están en uso en todo el mundo provocaron un aumento exponencial en la producción, lo que significa que las materias primas ahora se están agotando.

El SII, que llegó a un acuerdo para suministrar 200 millones de dosis a Covax, un esfuerzo respaldado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para obtener y distribuir vacunas a los países pobres, creció en popularidad desde que empezó a producir fármacos contra el coronavirus.

El problema es que el programa de Covax se está viendo obstaculizado por las naciones ricas que acaparan el suministro.

La compañía registró ingresos anuales de más de 800 millones de dólares en 2019-20, pero la prohibición de las exportaciones la llevó a solicitar ayuda financiera al Gobierno de la India, ya que Nueva Delhi le paga menos por cada dosis de lo que gana por las ventas en el extranjero.

India, que registra más de 14 millones de infecciones desde el inicio de la pandemia, comenzó a vacunar a personas mayores de 45 años este mes, con el objetivo de vacunar a 300 millones de personas para agosto.

Hasta ahora ha administrado alrededor de 117 millones de inyecciones y ha vacunado con ambas dosis a poco más de 14 millones de personas, es decir, el 1,1% de la población.

La decisión, adelantada el martes por la Casa Blanca, se hará efectiva antes del 11 de septiembre, fecha en que se cumplen 20 años de los atentados de la red islamista Al Qaeda contra las Torres Gemelas.

El presidente Joe Biden anunciará este miércoles formalmente la retirada de todas las tropas estadounidenses de Afganistán antes del 11 de septiembre, al tiempo que dará detalles sobre el cronograma de repliegue y su visión sobre el futuro del país asiático.

La decisión, adelantada el martes por la Casa Blanca, se hará efectiva antes del 11 de septiembre, fecha en que se cumplen 20 años de los atentados de la red islamista Al Qaeda contra las Torres Gemelas de Nueva York y el edificio del Pentágono.

Los ataques con aviones comerciales secuestrados del 11 de septiembre de 2001 motivaron la invasión estadounidense de Afganistán que derrocó a los talibanes, luego de que este movimiento islamista se negara a entregar a los líderes de Al Qaeda.

Biden presentará su visión para el futuro de Afganistán y detallará el cronograma de retirada de las tropas durante una intervención en la Casa Blanca a las 14.15 (las 15.15 de Argentina), informó la Casa Blanca.

La decisión de retirar las tropas en el otoño del hemisferio norte incumple el plazo del 1 de mayo pactado en un acuerdo de paz alcanzado el año pasado entre los insurgentes talibanes y el Gobierno de Trump
Luego se dirigirá al Cementerio Nacional de Arlington para honrar el sacrificio de los estadounidenses que pelearon y murieron en Afganistán en estos 20 años de guerra, la más prolongada de todas las que ha peleado Estados Unidos.

La decisión de la retirada

La decisión de retirar las tropas en el otoño del hemisferio norte incumple el plazo del 1 de mayo pactado en un acuerdo de paz alcanzado el año pasado entre los insurgentes talibanes y el Gobierno del expresidente estadounidense Donald Trump. Sin embargo, la retirada será definitiva y no dejará lugar a ninguna extensión de la presencia de las tropas, dijeron funcionarios.

El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que había llegado el momento de que las fuerzas estadounidense regresasen «a casa», y que Washington elaboraría un plan de retirada «coordinado» con sus aliados de la OTAN, informó la agencia de noticias AFP.

«Juntos hemos alcanzado los objetivos que nos propusimos. Y ahora es el momento de traer a casa a nuestras tropas», dijo Blinken antes de mantener conversaciones con sus socios de la OTAN en Bruselas.

El acuerdo de febrero de 2020 del Gobierno de Trump con los talibanes establecía que la retirada se haría a cambio de la promesa de los insurgentes de no respaldar a Al Qaeda
La ministra de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer, aseguró que la OTAN probablemente se unirá a Estados Unidos en la retirada de sus tropas para septiembre. «Siempre dijimos: iremos juntos, nos iremos juntos», declaró a la televisión pública ARD.

Y según el periódico británico The Times, el Reino Unido también retirará sus aproximadamente 750 soldados. El Gobierno no desmintió la información.

El acuerdo de febrero de 2020 del Gobierno de Trump con los talibanes establecía que la retirada se haría a cambio de la promesa de los insurgentes de no respaldar a Al Qaeda y a otros extremistas extranjeros, la razón que llevó a la invasión estadounidense de 2001.

Hace una década, Estados Unidos tenía unos 100.000 soldados en Afganistán. Al final de la presidencia de Trump, la cifra se había reducido a 2.500.

La retirada comenzará en mayo y el retraso se explica en gran medida por razones logísticas, aunque las tropas posiblemente salgan de Afganistán mucho antes del 11 de septiembre
Según funcionarios, la retirada comenzará en mayo y el retraso se explica en gran medida por razones logísticas, aunque las tropas posiblemente salgan de Afganistán mucho antes del 11 de septiembre.

La decisión de Biden coincide con el anuncio de Turquía de acoger del 24 de abril al 4 de mayo una conferencia de paz respaldada por Estados Unidos que reunirá al Gobierno afgano, a los talibanes y a socios internacionales.

Su objetivo es lograr algún tipo de acuerdo político y el «fin del conflicto», según el Ministerio de Relaciones Exteriores turco.

Pero Mohammad Naeem, vocero de la oficina de los talibanes en Qatar, dijo que los insurgentes no participarán en ninguna conferencia «antes de que todas las fuerzas extranjeras se hayan retirado por completo».

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuvo una conversación telefónica con su par ruso Vladimir Putin en la que lo invitó a celebrar una cumbre en un tercer país para procurar mejorar las relaciones bilaterales, informó la Casa Blanca en un comunicado.

«El presidente Biden reafirmó su meta de construir relaciones estables y predecibles con Rusia, consistentes con los intereses de EEUU, y propuso una cumbre en un tercer país en los próximos meses para discutir toda la gama de temas», señala el texto.

Según la Casa Blanca, los mandatarios también discutieron en su conversación telefónica esfuerzos para promover un diálogo estratégico en una amplia gama de temas relacionados con control de armas y seguridad, indicó la agencia de noticias Sputnik.

El Kremlin, por su parte, informó que ambos mandatarios dialogaron sobre «los problemas principales relacionados con la seguridad global».

«Ambas partes expresaron su disposición de continuar el diálogo sobre los principales temas relacionados con la garantía de la seguridad global, algo que corresponde no solo a los intereses de Rusia y EEUU, sino además de toda la comunidad internacional», destaca el comunicado emitido por Moscú.

En la conversación, según Washington, Biden también pidió a Putin reducir las tensiones en Ucrania, en relación a la anexión que realizó Moscú en 2014 de la estratégica península de Crimea.

Biden «hizo énfasis en el inquebrantable compromiso de EEUU con la soberanía e integridad territorial de Ucrania», señala el comunicado.

El asistente especial del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y director senior para el Hemisferio Occidental, Juan González, y la subsecretaria interina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Julie Chung, viajarán del 11 al 15 de abril a Colombia, Argentina y Uruguay para interactuar con funcionarios gubernamentales.

Así lo informó el sitio oficial de la Casa Blanca y precisó que en Bogotá los funcionarios «debatirán sobre recuperación económica, seguridad y desarrollo rural, la crisis migratoria venezolana y el liderazgo climático regional de Colombia».

Además, señaló que en Argentina y Uruguay, González y Chung «debatirán las prioridades regionales, incluido el abordaje de los desafíos de la crisis climática y la pandemia de COVID-19 y las amenazas a la democracia, los derechos humanos y la seguridad en nuestro hemisferio y en todo el mundo».